3 enero,2018 7:03 am

¿De quién es la basura en Chilpancingo?

Mauro Esteban García Salas*

Es evidente la problemática en el manejo de la basura en la ciudad de Chilpancingo. Siendo la capital del estado se pensaría que los servicios básicos municipales están cubiertos y sin embargo no es así. Con el cierre del tiradero de basura municipal al sur de la ciudad a principios del año pasado, se desencadenó una serie de problemas tanto para las autoridades municipales como para los habitantes de la ciudad.

El antiguo tiradero no puede ser llamado relleno sanitario, pues no cumple con las características de manejo.

Como consecuencia de ello y aunado a la mala gestión en el servicio de recolección de basura en los últimos meses hemos vivido una verdadera crisis sanitaria, que tuvo su máxima expresión en septiembre y octubre cuando las calles de la ciudad se veían repletas de basura procedente de domicilios particulares, comercios y hasta instancias gubernamentales.

En parte por esa crisis, el alcalde priista Marco Antonio Leyva Mena se vio obligado a solicitar licencia el 16 de octubre pasado.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en el artículo 115, establece que los municipios tienen a su cargo servicios públicos como el de la recolección, traslado, tratamiento y disposición final de residuos.

El Artículo 10 de la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos, indica que los municipios tienen a su cargo las funciones de manejo integral de residuos sólidos urbanos, que consiste en la recolección, traslado, tratamiento, y su disposición final. La preocupante realidad es que no se le está dando la importancia para solucionar el problema no solo de la disposición final que de entrada es una situación emergente, es también apremiante otra etapa de la gestión de residuos sólidos como es la recolección.

El proceso de gestión de residuos sólidos urbanos comienza con la generación, en la cual intervenimos nosotros los ciudadanos. Al acumular los desperdicios propios de cocina o de uso cotidiano y disponerlos en algún lugar temporal. Muchos de nuestros residuos como el papel, el cartón y los plásticos son reciclables; es decir, que se pueden someter a un proceso que permita hacer uso de los mismos, mientras que otros residuos como los de cocina y jardín pueden ser composteados y de esta forma servir como abono orgánico. Lo ideal sería que separáramos nuestros residuos de esta forma o por lo menos en orgánicos e inorgánicos, sin embargo, no es un secreto que muchos de nosotros no tenemos esa “cultura”. Con la separación de residuos lograríamos una reducción en el volumen de nuestra generación y de esta forma contribuiríamos a eliminar el problema de la basura en el municipio.

Después de la generación sigue la recolección, tarea que le corresponde al municipio. Para el caso de Chilpancingo como se ha hecho evidente, la capacidad de la infraestructura municipal para cumplir este fin se ha visto superada ampliamente. El número de vehículos recolectores de basura es insuficiente para cubrir las necesidades de la ciudad, y los vecinos de las colonias más alejadas del centro son los más afectados. Como respuesta a esta necesidad han surgido grupos que prestan el servicio particular de recolección de basura –­el llamado La Basura Jefa es el más conocido–, y si bien las leyes permiten la concesión de este servicio, lo que es una realidad es que no es formal y no existe un control con esas unidades. En otros municipios se contrata a empresas que se encargan de la recolección de residuos, una práctica que se podría aplicar en Chilpancingo y de esta forma resolver el problema de la recolección. Si bien muchas veces resulta ser un servicio muy costoso para el municipio, es claro que por sí mismo el ayuntamiento no tiene la capacidad de cubrir este servicio. Con la concesión de la recolección de basura tendríamos el servicio garantizado y pagando aproximadamente lo mismo que pagamos actualmente a las camionetas de “La basura jefa” que no ofrecen claridad en quién es responsable o cuál es el destino de los desperdicios recolectados. De igual forma con la sistematización de la recolección de basura evitaríamos atropellos a la autoridad como cuando llenaron de basura la Plaza Cívica Primer Congreso de Anáhuac o el bloqueo con basura de la avenida Insurgentes con el cual se manifestaron los comerciantes del mercado Baltazar R. Leyva Mancilla.

