6 noviembre,2017 7:34 am

Se siente traicionada Lila Downs por quienes votaron por Donald Trump

Ciudad de México, 6 de noviembre de 2017. En los textiles que viste y las letras que su voz teje, Lila Downs porta orgullosa sus raíces mexicanas. Luce menos su otra raíz, la estadunidense, que lleva en el apellido y también en el corazón, especialmente ahora que la relación entre ambas culturas atraviesa un momento difícil.

En su concierto de anoche, en el Auditorio Nacional, la intérprete de Son de Juárez compartió escenario con Carla Morrison, con quien tiene en común esa formación bicultural por haber crecido entre México y Estados Unidos.

Antes de subir a cantar Ser Paloma, Lila compartió en entrevista lo que para ella significan sus orígenes en el contexto social y político actual.

“Creo que es un momento bien doloroso para gente como nosotros, porque tratas de ver las cosas positivas. En parte porque vengo de una familia muy darkie: como mixteca y como oaxaqueña, somos muy críticos y duros. En la música busco la luz, trato de encontrar una manera de que se vuelvan cantos de esperanza. Si tú luchas toda tu vida haciendo canciones así y llega alguien como este presidente (Donald Trump), acompañado de miles de personas que piensan como él, es una tristeza, una depresión grande”, señaló.

Después del triunfo de Trump, Lila se sintió traicionada, en especial por los latinos que votaron por él. Pensó incluso en dejar de enviar esos mensajes a través de su música. Sin embargo, volvió a tomar el micrófono y compuso una canción inspirada en ese asunto.

“Así de fuerte me ha afectado. Envidia es un tema que habla de esto, yo creo que esta gente blanca en su mayoría, ignorante, que no sabe ni quienes somos los latinos y mucho menos los mexicanos y nuestra historia, y se atreven a discriminarnos. Por eso es muy importante para mí cantar esto”.

La canción, que grabó con Andrés Calamaro para el disco Salón, lágrimas y deseo, y que incluyó en sus conciertos de este fin de semana, reza así: “Ya no me tienes ahí debajo y escondida, ya no me insultas porque tienes el poder”.

Para su siguiente proyecto, Lila desea incluir folclor estadunidense, pues aunque conscientemente le ha dado la espalda, ahora volvió a despertarse su interés tras cantar con Joan Baez.

“También es la raíz mía. Yo escuchaba a Bob Dylan de chiquita y vamos a ver qué sale”, adelantó.

Dedicó su concierto del sábado a víctimas de los sismos y de la violencia en el país

Ataviada con un huipil bordado oaxaqueño, Lila Downs apareció el sábado en el escenario del Auditorio Nacional poco después de las 20 horas y de inmediato hizo alusión a un altar de muertos adornado con cempoalxóchitl que estaba en la parte derecha del mismo.

“Hemos hecho aquí este altar en honor a todos los fallecidos el día 7 y 19 de septiembre en el terremoto, también a los fallecidos por la violencia en México, cosa difícil de mirar de frente, pero realidad”, dijo Downs, antes de comenzar el concierto.

Ante cerca de 10 mil personas, Lila deleitó al público con canciones como Cama de piedra, Inmortal, Tu cárcel, Llorona y El feo.

Jóvenes y niños, muchos pintados como catrinas, pero sobre todo señoras y señores, algunos hasta en silla de ruedas, acudieron a ver a la oaxaqueña.

La cantautora fue acompañada en algunas canciones por la agrupación jarocha Caña Dulce y Caña Brava, y, más adelante, antes de cantar Mezcalito, sacó una botella de mezcal, echó un poco sobre el piso y luego le dio un trago.

Downs complació por casi tres horas a sus seguidores, quienes la hicieron salir al grito de “Lila, Lila, Lila”, cuando ya se había despedido, sólo para terminar el show con Zapata se queda, Un mundo raro, la cual cantó el público al unísono, y La cumbia del mole.

Nota: Fabiola Santiago- Emmanuel Millanes- Reforma/ Foto: Reforma.