17 noviembre,2017 7:50 am

“Bucho” Noyola, rescatista de más de 100 años de música negra de la Costa Chica de Guerrero

Cuajinicuilapa, Guerrero, 17 de noviembre de 2017. Don Bucho Noyola es un negro que se ha encargado de cantar historias de la vida de los pueblos de la Costa Chica y de ponerle ritmo a los fandangos con su son de artesa en los últimos 40 años.

Oriundo de San Nicolás Maldonado, municipio de Cuajinicuilapa, desde los 8 años se ha dedicado “a la cantada” y a sentir que la música “la tiene en su sangre”, a pesar de la pobreza y la marginación en que vivió.

“No sabíamos qué era cultura, yo de niño cantaba, no tocaba, aprendí de grande, me empezó a gustar, se lo debo a mi madre, ella dice: ‘te voy a comprar la primera guitarra, a ti te gusta cantar, te gusta tocar, para que tú te desarrolles y hagas lo que tengas que hacer’, cuenta don Bucho.

Silbestre Tiburcio Noyola Rodríguez –su verdadero nombre–, nació el primer día de enero de 1949 y con él nació su gusto por rescatar más de 100 años de música negra “que ha sido difícil recuperarlos, pues tiene que ir de una parte a otra a recoger las historias, a pedirle a los viejos que no se lleven (los escritos)” que los dejen en la tierra para que otros lo difundan.

Los corridos de Bucho cuentan historias de peleas de tierras, de familias que se acaban por las venganzas, de mujeres que se roban para después casarlas, de canciones de amor y de luchas contra el gobierno, en una zona que era conocida por ser violenta desde antes de la violencia que se vive ahora en el estado de Guerrero.

“Hay que hablar con la realidad, porque  hay muchos que mentimos y siempre el pueblo es testigo de lo que tú haces, de lo que pasa en el pueblo la gente es testigo para decir ‘eso es cierto lo que estás cantando’, cuando aquello no sirve le dicen: ‘eso no es cierto lo que estas haciendo”.

Don Silbestre no conoció otros pueblos hasta la adolescencia, se la “pasaba en el campo” y cuando salió a otro lado cantaba en las cantinas.

–“¡Eh! quien es ese que canta, canta bien bonito ¿quién será?

–Es Bucho.

–¿Cómo que <iBucho, ese no lo conocía de cantador.

–Pues váyale a ver.

Iban a ver y se sorprendían.

–¡Ah caray! cómo tú no salías para el pueblo, no nos dábamos cuenta quién eras, pero ahora que ya empiezas a salir, que ya te estás dando a reconocer, ya sabemos quién eres.

Desde hace 40 años se ha dedicado a la música, inició con los Inquietos del Trópico y en 1982 fundó Los Cimarrones, agrupación  que hasta ahora sigue sonando en la Costa Chica del estado y que “vuelve a recoger todo lo que nuestros abuelos dejaron”.

El nombre de los Cimarrones explica que proviene del negro que “nunca fue esclavo, pero el negro tiene una forma de hablar, físico (fuerte), mocho y rebelde; él puede decir la palabras que él quiere decir, porque él no tiene estudio, él es un animal cimarrón.”

Noyola revela que antes le costó ser negro, “pero ahora al contrario, me ayuda más, nos ayuda a mucha gente. Yo no me escondo de mi color, al contrario a mi me da mucho orgullo y gusto, porque cuando yo lo digo en un escenario (que soy negro) se levanta el público como ola”.

El fundador de Los Cimarrones no tiene ningún estudio, siempre trabajó en el campo y si estuvo en la escuela fue a “conocer una letra o dos letras, de grande empecé aprender  poquito, pero yo no soy profesionista, todo lo que traigo lo traigo en el pensamiento y mi cerebro, y lo que hago, mis trabajos lo presento al público y el que le guste qué le guste y el que no pues ahí nos vemos”.

Además, se ha dedicado a rescatar el son de artesa, “el baile de los negros que fue llevado primero a Cruz Grande y después a Tixtla” donde se quedó el baile de la tarima, pero “la mamá de la tarima es el son artesa”.

Tiene un grupo de jóvenes con los que ha recorrido gran parte del país con el ritmo del taconeo en la tarima y ataviados con la tradicional vestimenta; hombres negros vestidos de blanco y pañuelos rojos  y mujeres cobijadas por faldas de colores y ritmos sensuales de cadera.

En el año del 2001 don Bucho recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes, y orgulloso exclama que ha recorrido “35 países representando a México con su música”.

Ahora Don Tiburcio Noyola sigue viviendo en San Nicolás Maldonado, luchando por el reconocimiento de “la tercera raíz”, rescatando su música y tocando sus famosos corridos: Luis y el Cuiniqui, Corrido de Prisco Sánchez, de los Tres Valientes y sus sones de artesa.

“Voy a dejar de cantar cuando ya cierre los ojos y ya Dios me mande traer”   y seguirá luchando para que en México “desarrollemos nuestra cultura, porque nuestra cultura nos da a reconocer, porque si no tenemos cultura no somos nadie, si un pueblo no tiene cultura no es pueblo”.

Nota y foto: Lenin Ocampo Torres.