9 mayo,2024 11:16 am

El 10 de Mayo no hay felicidad, prefieres salir a exigir justicia, dicen Madres Igualtecas

 

Y la asociación civil Los Otros Desaparecidos de Iguala ofreció ayer un convivio para que sus integrantes, que la mayoría son madres, tengan una sonrisa durante unas horas frente a todo el año de tristeza

 

Iguala, Guerrero, 9 de mayo de 2024. Un 10 de mayo para una madre que tiene a un hijo o una hija desaparecida es un golpe muy duro, es un día triste, no hay felicidad, prefieres salir a marchar para exigir justicia y su aparición que ir a una fiesta, dijo la presidenta del colectivo de Madres Igualtecas, Sandra Luz Román Jaimes, quien padece cáncer de mama.

Mientras que en la asociación civil Los Otros Desaparecidos de Iguala, este miércoles dejaron de lado las marchas, las búsquedas, las varillas, los picos y las palas, para ofrecer un convivio a 120 mujeres buscadoras que tiene a un familiar desaparecido, con el fin de darles un momento de felicidad, declaró por teléfono la directora del colectivo, Adriana Bahena Cruz.

 

Se nos termina la vida buscando a nuestros hijos

La activista Sandra Luz Román Jaimes, desde hace más de 12 años busca a su hija Ivette Melissa Flores Román, desaparecida en Iguala en 2012, y el 2 de agosto de 2017 le detectaron cáncer de mama, y ha empezado a perder dientes debido a las quimioterapias a las que fue sometida.

“Da tristeza, desesperación, las fuerzas se van acabando, pero no la esperanza de localizar a nuestros hijos. Siento que va a llegar el momento en que ya no voy a poder subir un cerro, los huesos se me están debilitando y los dientes se me están cayendo por las quimioterapias”, contó en declaraciones por teléfono.

Se nos termina la vida buscando a nuestros hijos con el olvido del gobierno que le ha dado prioridad a los 43 normalistas de Ayotzinapa, no digo que no son importantes, todos son importantes y todos tenemos el derecho a que los busquen y los encuentren”.

–¿Cómo es un 10 de mayo para una madre buscadora de fosas? –se le preguntó.

–Muy triste, un día en el que no hay felicidad, dejas de convivir con el resto de las personas y hasta con tu propia familia, pudiera disfrazar mi tristeza, pero no puedo– indicó.

Contó que su caso es un golpe doble, pues ella busca a su hija mientras que su nieta pregunta por su madre desaparecida a la que no puede llevar al festejo de su escuela.

“Es un golpe muy duro para nosotros, yo prefiero marchar para pedir justicia y la aparición de mi hija a quedarme con mis otros hijos o hacer fiesta para que me preparen una comida, que me den regalos. Les dije que no me regalen nada, les pedí que mejor me contraten una Urvan para llevar a las familias a marchar el 10 de mayo a Acapulco”, narró.

Para ella, dice, la vida social terminó desde el día que se llevaron a su hija y la desaparecieron, también para su familia, y desde entonces no ve televisión ni escucha música porque todo le recuerda a Melissa.

Román Jaimes destacó que a estas alturas de su vida perdonó todo lo que le hayan hecho a su hija, “que no debería, pero quiero estar en paz conmigo misma y para eso debo de perdonar aunque es muy difícil para mí aceptarlo, pero para la poca vida que me queda por lo menos quiero estar tranquila”.

Y agrega, “sé que un día me van a matar, pero voy a morir en la raya, voy a morir buscando a mi hija, y mi vida yo la entrego a todos los desaparecidos y a todas las madres que siguen sufriendo igual que yo. La esperanza es encontrarlos antes de que la vida se nos vaya”.

Señala que ahora con su enfermedad, pide a los gobiernos estatal y federal tener acceso a la salud, que le ayuden a comprar sus medicamentos.

La asociación de Madres Igualtecas, que marchará el 10 de mayo en Acapulco, tiene registrados 94 casos de desaparición ante la federación y otros 80 en el estado, lo que representa unas 174 familias adheridas.

 

Deciden no manifestar más su dolor en el Día de las Madres

Desde hace cinco años, la asociación Los Otros Desaparecidos dejó de lado las marchas, las búsquedas, las varillas y las palas para festejar a las mujeres, en su mayoría madres de víctimas de desaparición.

La también vocera de la organización, Adriana Bahena indicó que en la asociación se decidió el 10 de mayo “no manifestar más nuestro dolor, sino hacer algo para que ellas (las mujeres) al menos en este día tuvieran una sonrisa en su rostro, ya que los otros 364 días del año no la tienen”.

En declaraciones por teléfono, la activista recordó que la mayor parte de los integrantes del colectivo son madres, mujeres que llegaron en 2014 “diciendo que ya no querían vivir o que las hubieran llevado a ellas en lugar de sus hijos. Las madres se habían quedado estacionadas en una etapa diciendo que su vida ya no tenía sentido”.

Destacó la importancia de la reparación del tejido social bajo la consigna a las familias de que si sus corazones siguen latiendo es porque Dios quiere que sigan viviendo, y que, si les quitaron a un hijo o hija, pero ese hijo le dejó nietos y tenía hermanos y ellos también los quieren ver vivir y las necesitan.

Recordó que han sepultado a madres que fallecieron sin encontrar a sus hijos desaparecidos, pero que además en este proceso “se dejaron morir” y los que estuvieron cerca no hicieron nada para tratar de volver a motivarlas de que la vida tiene sentido.

Destacó que la intención de este festejo que realizaron ayer en las instalaciones de la asociación “es para que por lo menos durante dos o tres horas sonrían, bailen y se olviden un poquito de todo ese dolor que han abrazado durante muchos años”.

Desde Los Otros Desaparecidos, dijo, han decidido despertarles a las madres el sentido de que la vida es bonita y que no importa lo que ha pasado, aunque les desgarró el corazón, pero vale la pena vivir.

En la asociación, se da atención psicológica a alrededor de 150 madres, niños y adolescentes, algunos de ellos hijos y nietos de los desaparecidos que contribuyen en su salud mental. Bahena Cruz reconoció que estas actividades han funcionado “maravillosamente” en el ánimo de las familias.

Ayer a 120 mujeres de la asociación les ofrecieron comida, música de banda durante tres horas para que bailen y convivan quienes son madres, esposas y hermanas de los desaparecidos en sus instalaciones de Ciudad Renacimiento con sede en Iguala.

Los Otros Desaparecidos tiene un padrón de 230 víctimas de desaparición, 80 de ellas que son de nuevos casos que han llegado a la asociación, y más de mil 200 víctimas indirectas, entre ellos alrededor de 250 niños y niñas que han quedado en orfandad.

 

Texto: Alejandro Guerrero / Foto: El Sur