27 noviembre,2017 6:27 am

Historia del Ayuntamiento XIV

Víctor Cardona Galindo.

La segunda mitad de la década de los cuarenta fue de prosperidad para el pueblo de Atoyac. Se construyeron las primeras obras de irrigación, llegaron las líneas de transporte, conocieron la energía eléctrica, aunque sea de manera privada se construyó el primer sistema de agua entubada, la torre de la iglesia lució un hermoso reloj y se fundó el primer jardín de niños en la cabecera municipal.

Tomando como fuente a Wilfrido Fierro Armenta autor de la Monografía de Atoyac y siguiendo el curso de la historia que hemos venido contando en las últimas entregas, a las 8 de la noche de 23 de septiembre de 1945 fue asesinado, en la ciudad de Atoyac, el joven Félix Gómez Ávila y la señorita María Luisa Radilla. Félix murió por prestar auxilio a María Luisa cuando era raptada por Juan Serafín y dos de sus hermanos del poblado de San Martín de las Flores. La sociedad indignada pidió a las autoridades municipales un castigo ejemplar para los asesinos. El día siguiente, cuando lo llevaban a sepultar, el féretro del Félix Gómez fue instalado por unos momentos frente al Palacio Municipal como manera de protesta.

Este hecho traería implicaciones posteriores. Juan Serafín fue asesinado años más tarde, junto a uno de sus hermanos, por el jefe de la Policía Montada Natividad Paco, ya en los tiempos del gobernador Raúl Caballero Aburto cuando el lugar conocido como La Trozadura, ubicado en la carretera Atoyac- La Y Griega, se convirtió en un tiradero de cadáveres.

En esos tiempos era común el rapto de jovencitas con fines matrimoniales. Los hombres se las llevaban de donde fuera dejando bañados en llanto a los hermanos menores que las acompañaban. Una mujer a punto de ser raptada, por un hombre que no quería, se aventó al río y se ahogó en un remolino siniestro, donde también perdieron la vida muchas personas en otros momentos.

La tía Rosa Santiago Galindo, a quien también se robaron cuando era jovencita, recuerda que en 1946 las refresquerías del Zócalo de Atoyac traían las barras de hielo, en burro, desde San Jerónimo.  A sus ya casi 100 años de edad Rosa Santiago comenta que junto al negocio de don Luis Cadena (Calle Juan Álvarez Norte) estaba una embotelladora de refrescos que se llamaba El Pato Pascual. Dice que José Navarrete vivía atrás de la parroquia y tenía su tienda La Vencedora en la esquina donde después estuvo el consultorio del doctor Orlando Santiago Garibo y donde ahora venden artículos para cacería. Ella puntualiza que el Jardín de niños Cuauhtémoc se fundó en 1946 en la esquina de Emilio Carranza y Aldama, donde ahora está la tienda Milano.

En ese año encontramos que la Unidad Agraria de la Sierra Cafetalera de Atoyac de Álvarez (UASCAA) seguía contando con su guardia armada. Rosendo Radilla Pacheco fue nombrado jefe de la guardia armada de San Vicente de Benítez junto con los hermanos José y David Téllez Sánchez.

Los censos registraban, en 1941, mil 295 hectáreas de café, superficie que en 1946 apenas se elevó a mil 490 hectáreas y en 1950 llegó mil 581 hectáreas. Los datos de la época señalan que se tenía que viajar durante cinco horas, a caballo, para trasladarse de Atoyac a las fincas más cercanas.

El ejido cafetalero de El Paraíso se formó en 1946 con 14 ejidatarios a los que les dieron los primeros certificados de derechos agrarios, posteriormente se les entregó a los demás. El primer comisario ejidal fue Domingo Negrete y el último es Amadeo Valdez Rayo.

Margarito Flores Quintana, el maestro de música más destacado de Atoyac, fundó en El Ticuí, a iniciativa del profesor Benjamín Rivera un conjunto llamado Ritmo Tropical, para ello obtuvo subsidio, para comprar los instrumentos, de la cooperativa David Flores Reynada. Este grupo se mantuvo activo hasta 1946 y al desorganizarse Flores Quintana formó en la cabecera municipal lo que se llamó Orquesta Atoyac misma que se mantuvo tocando hasta 1961.

