11 septiembre,2017 10:14 am

El Estado tolera y no quiere solucionar la violencia, afirma el obispo de Chilpancingo

Foto: Luis Daniel Nava

 

Salvador Rangel Mendoza invita a los ciudadanos a solidarizarse con los damnificados por las lluvias en Guerrero y de estados vecinos por el sismo del jueves pasado

Luis Daniel Nava
Chilapa

El Estado tolera y no tiene una firme voluntad para solucionar la situación de violencia e inseguridad que padece la entidad, afirmó el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza.

El prelado católico invitó a la población a solidarizarse con los damnificados por las lluvias en el estado y de estados vecinos, por el sismo del pasado jueves 7 de agosto.
Rangel Mendoza hizo un llamado para que se acabe la corrupción y la impunidad de funcionarios públicos, para que no desvíen el dinero público que se destina a las contingencias.

Como cada domingo, el obispo asistió a la catedral de esta ciudad para encabezar la misa de la 1 de la tarde.

Consultado al final, sobre los últimos hechos violentos en el municipio y el estado, el nuncio insistió en que las autoridades deberían de establecer un diálogo con los grupos criminales para contener la violencia y la inseguridad incesante.

No obstante, dijo, las autoridades se han negado “alegando” que la ley indica que no pueden establecer acuerdos con las personas que delinquen o que provocan el mal.

“Creo que ahí está un sofisma, un error que tienen que superarse”, dijo.
Cuestionó que miles de soldados y policías federales y estatales no han podido con “unos cuantos”.

“Que serán más inteligentes o hay poca voluntad de solucionar el problema. Siempre he dicho que hay tolerancia por parte del gobierno hacia esta situación, que no hay una firme voluntad de quererla solucionar, porque al final, en el fondo, está el tráfico de la goma de opio y es ahí donde ciertas gentes van ganando y a río revuelto ganancias de pescadores”.

Sobre las listas anónimas que han circulado en las redes sociales donde se señalan presuntos nexos de ciudadanos con el crimen organizado, el obispo respondió que el Estado necesita aplicar una fuerte labor de inteligencia.

“Porque así como puede haber gente involucrada, puede haber gente inocente”.
Por otra parte, deslizó que en éste y otros municipios hay “gente civil” que quiere lucrar con la situación de violencia que se vive.

“Incluso quieren lucrar con esa situación, no es justo que gente civil quiera lucrar con el narcotráfico”, señaló.

El obispo también opinó sobre los damnificados por las lluvias en el estado y por el sismo en los estados de Oaxaca y Chiapas.

“Tanto los sismos como las inundaciones, México siempre se ha mostrado muy solidario y participativo en estas desgracias”.

“Dios quiera que podamos hacer algo por los damnificados, de los hermanos nuestros que están sufriendo, pero que no sea nada más llamarada de petate y a la semana nos olvidamos de ello”.

Luego criticó la inconclusa atención que se le dio a las víctimas de la tormenta tropical Manuel registrada en septiembre de 2013.

“Tenemos incluso en Guerrero desde tiempo de Manuel e Ingrid gente que está padeciendo; les iban a construir casas, ahí mismo en Chilpancingo les iban a construir 50 mil casas y sólo les han construido 25 mil y no las terminaron”.

“Yo fui a El Balzamar (comunidad del municipio Leonardo Bravo), allá por la sierra donde todavía no les construyen nada desde tiempos de Manuel y es ahí donde la gente se desespera y se enoja contra el gobierno”.

Se le preguntó si la solución sería terminar con la corrupción el gobierno, a lo que respondió que la solución es la honestidad.

“La gran solución es que sean más honestos (los funcionarios públicos), que se acabe la corrupción y la impunidad, porque cuántas veces las ayudas gubernamentales o presupuestos públicos que se dan para esas contingencias se quedan en manos de unos pocos”, finalizó.