6 noviembre,2017 7:30 am

Conforman mezcaleros de José Azueta nuevo ejido ante la falta de apoyo estatal

En estados como Michoacán, Oaxaca o Zacatecas, hay financiamiento para mejorar las fábricas, así como asesorías para promover y colocar el producto en mercados con los mejores precios, señala el dirigente Adán Coria Farfán

El Bálsamo, Zihuatanejo (Guerrero). En uno de los puntos más altos de las montañas de la Sierra madre del sur, en los límites de los municipios de José Azueta y Coyuca de Catalán, mezcaleros se organizaron para conformar un nuevo ejido, Cundan Grande, separado del núcleo agrario de Mineral de Guadalupe.

Tras cinco años de gestión, el presidente del ejido, Adán Coria Farfán, también presidente de la Asociación de Mezcaleros de la Sierra de Guerrero, indicó que se avanzó la formalización de la figura legal para buscar el respaldo de las instituciones, pero que no hay apoyo del gobierno del estado para impulsar una actividad que representa una alternativa real de desarrollo.

Aseguró que quienes por necesidad cultivan enervantes podrían migrar a la produccion de mezcal, pero en lugar de eso, en otros pueblos los mezcaleros sufren el acoso de los grupos armados que comenzaron a exigirles cuota.

En la promoción del mezcal de Guerrero por la república, particularmente de la marca El Huache, explicó que conoció el trato distinto que reciben los productores en Michoacán, Oaxaca o Zacatecas, donde hay financiamiento para mejorar las fábricas, así como asesorías para promover y colocar el producto en mercados con los mejores precios.

Coria Farfán estimó que anualmente se producen 200 mil litros de mezcal en la región, pero la mayor parte se queda en la misma zona.

Planteó que el gobierno federal subsidie a la planta envasadora de mezcal de la organización, con sede en Zihuatanejo, para comprar a un precio fijo en producto y los mezcaleros no malbaraten su trabajo con intermediarios.

Aclaró que así se fomenta el empleo, “los jóvenes no se meterían en problemas, en los enervantes”. La sierra de Guerrero es el primer productor de opio del país y México está en los primeros lugares del mundo. En cada proceso de elaboración de mezcal se estima la contratación de siete personas.

Como en todos los productos, Coria Farfán indicó que los intermediarios compran barato y venden caro. “Pero los pocos que pueden ofrecer su mezcal directamente en restaurantes consiguen mejores acuerdos”.

Estimó que un litro de mezcal se puede vender directamente hasta en 500 pesos por litro, y la copa en esos negocios se compra en 100 pesos y hasta en 500 pesos.

Mientras en la Sierra, el litro de mezcal oscila entre los 120 y 150 pesos, incluso los productores lo bajan a 100 pesos cuanto el intermediario compra la mayor parte de la producción, a fin de recibir el pago en una sola emisión.

Insistió en que el acopio de toda la producción permitirá mejorar los precios porque el mezcal de Guerrero cuenta con una denominación de origen y de un agave distinto al de otros estados: la cupriata de penca ancha tipo papalote.

Aseguró que 40 talleres se someten a procesos de certificación. Aunque en Guerrero no hay certificadoras, solicitan los servicios del Consejo Mexicano Regulador del mezcal (Comercan), con sede en Oaxaca.

En un caso los productores consiguieron exportaciones a Estados Unidos durante un tiempo, pero hoy siguen buscando abrir esos espacios.

“Cada vez que se hace un hornazo, hay que traer un certificador para que el mezcal salga certificado”, señaló Coria Farfán.

La asociación cuenta con 107 mezcaleros registrados en José Azueta, Coyuca de Catalán, Heliodoro Castillo y Petatlán.

Coria Farfán aclaró que son muchos más los que se dedican a esta actividad, y la mayoría vende a los intermediarios que se aprovechan de su necesidad.

Aclaró que hace varios años, el Consejo Estatal del Mezcal ha planteado convertirse en certificador y siguen esperando.

Subrayó que el problema principal es el capital para que la envasadora de Zihuatanejo compre cantidades industriales para el mercado nacional.

Coria Farfán consideró que la calidad de logra por la competencia de los propios vinateros, que señalan a quien no cuida su producto.

Texto y foto: Lourdes Chávez