Para apoyar a los productores, la primera quincena del mes de junio de 1933 se instaló en Atoyac el Banco de Crédito Ejidal, las oficinas estuvieron en la casa de la señora Agapita Chávez, en la avenida Juan Álvarez norte número 29, su matriz estaba en Iguala. Este banco organizó sociedades de crédito en los ejidos del bajo y la sierra y al mismo tiempo los refaccionó con dinero e implementos de labranza hasta el año 1946. Fungieron como jefes de Zona, Antonio Albarrán Giles, José Carmen García Galeana, Roberto Verdeja, Homero Gómez Pérez y Guillermo Escalera Pimentel.

Feliciano Castro Gudiño fue comandante de la policía urbana en 1946, ya grande Chano Castro moriría en la masacre del 18 de mayo de 1967, cuando la policía del estado acalló con balas un mitin de padres de familia que se desarrollaba en la plaza principal de esta ciudad. En 1946 el director de la escuela Real era el profesor Santos E. Lampart quien seguía luchando para que los padres enviaran a sus hijos a la escuela.

Ese año el 27 de julio, a las 8 de la noche, fueron asesinados en la huerta de Cliserio Ayerdi el joven José González y su esposa Isabel Gálvez, su muerte fue un misterio, nunca se sabría de los asesinos.

Simón Martínez Abarca como presidente municipal expidió, el 11 de octubre, un permiso a la señora María Paco para que ensayara en la calle la danza De los Moros. Todavía el gobierno no aceptaba con agrado que los cultos religiosos salieran a la vía pública.

Y otro crimen cimbró la sociedad local, el primero de noviembre a las 7 de la mañana, fueron asesinados Manuel González y su esposa Perfecta García, cuando ordeñaban sus vacas en el patio de su casa.

El primero de  enero de 1947 tomó protesta como alcalde el líder agrario y jefe de las Reservas Rurales Toribio Gómez Pino, para  el periodo 1947-1948, Toribio Gómez no logró concluir su periodo y fue sustituido en 1948 por  Benjamín Luna Venegas.

Fue encontrado el 21 de enero dentro de su casa, en estado de putrefacción, el cadáver de la señora Guadalupe Sequeiro. Dice Wilfrido Fierro que los zopilotes dieron la alarma pues volaban incansables rosando las tejas.

La señorita Gloria García Galeana fue electa, en 1947, reina del Carnaval y el recurso obtenido por las actividades, así como con la ayuda de la sociedad local y del gerente de la Sociedad Cooperativa David Flores Reynada de la fábrica de El Ticuí, Enedino Ríos Radilla, se compró en la joyería y relojería La Princesa, de la ciudad de México, un gran reloj con un costo de 6 mil 500 pesos que se colocó en una de las torres de la iglesia. A mediados del mes de junio se emprendieron los trabajos de la torre, donde quedaría instalado. El señor Isaías Romero fue el experto mecánico que lo colocó.

El domingo 20 de julio de 1947, a las 4 de la tarde, se inauguró el reloj en un acto que estuvo a cargo de Modesto García, párroco de San Jerónimo de Juárez, con la presencia de las autoridades municipales y pueblo en general. Esta obra costó 14 mil 600 pesos y fue una labor colectiva.

José Hernández Meza recuerda que “en la tienda de don Constancio Sánchez se vendía petróleo que era de color morado y la gente acudía por las tardes para comprarlo para el alumbrado de sus casas. El molino de nixtamal propiedad del señor Roberto Mastache que empezó a funcionar el año de 1947 era atendido por el señor Juan José Reyes Reyes”.

A principios de 1948 el comerciante Luis Urioste instaló para su servicio particular una red de agua entubada. Para tal efecto abrió un pozo en el playón del río, de donde por medio de una bomba y tubería hizo llegar el líquido hasta su casa ubicada frente a la parroquia, en donde construyó un tanque de almacenamiento. Aprovechó al mismo tiempo la venta de agua purificada por garrafón, para tal efecto instaló una pequeña planta purificadora, pero como las aguas contenían demasiadas sales, que le deban un mal sabor, optó por suspender el negocio.

En el año 1948, y siendo presidente municipal Benjamín Luna Venegas se instaló una nueva red telefónica, que vino a comunicar esta ciudad con los pueblos circunvecinos como El Ticuí, El Humo, Corral Falso, Cacalutla, Zacualpan, Tomatal y Los Arenales. El servicio fue suspendido después de funcionar tres años por falta de mantenimiento. Los pueblos no quisieron cooperar con esa labor.

