9 octubre,2017 7:41 am

Historia del Ayuntamiento VIII

Víctor Cardona Galindo

 

La noche del 26 de abril de 1911, los revolucionarios maderistas encabezados por el profesor Silvestre Mariscal González al grito de “Viva Madero” a sangre y fuego tomaron la ciudad de Atoyac. Luego de someter al piquete de soldados porfiristas que estaban destacamentados en este lugar quedaron dueños de la plaza, porque el presidente municipal Julián Mesino y su policía urbana se echó a huir al monte abandonando el Ayuntamiento. Luego los maderistas impusieron como alcalde a Inés Mariscal Dionisio.

En los últimos años del porfiriato Inés D. Mariscal, Canuto Reyes, la familia Pino González, Alberto González y Julián Mesino controlaban la administración municipal, únicamente dieron oportunidad a Manuel Bello en 1903 y a Gonzalo García en 1908.

Al presidente Julián Mesino le tocaron las fiestas del primer centenario de nuestra Independencia, por tal motivo inauguró un segundo salón de la Escuela Real, obra que fue construida por su administración. También circuló con alambre de púas del jardín Morelos (Hoy plaza Morelos). En esas fechas a iniciativa del comerciante Gonzalo García se organizó la Banda del Pueblo y su director fue don Rafael Flores.

Pasada las fiestas de 1910, Julián Mesino fue sustituido por Canuto Reyes, pero de nuevo el primero de enero de 1911 estaba de regreso en la alcaldía, hasta el 26 de abril que por temor a los revolucionarios dejó el cargo para ya no volver.

Wilfrido Fierro Armenta en su Monografía de Atoyac consigna que en el primer ataque de los revolucionarios a esta ciudad, murieron Gonzalo García y su cuñada Rosa Muñiz, asesinados por Félix Serafín El Chacape, un rebelde mariscalista, a quien García cuando fue presidente municipal, había amarrado y expuesto en el Zócalo, bajo los rayos del sol. En ese tiempo los alcaldes solían castigar a los presos comunes encadenándolos en un árbol de mango que había en la plaza. No había cárcel municipal.

Al tener el control del lugar, los revolucionarios comenzaron el saqueo y la venganza, unos querían abrir la tesorería del Ayuntamiento para llevarse los fondos, otros se fueron a las oficinas de correos para llevarse lo que había, otros más atracaron la tienda comercial del Alberto González. Mientras El Chacape con sus compañeros de San Martín de las flores buscaron a Gonzalo García en su casa para ajustar cuentas, cuando lo encontraron su hermosa cuñada lo abrazó para evitar que lo mataran, sin embargo no hubo piedad. Entre tiros y machetazos murió el influyente Gonzalo García y también Rosa Muñiz.

Canuto Reyes, Alberto González y Gonzalo García formaban parte del grupo dominante de Atoyac. Canuto Reyes fue presidente municipal cuatro veces, Alberto González y Gonzalo García una vez. Los tres controlaban el comercio local.

En 1908 durante la gestión del alcalde Gonzalo García se instalaron las bancas de fierro en el zócalo de la ciudad y se construyó un nuevo kiosco con madera de la región. Dice Wilfrido: “Esta obra en su mayoría fue hecha con el trabajo personal de los presos, lo que ocasionó un odio hacia él”. Unos de los logros de los alcaldes porfiristas fue que en 1900 quedó abierto el camino de carretas de Acapulco-Atoyac y el servicio telefónico en 1907. Aunque también hubo medidas arbitrarias y antipopulares como aquella dictada por Canuto Reyes en 1909, quien ordenó el cobro de la contribución personal de 25 pesos a los jóvenes, y el que se negaba a pagar era perseguido por las autoridades, por eso muchos jóvenes se escondieron en la sierra y solamente bajaron cuando estalló la revolución.

Década de los treinta

Unos de los periodos qué más da de que hablar en la historia de nuestra matria, es la década de los treinta, cuando dos primos hermanos controlaban la política local y al mismo tiempo se odiaban a muerte, ellos eran Obdulio Ludwig Reynada del Partido Nacional Revolucionario y David Flores Reynada del Partido Socialista de Guerrero.

