9 septiembre,2017 4:59 am

De impunidades y de Frentes

Héctor Manuel Popoca Boone
La impunidad es la circunstancia de no recibir castigo un delincuente por cometer un delito. Es hacer algo fuera de la ley sin afrontar ninguna responsabilidad o penalidad. Es actuar por encima de la misma sin que pase nada.

Pero en nuestro país, la impunidad reina a todas sus anchas. Ha sido el caldo de cultivo donde se ha desarrollado y expandido la corrupción. La cual ha gangrenado seriamente el cuerpo social e institucional mexicano. A tal grado llega la descomposición sufrida a causa de la corrupción, que se antoja punto menos que imposible tratar de erradicarla si no combatimos a la par la impunidad, que es su hermana siamesa. Y si no cambiamos verdaderamente el estilo de gobernar, actualmente imperante.

Es el propio régimen político de gobierno: gobernantes, funcionarios, legisladores, jueces, políticos y policías, los primeros en practicarlas y los últimos en ser sancionados, si eso llegara a acontecer. Cuando debieran ser los primeros en el deber de erradicarlas y también los primeros en ser castigados si se les descubriesen sus haberes mal adquiridos, así como prohibir las mañas a las que echaron uso para obtenerlos.

Como no recibe castigo o sanción alguna por gozar de impunidad, el rufián puede seguir actuando y lo peor: ser imitado por otros potenciales malandrines. Esta inmunidad ilícita expande la corrupción y a un sin número más de otros delitos. La atracción suscitada para delinquir gracias a la impunidad es enorme y de alta redituabilidad. Provoca una espiral perversa sin fin.

La alta corrupción con impunidad es practicada por quienes no nada más tienen suficiente poder para hacerlo, sino también aquellos que poseen el suficiente dinero para hacer más dinero, como compulsión insaciable a lo que son proclives algunos pillines de la clase empresarial. No olvidar que “tanto peca el que mata la vaca, como el que le agarra la pata”.

Pintorescas, son las frases que algunos gobernantes y políticos cínicamente dicen en público para justificar la impunidad: “Para seguir avanzando, no removamos el pasado”. “No miremos hacia atrás, veamos hacia adelante”. “No gobernaré con espejo retrovisor”. “Solamente con pruebas fehacientes, procederemos”.

“No busquemos culpables, encontremos soluciones”… y así sucesivamente. No quieren dejar sin vigencia la consigna existente en esas cofradías mafiosas: “Yo los cubro, para que después ustedes me cubran”.

Por último, tanto la corrupción como la impunidad, no reconocen ideologías para actuar. Actúan bajo el principio de que: “todo individuo tiene un precio; la cuestión es saber llegarle, para proceder a entregar el billullo o la concesión correspondiente.
Pasando al otro tema que nos ocupa en esta entrega. Se acaba de constituir un “Frente Ciudadano por México” (FCM), integrado por los partidos políticos: MC-PRD-PAN. Dicho frente manifiesta una voluntad política conjunta, pero no para fines electorales. De acuerdo al artículo 85 de la Ley General de Partidos Políticos que así lo estipula. Pero de hecho, es la antesala para constituir una Coalición para 2018, que esa sí tiene en las elecciones su principal razón de ser.

El FCM tendrá como finalidad elaborar los propósitos generales, específicos y líneas de acción necesarias para construir un nuevo proyecto de nación, que resuelva “la grave crisis de inseguridad y pobreza que padecemos los mexicanos”, de acuerdo a lo declarado por los dirigentes nacionales de dichos partidos. Pretende definir las bases para un nuevo régimen político para el país, en donde se coloque al ciudadano, a sus demandas y causas; como ejes centrales para la toma de decisiones. El frente tendrá una duración de seis años.

Veamos ahora, cómo harán los frentistas para conciliar la visión de nación que ha enarbolado el PAN (proyecto conservador) con aquellas que tienen el PRD y el MC (al menos en documentos y que es un proyecto de transformación). O quizás, el FCM es el primer paso de ayuntarse para acceder al poder por el poder mismo.
PD. Convengamos que Acapulco no es Disneylandia, pero tampoco es Evodiolandia.