Fue el domingo 29 de febrero de 1948, a las 5 de la tarde, cuando llegó a esta ciudad el primer autobús de la línea Estrella de Oro, abriendo con esta fecha un nuevo servicio de pasaje entre México-Acapulco-Zihuatanejo. Luego el lunes 18 de marzo arribó a esta ciudad el primer autobús de línea Flecha Roja, haciendo competencia a la Estrella de Oro en la ruta México-Acapulco-Zihuatanejo.

Leopoldo Díaz Escudero obispo de Chilapa bendijo, el 22 de marzo de 1948, las obras de la torre y el reloj. Y para que se viera más bello el centro, Benjamín Luna Venegas inauguró el 12 de septiembre el kiosco del jardín Morelos y el corral del parque, ya siendo gobernador del estado el general Baltazar Leyva Mancilla.

Por gestión del alcalde Luna Venegas a partir del 12 de septiembre de 1948, la turbina de la fábrica de hilados y tejidos Progreso del Sur Ticuí suministró energía eléctrica a nuestra ciudad. El servicio se dio a solicitud del comercio a través de las autoridades municipales que hablaron con Enedino Ríos Radilla gerente de la Sociedad Cooperativa David Flores Reynada. La primera línea que se tendió fue de bajo voltaje y se concretó únicamente para alumbrar el jardín Morelos, posteriormente la empresa modificó la red para corriente alterna, dando el servicio de 23 horas diarias y alumbrado la mayor parte de la ciudad. Años más tarde Hilda Flores Solís se quejaría de que mientras las casas de la ciudad se iluminaban con la energía proporcionada por la cooperativa que llevaba el nombre de su padre, ella se seguía alumbrando con candil.

El primero de enero de 1949 tomó posesión como presidente municipal constitucional Benito Fierro Fierro y ya siendo presidente de la República Miguel Alemán Valdés, se inician los primeros estudios para la planeación y la construcción de un canal de irrigación. Los estudios estuvieron encabezados por el ingeniero Moisés Sandoval. Y los trabajos de canalización –dice Wilfrido Fierro– estuvieron a cargo de los ingenieros Vázquez y José Varela, escogiendo como toma del río el lugar conocido como Huanacaxtle. El primer canal tuvo una extensión de 5 kilómetros al sur, bañando gran parte de las tierras laborables de las comunidades de Boca de Arroyo, Corral Falso y La Zuzuca. Para la ejecución de tal obra la Secretaría de Recursos Hidráulicos contrató a la compañía constructora del general Adrián Castrejón ex gobernador que en ese tiempo fungía como jefe de una zona militar en Guerrero. Cabe mencionar también que dicha obra benefició principalmente el rancho del general Matías Ramos conocido como la Huerta Grande y después como el Rancho del General.

Una novedad para la época fue que el 10 de agosto el doctor Juan José Becerra Luna instaló en su consultorio los primeros aparatos de Diatermia: Rayos Ultra Violeta, Infra Rojo y un gabinete de Rayos X.

La cooperativa David Flores Reynada estaba bajo la lupa del gobierno. El ingeniero Nicolás Icaza, del departamento de Protección General de Seguridad Industrial de la Dirección General de Previsión Social, realizó por segunda ocasión una inspección, el primero de diciembre de 1949, a la fábrica de Hilados y Tejidos de Algodón y Fioco. Encontró que laboraban 288 obreros: 165 hombres y 123  mujeres. Ya no existía el sindicato, los socios de la cooperativa lo controlaban todo.

En 1949 el presidente municipal Benito Fierro Fierro inauguró un nuevo Mercado, era un galerón construido con barrotes y techo de láminas de cartón que los locatarios de la Plaza Morelos hicieron por su cuenta, ahí se vendían frutas y legumbres. Debido a la insuficiencia del local el año siguiente fue cambiado, por el mismo alcalde, a la plazuela la Perseverancia abriendo con ello un nuevo centro de abasto. Para el caso los mismos locatarios, con la ayuda de la administración municipal, construyeron otro galerón y posteriormente procedieron a levantar casetas para fondas, panaderías, carnicerías y para otros artículos de primera necesidad.