Obdulio Ludwig Reynada era hijo del alemán Herman Wolff Ludwig quien desde que llegó a nuestra ciudad ejerció como médico y se incorporó a la revolución maderista bajo las órdenes de Silvestre Mariscal de cuyas tropas fue cirujano. Terminada la revolución se instaló en su finca de Los Tres Pasos, donde explotaba una mina de oro. Estaba casado con Elidia Reynada, ella tenía dos hijas: Modesta y María. Un día unos facinerosos se robaron a María y la familia la rescató a punta de bala. Eran los tiempos del vidalismo, por eso la familia Ludwig Reynada abandonó la sierra y se instaló en la calle Allende junto a la casa del doctor Silvestre Hernández Fierro, El doctor Chico. Don Herman puso ahí su consultorio, la tía Rosita Santiago Galindo fue su cocinera y le hacía “dos tortillitas gorditas que se las comía con caldito de pata de cuche. Era flaquito güerito con el cabello colorado”, así lo recuerda la tía Rosita.

Los que lo conocieron comentan que fabricaba unas ampolletas de hígado. A los pobres no les cobraba la consulta ni la medicina que el mismo preparaba aprovechando sus conocimientos de química. Don Herman murió en 1939, de su unión con doña Elidia nacieron: Obdulio, Elisa, Gustavo, Sofía, Aurora, Crisóforo (Cheniño) y Herman que fue el más chico.

Una de las primeras regidoras que tuvo el municipio de Atoyac fue doña Yolanda Ludwig hija de Obdulio Ludwig y Antonia Nogueda hermana de Canuto Nogueda Radilla. Cuenta la leyenda que al abandonar Los Tres Pasos don Herman dejó enterradas siete ollas con centenarios de oro y tapó muy bien la boca de la mina para que nadie la encontrara. El maestro guerrillero Lucio Cabañas Barrientos la buscó para explotarla en beneficio de los campesinos pero nunca la encontró.

Obdulio Ludwig Reynada, era hombre de armas, pues muchas veces se anotó como voluntario para combatir a favor del gobierno, fue fundador del Partido Pro Atoyac que es el principal antecedente del Partido Revolucionario Institucional en el municipio, parece que el mismo Ejército lo asesinó para justificar una represión selectiva contra los agraristas. La tía Rosita guarda en su memoria que lo mataron, el 31 de marzo de 1934, como a las siete de la noche en su farmacia El perpetuo socorro, que estaba ubicada en la calle principal donde ahora está el sitio de taxis Álvarez y donde ahora funciona una tienda de abarrotes. Estaba platicando con don Eduardo y Blum que se hospedaban con él. Eduardo estaba sentado arriba del mostrador. Llegaron unos individuos y dispararon contra ellos, mataron a Obdulio y a Eduardo y quedó herido de una mano Blum. A los pocos días el gobierno fusiló a su primo y principal contrincante político David Flores Reynada.

Por su parte David Flores Reynada era hijo del profesor Espiridión Flores quien fue alcalde de Atoyac en 1920. David fue un líder socialista consumado, simpatizante de las ideas de Juan R. Escudero, fue varias veces secretario del Ayuntamiento, fundó el 17 de agosto de 1922 el Comité Ejecutivo Agrario que encabezó Manuel Téllez Castro y él fungió como secretario. Ese día con la presencia de los líderes agraristas de la sierra cafetalera se fundó la Liga de Campesinos de Atoyac. Luego David también fundaría el Partido Socialista en Atoyac auspiciado a nivel estatal por el general Adrián Castrejón. Flores Reynada fue un pionero de la izquierda atoyaquense, además de ser uno de los promotores del sindicato de la fábrica de hilados y tejidos Progreso del Sur Ticuí que más tarde se llamaría “Felipe Carrillo Puerto”.

En 1934, llegó a la presidencia municipal por Partido Nacional Revolucionario (PNR) Antonio Rosas Abarca miembro de la reacción de Atoyac y un gran orador. Como alcalde le tocó recibir al candidato a la presidencia de la república Lázaro Cárdenas del Río cuando estuvo de visita en este lugar.

Cuando tomó las riendas del Ayuntamiento Antonio Rosas Abarca, fungía como jefe del sector militar el coronel Francisco Hernández Domínguez, quien tenía a su cargo 32 Batallón de Infantería y la consigna de pacificar la región a como diera lugar.

