10 octubre,2017 10:38 am

Restauran libros de víctimas del sismo del 19; harán una biblioteca en su memoria  

Ciudad de México, 9 de octubre de 2017. El sismo del 19 de septiembre dejó en la Colonia Condesa, enclave de intelectuales y artistas, bibliotecas huérfanas, que conformarán un acervo en memoria de las víctimas.

Tras la tragedia, la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México anunció la recepción y restauración de cientos de libros hallados entre los escombros del edificio colapsado en Ámsterdam y Laredo. Y el proyecto, hoy llamado “memorial”, no una simple biblioteca, ha comenzado a tomar forma.

Llevará el nombre de Lorna Martínez Skossowska, escritora cuyo cuerpo fue el último en ser recuperado de ese derrumbe, y a quien pertenecían, se presume, la mayoría de los volúmenes rescatados.

El memorial de libros en recuerdo de las víctimas del sismo recibirá, además, las donaciones de vecinos que fueron desalojados de sus viviendas y que no están en posibilidad de resguardar sus bibliotecas.

María Cortina, Coordinadora Interinstitucional de la dependencia capitalina, dijo a Reforma que algunas familias se han acercado para preguntar por los acervos de familiares fallecidos.

“Todos han estado de acuerdo en donarlos para hacer una biblioteca en memoria de las víctimas. Sería también un memorial del 19 de septiembre y un homenaje a esas personas que murieron ahí. Darles las gracias leyendo sus libros”, indicó.

La semana del sismo, y posterior, la Casa Refugio Citlaltépetl sirvió de albergue y centro de acopio, y fue además ahí donde se adecuó un espacio para recibir y restaurar los libros, cerca de 2 mil.

Marlene Fautsch, de la Coordinación de Patrimonio Histórico de la Secretaría, lidera el equipo de voluntarios que estarán dándole tratamiento a los ejemplares.

“Todos estos libros vienen del edificio de Ámsterdam 107. Ahí había 21 departamentos. Había muchos intelectuales. Todos tenían biblioteca muy nutridas. Lo que hemos podido sacar es bastante heterogéneo”, compartió.

Podrían tardarse hasta cuatro meses en rehabilitar los 2 mil ejemplares.

La primera acción fue separarlos, para dar con aquellos que se encontraban en peores condiciones, para aislarlos del resto y evitar su contaminación.

“Algunos llegaron bastante dañados. Muchos tienen hongos, porque estuvieron expuestos a la lluvia o bajo los escombros varios días. Hay unos quemados. Otros tienen vidrios, piedras”, detalló la historiadora.

Los que necesiten restauración serán enviados al Archivo Histórico de la Ciudad de México, donde recibirán tratamiento especializado. El resto, los limpiarán voluntarios capacitados según el Manual de Metodología de la Red de Bibliotecas de Cuba.

La segunda etapa será recibir volúmenes de familias desalojadas que deseen resguardar sus bibliotecas en el memorial.

 

Texto: Lourdes Zambrano- Agencia Reforma/ Foto: Internet