7 mayo,2018 6:55 am

Con indignación y reproches al gobierno sepultan a Geovanni, de 17 años, uno de los 9 ejecutados

Participaba en un grupo de tlacololeros en el barrio de San Mateo en Chilpancingo y en otro de chambelanes. Familiares informan que trabajaba en el Tendajón El Güero, como repartidor de refrescos Coca-Cola en Tixtla y pueblos cercanos, y fue levantado la tarde del jueves con el dueño del establecimiento y otros cuatro empleados, también asesinados. En el sepelio dijeron que saben que el grupo criminal que los asesinó había amenazado al propietario para que no siguiera vendiendo en Tixtla. Dijeron que están inconformes porque antes de investigar el gobierno los acusó de vender productos robados.

Texto: Zacarías Cervantes
Foto: Jesús Eduardo Guerrero
Chilpancingo, Guerrero. Entre muestras de indignación, reclamos de justicia y reproches al gobierno, la tarde de ayer fue sepultado Edwin Geovanni Guzmán Martínez, el joven de 17 años que fue asesinado junto con otros ocho hombres cuyos cadáveres fueron encontrados en la caja de una camioneta la mañana del sábado en Los Túneles de la carretera de cuota Chilpancingo-Tixtla.
Frente a estos crímenes, para el padre de Geovanni es inútil exigir justicia. “A las autoridades no les puedo pedir nada, porque realmente no hacen nada, hacen caso omiso a todo esto. No son aptas, son incapaces para (resolver) esto. Policías ministeriales, estatales y municipales son lo mismo”, dijo.
El cortejo fúnebre fue encabezado por la danza de los tlacololeros de la que Geovanni formó parte. También asistieron jóvenes de la agencia de chambelanes en la que también participaba. Los primeros danzaron desde el barrio de San Mateo donde vivía hasta el panteón central, y en alguna parte del trayecto corearon consignas de justicia para su compañero asesinado.
Al frente, el tigre de la danza cargaba la fotografía de Geovanni, y más atrás un grupo de jóvenes portaban un estandarte del grupo de chambelanes del que formó parte el ahora finado.
Geovanni fue levantado por hombres armados la tarde del jueves junto con Estaban Nava Romero, propietario del Tendajón El Güero para quien trabajaba y cuatro trabajadores más. Su cuerpo fue encontrado junto el de otros ocho cadáveres la mañana del sábado dentro de la caja de una camioneta de redilas color azul, placas HR5536B.
Familiares del joven –que era el mayor de tres hermanos– informaron que apenas tenía 15 días de haber entrado a trabajar a esa tienda que distribuye productos de la empresa Coca-Cola en las comunidades de ese municipio, según supieron porque la empresa matriz hace años que dejó de surtir con sus propios camiones por el temor que se los secuestren los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa.
Los restos de Geovanni fueron velados la noche del sábado en una casa humilde de concreto y con techo de lámina galvanizada y otra de asbesto, ubicada en el populoso barrio de San Mateo.
Allí, contaron sus vecinos, Geovanni era muy conocido por su carácter alegre y amistoso con todos. En el panteón central donde fueron depositados sus restos, hubo llanto entre sus compañeros danzantes y el ambiente sensibilizó a la mayoría cuando al son de la flauta y el tambor el féretro bajaba al sepulcro.
Además de que Geovanni participaba en la danza de los tlacololeros, era integrante de una agencia de chambelanes. Por eso nadie cree que anduviera metido en cosas ilícitas como se apresuró a informar el gobierno en un boletín el sábado.
Sus familiares contaron que aunque no le llamó la atención el estudio, pues solamente terminó la secundaria, Geovanni era muy trabajador, incluso en el Tendajón El Güero trabajaba de 15 a 16 horas, aproximadamente, y por esos sus padres ya le habían pedido que se saliera, dijo uno de sus tíos ayer durante las exequias.
Añadió que por eso existe molestia entre los familiares en contra del gobierno del estado porque por medio del vocero en materia de seguridad, Roberto Álvarez Heredia, dijo en un boletín el mismo sábado después de que fueron hallados los cuerpos que “de acuerdo a las primeras investigaciones, las personas encontradas utilizaban esta misma camioneta (en la que fueron encontrados los cadáveres) para vender productos de consumo, presumiblemente de procedencia ilícita”, o robados, pues dijo que se está criminalizando a todas las víctimas sin antes investigar y sólo para deslindarse de las investigaciones.
