19 septiembre,2017 12:26 pm

Mara. Ni una menos.

Mara. Ni una menos.
Arturo Martínez Núñez

México se ha conmocionado por el asesinato de Mara Castilla en Puebla. Miles de mujeres han salido a las calles y han alzado la voz en redes, exigiendo un alto a la violencia de género bajo el grito de “Ni una menos”. Más allá de las particularidades terroríficas del caso, vale la pena reflexionar sobre las causas y el entorno que permiten que las agresiones contra mujeres sigan ocurriendo en nuestro país.

Mara era una joven como muchas otras. Su único error fue vivir en un país en donde la vida ha dejado de tener valor. Un país en donde se muere o se mata a cambio de unos pesos. Un país en donde la posibilidad de que un crimen sea castigado es infinitamente inferior a la ganancia derivada de infringir la ley. Un país donde el respeto, el diálogo, la tolerancia y la armonía, han dejado de ser valores primarios. Un país donde la clase política lejos de ser la armonizadora y solucionadora de conflictos, se ha convertido en la principal generadora de éstos.

Un país donde estamos más preocupados porque el fiscal sea de nuestro equipo político en vez de que se convierta en el defensor del pueblo.

Mara cometió el error de ser joven, el error de querer salir a divertirse con sus amigos, el error de tomar un taxi de los llamados “seguros”, el error de cruzar su camino con el de un sociópata que en los momentos previos a perpetrar su crimen, seguramente valoró las posibilidades que tenía de salir impune contra las posibilidades de caer preso y optó por el camino del mal, sabiendo que en este país la justicia nunca llega y cuando llega lo hace tarde y mal.

Mara murió en un país donde desde los hogares, fallamos en la tarea de educar a los niños acerca de la igualdad, de la equidad y del respeto y amor al prójimo.
Mara fue asesinada en un país donde no entendemos que el ejemplo es el mejor formador. Donde no comprendemos que aquello que los niños vean en casa lo habrán de replicar fuera de ésta. Si nuestros niños crecen en un entorno de violencia y de falta de respeto es bastante probable que repitan esta conducta.

Mara fue privada de la vida en un país sin un sistema de justicia real. En un país donde no se castiga a quien comete un delito. En un país donde la vida de una mujer, de un joven o de un niño valen nada. Un país que lleva décadas luchando contra sus propios fantasmas reinventando sistemas de justicia a los que les llamamos “nuevos” como si la semántica fuera a resolver por arte de magia siglos de impunidad, de abuso y de injusticia.

Hoy, algunas mujeres se han articulado para generar redes de autoprotección ante la incapacidad del Estado mexicano de brindárselas. Estas iniciativas deben de apoyarse y profundizarse. En este momento de debilidad del Estado, los ciudadanos debemos de suplir al Estado como garante de la seguridad. Lo que no hagamos como sociedad no vendrá nadie a dárnoslo. Insisto en el tema de generar nuevos ciudadanos para que pueda haber gobiernos distintos.

Mara no murió por su culpa. Murió por culpa de todos los que alguna vez hemos preferido voltear la vista antes que denunciar las barbaridades que ocurren en nuestra sociedad.

Mara murió por culpa de todos aquellos que alguna vez hemos dicho “a mí no me afecta, no es mi caso, no es mi estado, no es mi ciudad…”

Mara murió porque no somos lo suficientemente misericordiosos ni solidarios para ponernos en los zapatos del otro, para indignarnos con la injusticia al otro, para sufrir por el dolor del otro.

Mara fue asesinada pero sólo morirá si la ola de indignación se desvanece y todos, mujeres y hombres, dejamos que este caso se convierta en uno más en la larga noche que azota a México. ¡Ni una menos!

Colofón. Iniciado formalmente el proceso electoral del 2018 el posicionamiento de las principales fuerzas políticas parece ser el siguiente:

El partido más importante (PRI) no tiene candidato; el candidato más importante (Andrés Manuel López Obrador) no tiene partido; los partidos de la Coalición más importante (PAN, PRD y MC) no tienen ni candidato (ni partido) y por último, los candidatos independientes, están en la lucha para que se les permita competir contra los partidos.

[email protected]