11 septiembre,2017 8:10 am

Es “muy dolorosa” la situación de violencia en Acapulco, advierte el arzobispo González

 

Foto: Jesús Trigo

El nuevo titular de la arquidiócesis convoca a trabajar con las víctimas para evitar que brote de deseo de venganza y que se genere el perdón pero con justicia

Mariana Labastida

El arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González calificó como “muy dolorosa” la situación de violencia en el municipio y convocó a trabajar con las víctimas para evitar el brote de deseo de venganza, que se genere el perdón pero con justicia.

En el comunicado semanal, el prelado católico expuso que en la crisis causada por la violencia, corrupción e impunidad en la que se encuentra México, los Sentimientos de la Nación son un referente moral, actual y válido para reconstruir el país en el campo de la economía, la política y la cultura.

En su segunda conferencia de prensa, a 12 días de haber llegado a Acapulco, consultado respecto a la situación de violencia que continúa en el municipio, el arzobispo expuso que es un “fuerte dolor” constatar el grado de hechos violentos que ocurren.

Expresó que le dolió mucho la ejecución tres integrantes de una familia de panaderos el pasado jueves y recordó la importancia de estar cercanos a quienes han sufrido la pérdida de un ser querido.

Manifestó que desde la Iglesia se quiere acercar a las víctimas para ayudarles a sanar el dolor, para que no nazca el deseo de venganza, que es “fuente de mayor violencia”. El arzobispo consideró que ante la violencia se presta mucha atención al agresor y se olvidan de la víctima, y es donde se debe de poner énfasis para evitar las venganzas.

Recordó que cuidar al prójimo es lo que ellos hacen, así como compartir el mensaje de que no hagamos lo que no queremos que nos hagan.

“El odio nos acaba fisiológicamente, cambia muchos procesos, no deja tranquilidad para descansar. Con el perdón el primero beneficiado es uno mismo, el perdón no exime la justicia, va más allá, busca una justicia que no sea venganza sino un proceso de conversión”.

Leopoldo González indicó que no sólo a la autoridad le corresponde atender el desafió de la violencia, sino a cada uno de los pobladores, que son los que ponen las bases para que la sociedad pueda convivir con tranquilidad y seguridad. “La seguridad no puede basarse solamente en fuerzas externas, cierto que son necesarias a quienes exponen su vida para cuidarnos. Lo agradezco, pero la fuente de seguridad está en la
decisión personal de cada uno de hacer un bien”.

En el comunicado que leyó el arzobispo habló de la terapia de la esperanza, como el anhelo que tiene que todas las comunidades y sacerdotes se acerquen, escuchen, acompañen y consuelen a los que sufren, llevándoles una palabra de esperanza.

De cómo pedir esperanza a los ciudadanos cuando no cesan los hechos de violencia, González González respondió con el mensaje del Papa Francisco del pasado viernes en Colombia. “Cuando las víctimas vencen la comprensible tentación de la venganza, se convierten en protagonistas más creíbles de los procesos de la construcción de la paz, es necesario que algunos se animen a dar el primero paso, sin que lo hagan los otros, basta una persona buena para que haya esperanza y cada uno de nosotros puede ser esa persona”.

También se refirió de la celebración del 204 aniversario de la Promulgación de los Sentimientos de la Nación, en los cuales dijo se expresaron las demandas más profundas del pueblo mexicano de aquella época: libertad, independencia, soberanía, igualdad y justicia.

“En el México de hoy, se vive una crisis generalizada causada por la violencia, la corrupción y la impunidad. Las demandas de cientos y miles de mexicanos son verdad, justicia y paz. En este contexto los Sentimientos de la Nación son un referente moral, actual y válido para reconstruir el país en el campo de la economía, la política y la cultura”.

González González expuso que como en su tiempo lo hizo el cura José María Morelos y Pavón, la Iglesia quiere dar su aporte en la rehabilitación de la esperanza del país. “Lo peor que nos podría pasar es resignarnos o acomodarnos al contexto actual. Como Iglesia queremos contribuir a la erradicación de la violencia, la corrupción y la impunidad, para construir una sociedad más unida, organizada y participativa”.

El arzobispo también leyó el comunicado de la Conferencia del Episcopado Mexicano, en el cual expresan su solidaridad por el sismo del jueves por la noche y resaltan que “falta mucho” en cuanto al cuidado del planeta, por lo que llamaron a todos a trabajar en conjunto para ayudar a quien lo necesite ante los diferentes fenómenos naturales.