1 octubre,2017 8:48 am

La amenaza del cambio climático

Reyes Betancourt Linares

En estos días en que nuestro país ha padecido los efectos de sismos, sobre todo el del 19 de septiembre, en donde nuestra entidad también ha sufrido estas consecuencias, particularmente en la región Norte, como es el caso de los municipios de Tepecoacuilco, Huitzuco, Atenango del Río y Copalillo, en ese orden, que se consideran una subregión, pues están ubicados por esa zona y pueden, al menos sus cabeceras, recorrerse por la misma vía que va del punto conocido como Rancho del Cura –en la carretera Chilpancingo-Iguala–, pasando por la Autopista del Sol. Sin olvidar los daños ocasionados a la principal joya arquitectónica de Taxco: la Iglesia de Santa Prisca, uno de sus principales atractivos turísticos.

Asimismo, los guerrerenses hemos sido afectados por las intensas lluvias en nuestras dos costas, destacadamente en la Costa Chica, en los municipios de San Marcos, Florencio Villarreal (Cruz Grande), Copala y Marquelia, entre otros.

Estos fenómenos naturales, destacadamente los relacionados con el clima, ocasionan daños a la economía de los mexicanos, y a la de los guerrerenses, es resultado principalmente del llamado cambio climático, entendido como el calentamiento del planeta, que desde  la década de los 50 del siglo XX, registra en la atmósfera y los océanos un incremento sin precedentes, lo cual repercute en la disminución de los volúmenes de hielo y nieve de los polos; así como el incremento del nivel del mar. Este es el resumen de hechos del quinto informe del estado que guarda el planeta, reseñado por el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

El IPCC está integrado por un panel de 800 científicos, principalmente de Estados Unidos, Europa, Japón, China, América Latina, que aportan el mayor número. El informe presentado a finales de 2014, es la base que se consideró para la negociación de la cumbre sobre el clima, que tuvo lugar en París, en diciembre de 2015. De ese encuentro, en donde estuvieron los jefes de Estado y de Gobierno de los países más avanzados del orbe, surgió el protocolo que está dando los lineamientos para luchar contra el calentamiento del planeta, que ya está causando estragos en forma de fenómenos meteorológicos extremos, como los sufridos recientemente en Miami y en países del Caribe.

El cambio climático es, sin lugar a dudas, el mayor problema ambiental al que nos enfrentamos, coinciden los integrantes del IPCC, quienes añaden que científicamente no hay argumentos para negar este fenómeno de la naturaleza; tampoco hay algún gobierno en el mundo que lo desmienta. Asimismo, los miembros del panel puntualizan que es clara la influencia del hombre en el calentamiento del planeta, en el que destacan la emisión de gases de efecto invernadero proveniente del sector energético, el transporte y por el cambio de usos del suelo, ligado a la desforestación, como nos sucede en Guerrero con la destrucción de nuestros bosques y la afectación de cultivos como el café; tratándose de nuestros vecinos de Michoacán, la deforestación está ligada al cultivo del aguacate, producto de gran demanda en el mercado norteamericano.

Los países y regiones más grandes  e importantes desde el punto de vista económico son los que más contaminan y que corresponde al 75 por ciento del total; China aporta el 24 por ciento, Estados Unidos el 14.4, la Unión Europea el 10.3, India el 10, Rusia el 5.4, Japón el 3.1, Brasil el 2.3, Indonesia 1.8 y México 1.7 por ciento. Desde el punto de vista de la emisión por habitante, la lista la encabezan Estados Unidos y la Unión Europea, con Alemania a la cabeza.

El impacto del cambio climático, según los expertos del IPCC, va a ser muy grave, pero más difícil es pronosticar cuándo, cómo y en qué lugar del planeta tendrá lugar. Y es que el problema está en que emitimos más contaminantes de los que el planeta es capaz de digerir. Por otra parte, los científicos señalan que las concentraciones de dióxido de carbono alcanzan niveles nunca vistos en los últimos siglos. Una propuesta de solución sería, en su opinión, dejar sin explotar un tercio de las reservas del petróleo, la mitad de las de gas y el 80 por ciento de las de carbón que falta por extraer de las profundidades terrestres, si se quiere limitar el calentamiento que cada día nos afectará más.