28 noviembre,2017 6:51 am

Los escritores no deben dejarse distraer por la coyuntura política que les rodea: Paul Auster

Guadalajara, Jalisco, 28 de noviembre de 2017. Para Paul Auster (New Jersey) la literatura es un acto solitario, para raros y curiosos seres que se maravillan por detalles pequeños y que no quieren ser como el resto. No lo son, de alguna forma se convierten en extranjeros en su propia tierra, no encajan.

“La necesidad de hacer arte es una especie de enfermedad, te infectas cuando eres muy joven y nunca te curas, los escritores nos mantenemos con esta enfermedad durante toda la vida, solemos ser raros y el resto del mundo no nos entiende muy bien”, dijo.

Agregó: “En cierta forma somos migrantes internos, exiliados en el propio país, siempre nos oponemos, estamos en contra del poder, nos defendemos nosotros mismos y creo que es un lugar muy solitario para estar”, afirma.

El escritor, guionista y director de cine, estuvo en la Feria Internacional del Libro. El domingo inauguró el Salón Literario Carlos Fuentes y ayer presentó su novela más reciente 4 3 2 1 (Seix Barral, 2017), con la que regresó al reflector después de siete años de ausencia.

En este libro, Auster centra su atención en Ferguson, un hombre en cuatro versiones distintas que explora el dolor de la muerte, el placer de la amistad, los contrastes de la vida familiar y el entorno que le rodea. Hay una vuelta al pasado, a la memoria, a la infancia y a la juventud, en un viaje literario en que se entiende que los muertos y los vivos son uno mismo, reflexiona el autor reconocido como una de las plumas más interesantes e influyentes de su generación.

“Todavía soy, de muchas formas, el que era de niño y estoy interesado en todo, no estoy diciendo que esto sea bueno o malo, es sólo que forma parte de la naturaleza de los artistas, tener esta curiosidad. Muchas personas, desafortunadamente no son curiosas, lo son cuando son pequeñas, pero algo cambia en el transcurso, la gente quiere encajar, ser como los demás, y creo que algo que tienen los artistas es que no quieren ser como el resto, no encajamos”, destacó el autor de La Trilogía de Nueva York.

El creador recuerda sus inicios hace 50 años. Todavía tiene la imagen en la memoria cuando escribió Notes from a composition book (1967), un libro de apuntes y poemas sobre la vida, la realidad y la escritura.

Fue en ese libro en el que legó una de sus frases más memorables y que ha contenido, en cierta forma, todo lo que ha escrito después: “El mundo está en mi cabeza. Mi cuerpo está en el mundo”.

“Trataba de captar la dualidad de la existencia humana y creo que se sostiene ahí claramente. Cada quien percibe el mundo de forma distinta, todos tenemos nuestras visiones sobre lo que es la realidad y aun así todos juntos somos parte del mundo, nuestros cuerpos ocupan el mismo espacio, pero nuestras cabezas funcionan de maneras muy distintas, somos seres de dualidades”, manifiesta.

El autor, que ha sido reconocido con nombramientos como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia y con galardones como el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, advierte que los escritores no deben dejarse distraer por la coyuntura política que les rodea, aunque su país viva uno de los momentos más extraños de su historia.

“Nunca pensé que estaríamos donde estamos ahora, me molesta y me imagino que ustedes saben las razones, por eso no voy a explicarlas. Un escritor, un novelista debe entender y pensar en esas circunstancias, pero su única obligación como escritor es escribir bien, escribir las mejores frases que pueda, los artistas no se pueden permitir las decepciones de la vida pública, no pueden distraerse del lugar en el que necesitan, tienen que estar rigurosamente centrados en su trabajo”, narra.

 

Nota: Rebeca Pérez Vega/ Agencia Reforma/ Foto: Reforma.