Dice Wilfrido Fierro Armenta que Rosas Abarca al iniciar su administración encausó obras materiales, empezó por hacerle algunas modificaciones al viejo Palacio Municipal. Levantó paredes, cambió puertas y pisos, instaló el asta bandera; demolió el kiosco que había construido Gonzalo García en 1908, proyectaba hacer un nuevo kiosco pero no lo logró porque los acontecimientos políticos se lo impidieron.

Los bandos políticos que encabezaban Obdulio Ludwig Reynada y su primo David Flores Reynada, cada día acrecentaban su odio. Era lamentable el panorama, sobre todo cuando los mismos primos hermanos se odiaban a muerte, creando una situación caótica. Los partidarios de uno y otro bando con frecuencia se casaban con las armas, y bajo este método cayeron inmolados Sinecio Barrientos, Juan Zamora, Valentín Fierro, Antonio Hernández, Epigmenio Flores, Alejandro Mejía, El Pizarrín y otros más del bando socialista.

Así también fue asaltado y asesinado en su tienda Obdulio Ludwig Reynada y su socio el alemán Eduardo Wingerber y herido de un brazo el agente viajero el también alemán Guillermo Blum. Los hechos fueron a las ocho de la noche del 31 de marzo de 1934. Esa misma noche, Sábado de Gloria por cierto, simultáneamente fueron balaceadas las casas Herman Ludwig y la del alcalde Antonio Rosas Abarca. Las fuerzas federales al mando del coronel Francisco Hernández Domínguez, salieron al instante a perseguir a los criminales y haciendo fuego a los sospechosos que encontraban asesinaron a Sabino Martínez e hirieron a Alberto Martínez y José Epitacio Girón.

La muerte de Obdulio Ludwig trajo como consecuencia una ola de terror en todo el municipio, porque al día siguiente los militares aprehendieron y fusilaron a personas inocentes en el playón del río, entre los Arenales y San Jerónimo. También fueron detenidos e incomunicados los principales dirigentes del Partido socialista a quienes acusaron del asesinato de Ludwig. Entre los detenidos estaban: Silvestre Hernández Pino, Genaro y Román Reyes, Antonio Ayerdi Nogueda, Manuel Ríos y sus  hijos Juan y Julio Ríos.

Señala Wilfrido que Juan Ríos Arroyo escapó de ser pasado por las armas debido a que en una ocasión salvó la vida a Raymundo Rosas Abarca, hermano del presidente Municipal, cuando era perseguido por los federales y policías a raíz de que Antonio Rosas Abarca y Obdulio R. Ludwig, habían asesinado a un sargento del ejército. A los demás reos no se les encontró culpabilidad en las investigaciones y fueron liberados.

El 7 de abril de 1934 por la mañana, las fuerzas federales del 32 Batallón de Infantería y la policía urbana al mando del comandante Alfonso Cedeño sitiaron y tirotearon la casa del líder agrarista Pedro Clavel y Castro, desde el interior y con heroica valentía el líder campesino contestó el fuego. Al querer introducirse por unas de las ventanas a la casa murió Apolinar Radilla. Clavel estuvo a punto de matar  al general Othón León Lobato, Jefe de Operaciones Militares en el Estado, cuando cruzaba la avenida capitán Emilio Carranza (hoy avenida Juan Álvarez).

El general León Lobato llegó a esta población para investigar los sucesos sangrientos, acompañado del Procurador General de Justicia del estado Trinidad Mastache y del Juez de Primera Instancia de Tecpan Virgilio Zárate.

Después de combatir tres horas y una vez que se le agotó el parque, los atacantes entraron a la habitación y asesinaron a Clavel. Su cadáver fue trasladado al corredor del Palacio Municipal, donde fue exhibido como un trofeo de la tropa y después fue entregado a sus familiares para su sepultura. Dos días después era traído prisionero desde el puerto de Acapulco el líder agrarista y socialista David Flores Reynada, acusado de ser el autor intelectual de los hechos ocurridos el Sábado de Gloria.

David fue fusilado por el mayor José Díaz, en el llano de El Ticuí, la madrugada del día 9 de abril, por instrucciones del general Othón León Lobato y el 11 del mismo mes era pasado por las armas el señor Apolinar Pino, mientras los demás líderes del movimiento agrarista y socialista huían de Atoyac perseguidos por la bota militar.