Continuando con el proceso de gestión de residuos sólidos urbanos el siguiente paso es la separación, es decir, la recuperación de materiales a los que se les puede dar otro uso, el compostaje de los residuos orgánicos para aprovechar sus nutrientes y finalmente el encapsulamiento de los materiales que han terminado su vida útil y no pueden ser reutilizados. Esta parte se ve lejana para la realidad que vivimos en el municipio de Chilpancingo, que no tiene la infraestructura para la separación de los residuos reutilizables, la que ahora se hace de forma extraoficial por parte de personas que han encontrado en la pepena (es decir la recolección de basura) una buena fuente de ingresos. Sin embargo, al hacerlo de forma empírica para cubrir sus propias necesidades, no se garantiza la correcta separación de los residuos ni se evita la contaminación de los lugares de disposición final, sin contar con las nulas condiciones y garantías de salud con la que hacen dicha actividad. Es importante destacar que existen empresas de separación de basura, pues ésta ya es una actividad económicamente viable si se hace de manera correcta.

La manera en la que podemos contribuir para resolver el problema es hacer la separación desde casa, de ser posible de materiales como plásticos, metales, papel y orgánicos o simplemente como orgánicos e inorgánicos. Muchos pensamos erróneamente que no tiene sentido realizar esta separación porque llega el carro de la basura y junta todo, sin embargo no es del todo cierto, si bien al momento de la recolección en el carro es mezclado al momento de llegar al tiradero es más fácil para los recolectores que separan los recursos que se pueden recuperar. Con acciones como esta que parece tan pequeña, separar la basura desde casa, ponemos de nosotros para encontrar una solución.

Finalmente nos encontramos con la disposición final. Toda la basura que no se le puede dar otro uso (junto con alguna que no se haya separado), se prepara para ser encapsulada en sitios generalmente bajo tierra para que a través del tiempo se integren nuevamente a la naturaleza. Lo correcto es hacerlo en rellenos sanitarios que utilizan membranas plásticas, chimeneas de gases, lagunas de lixiviados entre otras partes que con un manejo correcto nos garantizan el menor impacto a la naturaleza, control de plagas como ratas y cucarachas, control de olores entre muchos otros beneficios. Sin embargo, lamentablemente en Chilpancingo no se cuenta con un relleno sanitario, el anterior tiradero clausurado no contaba con las condiciones óptimas y como resultado generaba inconformidad entre los vecinos de la colonias del sur de la ciudad. Por el momento se ha habilitado un terreno provisional para la disposición de la basura, que de igual forma por ser emergente no cumple con los requerimientos adecuados para la disposición final de basura.

Es de suma importancia que las autoridades encuentren una solución real y definitiva al menos por unos años al problema de la ubicación de un relleno sanitario con las condiciones adecuadas. El actual tiradero de basura es provisional y no garantiza un buen control de contaminantes. Por otra parte, no se puede estar pensando que es eterno o sobrecargándolo como pasó con el anterior tiradero de basura que generó grandes problemas para los habitantes de la zona incluyendo la plaza comercial que se encuentra al sur de la ciudad.

El problema de la basura no es fácil en ningún lugar, requiere de más que buena voluntad por parte del gobierno y de los ciudadanos. Peor aún en un municipio con tantas carencias. Aunque autoridades acusen a los vecinos de que sacamos la basura a la calle ensuciando y dando una mala imagen, también es verdad que han fallado en proporcionar un servicio primordial que es la recolección que aqueja a los chilpancingueños. Y aunque de momento pueda creerse que este problema ya fue solucionado hacen falta acciones a largo plazo que garanticen que la capital del estado sea una ciudad limpia.

* El autor, chilpancingueño, es ingeniero ambiental y maestro en ciencias ambientales por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Tiene estudios de Descontaminación de suelos y manejo de residuos en la Universidad Autónoma de Madrid.