15 noviembre,2017 6:53 am

Francia a seis meses del gobierno de Macron

Gaspard Estrada*.

El pasado lunes 13 se conmemoraron dos años de los atentados terroristas perpetrados en París a manos de miembros de la organización del Estado Islámico (llamado Daech por las cancillerías occidentales), que provocaron la muerte de 130 personas, y dejaron más de 430 heridos. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, así como el ex presidente François Hollande y varios miembros del gabinete, participaron en actos tanto en el Stade de France, como en la sala de conciertos Bataclan y en los bares y restaurantes Le Carillon y Le Petit Cambodge. Este aniversario ocurre en un momento político importante para el jefe del Ejecutivo francés, a poco más de seis meses de su investidura como presidente. Conforme a sus promesas de campaña, Macron ha dado celeridad a sus reformas institucionales, políticas y económicas, empezando por una reforma del código laboral, y más recientemente, de las leyes que regulan el combate al terrorismo. En este último caso, se trata de interiorizar en el derecho de fuero común las medidas que fueron tomadas de urgencia por el gobierno anterior, justo después de los atentados terroristas. Al día de hoy, el gobierno ha tenido relativa facilidad para que se aprueben estos proyectos de ley, no solamente por su amplia mayoría parlamentaria, sino por las tensiones y fracturas que existen tanto en la izquierda como en la derecha.

Desde su elección en mayo, Macron ha tenido claro que el centro de gravedad de su política económica se situaba en el centro-derecha, y no en el centro-izquierda, a raíz del análisis hecho por su equipo (basado en encuestas de opinión) de que la sociedad francesa está cada vez más inclinada a apoyar valores y medidas asociadas a la “derecha”, como la hostilidad a los migrantes y la crítica al “asistencialismo”. De este análisis surgió la idea de nombrar como primer ministro a una figura del centro derecha, el ex alcalde de la ciudad de Le Havre, Edouard Philippe, como primer ministro, lo cual ha tenido consecuencias importantes en la derecha francesa. Por un lado, una buena parte del ideario de los líderes del centro derecha, como el ex primer ministro Alain Juppé (padrino político de Edouard Philippe) ha sido plasmado en las reformas del gobierno, lo cual significa una victoria ideológica para los miembros de esta corriente. Sin embargo, por otro lado, esta incorporación de una parte sustantiva del centro derecha a la plataforma gubernamental ha provocado una división muy importante dentro del partido Los Republicanos, fundado por el ex presidente Nicolás Sarkozy, que se prepara para elegir un nuevo líder. Desde ese punto de vista, Macron y su equipo han logrado una jugada estratégica interesante, es decir han logrado dividir por un buen tiempo a la derecha republicana francesa, cuando esta última, hace poco más de un año, tenía todo para ganar confortablemente la Presidencia de la República.

No obstante, los problemas que están en la raíz de buena parte de la radicalización de los jóvenes de los barrios pobres (conocidos como “banlieues”), que más adelante, deciden convertirse al islam y viajar a Medio Oriente para radicarse y preparar atentados terroristas en Europa, no han desaparecido, y las medidas adoptadas por Macron no van en este sentido. El mensaje político del gobierno ha sido hasta ahora “darle oportunidades a las personas que tienen éxito” para poder generar más crecimiento económico, en particular reduciendo sus impuestos. En el mundo laboral, se ha traducido por políticas de flexibilización laboral, en beneficio de los empleadores. Para los que “no han tenido éxito”, o “que no son nadie” (retomando las expresiones del propio presidente), pocas medidas han sido adoptadas.

Es por eso que, consciente del creciente descontento de la base electoral (de centro-izquierda) que le permitió a Macron llegar a la segunda vuelta frente a la candidata de extrema derecha Marine Le Pen, el presidente ha decidido emprender una serie de visitas a estos barrios pobres, para hacer anuncios de nuevos programas de empleo. Esperemos que, más allá de las fotografías, el gobierno decida reorientar sus políticas y le dé más importancia a las políticas sociales.

* Director Executivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en Paris.

Twitter: @Gaspard_Estrada