19 enero,2018 8:49 am

Ni todas las mujeres son víctimas, ni todos los hombres son culpables: dialogan feministas sobre acoso y coqueteo

Ciudad de México, 19 de enero de 2018. Académicas y activistas feministas se reunieron este jueves para debatir en torno al acoso sexual, el hostigamiento y “el coqueteo insistente y torpe”, en la mesa “Del silencio al estruendo”, en el auditorio del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Las conversación entre las feministas se dio en el contexto del movimiento en redes sociales #MeToo, que ha visibilizado el acoso sexual, en particular en el ámbito laboral y a raíz de las denuncias de casos de celebridades en Hollywood. Otro elemento –polémico y que cuestiona la efectividad del #MeToo– es la carta publicada en Le Monde firmada por Catherine Deneuve y otras artistas e intelectuales francesas, donde se manifestaban en contra del “puritanismo sexual” y hacían una distinción entre el “coqueteo insistente y torpe” y la violación sexual.

Moderada y organizada por la investigadora Sara Sefchovich, las integrantes de la mesa insistieron en la importancia del diálogo y el debate en el tema del consentimiento libre, verdadero y no forzado, además de destacar la necesidad de escucharse entre feministas que piensan distinto.

Para Lucía Núñez, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM, afirmar que un “coqueteo insistente y torpe” es, en estos tiempos, confundido con acoso, devalúa las denuncias de las mujeres que han padecido abuso y acoso sexual. Asimismo, indicó que es necesario debatir los límites del consentimiento, para propiciar que las relaciones de coqueteo e intercambio sexual se den en condiciones libres, no forzadas. Finalmente, la académica comentó que la carta de las artistas francesas no es deleznable, sino una oportunidad para enriquecer el debate.

Motivo de preocupación han sido también el reciente encono entre feministas de diferentes generaciones frente al tema del acoso. En este sentido, Susana Vidales, activista feminista y quien fuera miembro de la Coalición Mujeres Feministas en la década de los 70, advirtió que existe una “absoluta incapacidad de escucharnos unas con otras”; lo que abunda es “la rabia”, dijo y reconoció que la furia de las feministas jóvenes tiene que ver con que son quienes más padecen el acoso sexual en estos tiempos. Sin embargo, acotó que ya sean jóvenes o de mayor edad, las mujeres siguen padeciendo la violencia, sólo que de manera distinta.

Luz del Carmen Jiménez Portilla, doctorante de la UNAM, cuestionó la adopción de ideales feministas por parte de organizaciones conservadoras. Por ejemplo, mencionó que el combate de la trata de mujeres con fines sexuales –el cual forma parte de la agenda feminista– ha sido cooptado por organizaciones de ultraderecha que se oponen a cualquier tipo de trabajo sexual, aunque no derive de la trata, en una nueva especie de cruzada moral que afecta la autonomía de las mujeres sobre su cuerpo. Por ello, pidió cuestionar y tener conciencia de manera crítica a qué fines más bien conservadores, cristianos o evangélicos, puede llegar a servir el feminismo.

Marta Ferreyra, docente y ex integrante del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM, expresó que las diferencias entre feministas no deben llegar al punto de nulificar la postura de unas u otras. “Tenemos derecho a la palabra sin que se reste validez a nuestros argumentos o se establezca quién es buena o mala feminista, o quien deja de serlo o quien no merece ser nombrada como tal”.

Es importante, enfatizó, no asegurar que todas las mujeres son víctimas y no partir de la idea de que todos los hombres son culpables. “Pongamos tantito en duda el carácter innovador de nuestras voces, cuestionémonos qué parte del todo no estamos viendo”.

La diputada federal del PRD Cecilia Soto reconoció que es necesario escuchar “incluso a aquellas con las que no estamos de acuerdo” y permanecer unidas frente al mismo objetivo.

Estas mesas se seguirán realizando a lo largo de 2018, no sólo desde el feminismo académico, sino también con la presencia de todos los frentes involucrados con la condición y el desarrollo de las mujeres.

Texto y foto: Tatiana Maillard. En fotografía de izquierda a derecha, Susana Vidales, Marta Ferreyra, Cecilia Soto, Sara Sefchovich, Lucía Núñez y Luz Jiménez.