El padre de Geovanni informó que apenas había empezado a trabajar el 24 de abril en Tendajón El Güero. Recordó que ese día se fue temprano y regresó a las 10 de la noche. Al día siguiente igual se fue a las 6 de la mañana y regresó en la noche, entonces él le preguntó por qué regresaba a esa hora y el joven le explicó que no sólo repartían el producto de la Coca Cola en Tixtla, sino en varias comunidades del municipio y que por eso se les hacía tarde.
Por eso le pidió que dejara de trabajar, pues le argumentó que necesitaba vida social “y estás trabajando casi 16 horas”, le reclamó a su hijo, pero el joven le contestó que era porque su patrón le exigía mucho.
El padre de Geovanni lo emplazó para que solamente trabajara la semana pasada y Geovanni selló el acuerdo con su padre con un “si, papá”. Sus demás familiares aseguraron que no era un niño rebelde, “sino un hijo de familia bien portado y trabajador”.
Pero el jueves, un día después de que platicó con su padre Geovanni ya no regresó. Ese día se comunicó con su madre para que le levara una muda de ropa porque le informó que ya no tenía para ir a trabajar al día siguiente.
Ese mismo día, a las 8 de la noche, cuando vieron que no llegaba, sus padres comenzaron a marcarle pero el aparato los mandaba a buzón. También le marcaron a sus compañeros de trabajo pero igual, los teléfonos estaban en buzón, y no tenían el número de sus patrones. Al día siguiente su padre se paró temprano y fue a preguntar por él a las oficinas de la Coca local y allí les informaron que otra persona había ido a buscar a uno de sus familiares que tampoco había llegado.
El papá de Geovanni informó que fue después de las 10 de la mañana que personal de la empresa le informó que los habían levantado en el punto conocido como El Triángulo de Tixtla y que no se sabía nada de ellos.
El cadáver de Geovanni fue hallado entre otros ocho la mañana del sábado, en la caja de una camioneta de redilas en el punto conocido como Los Túneles, en la carretera de cuota Chilpancingo-Tixtla.
Los familiares del joven informaron que el reporte pericial del Servicio Médico Forense indicó que habría fallecido aproximadamente a las 7 de la noche del viernes por estrangulamiento y desmintieron que se les hayan encontrado impactos de bala como se informó de manera preliminar en un parte oficial. Sí confirmaron que tenía huellas de golpes en distintas partes del cuerpo.
Tendajon El Güero es una empresa subcontratada por la Coca Cola que distribuye sus productos en Tixtla y en localidades vecinas de la cabecera municipal, y desde el inicio, la dueña, de la que los familiares de Geovanni desconocen el nombre, se deslindó de sus trabajadores desaparecidos, les dijo a sus familiares que a ella lo único que le interesaba era recuperar sus camionetas, a pesar de que entre los levantados estaba su esposo Andrés Nava Romero.
Incluso, tras el hallazgo de los cuerpos no se hizo cargo de los gastos funerarios ni apoyó para realizar los trámites. Los familiares de Geovanni se enteraron de que trabajaba sin prestaciones sociales.
Entre los familiares de Geovanni hay molestia con la empresa Tendajón El Güero porque saben que quienes se llevaron a los trabajadores y a Andrés Nava pidieron un rescate, pero la dueña se negó a pagarlo, “a nosotros no nos informó nada estábamos en la mejor disponibilidad de aportar algo”, dijo el padre de Geovanni.
Los familiares de Geovanni denunciaron que Tendajón El Güero “hizo mal las cosas” porque ahora saben que el grupo criminal que asesinó a las nueve personas ya le habían advertido a Andrés Nava que no querían que siguieran vendiendo en ese municipio, también le habían advertido que cuando menos no vendiera de noche.
Un reportero preguntó al padre de Geovanni que ahora qué pedía al Gobierno y no pensó mucho para responder, dijo: “A las autoridades no puedo pedirles nada porque realmente no hacen nada, hacen caso omiso a esto. No son aptas, son incapaces para esto. Ministeriales, policías estatales, municipales son lo mismo”.
(En la imagen: Con la danza de Tlacololeros, amigos y familiares pidieron justica en el funeral del joven de 17 años que fue encontrado sin vida junto a 8 personas más en la caja de una camioneta de redilas la mañana de este sábado en el libramiento nuevo a Tixtla. Foto: Jesús Eduardo Guerrero)
Lea toda la información en la edición impresa de este lunes 7 de mayo:
Página 9