Texto: DPA/ Foto: EFE
Whistler, Canadá, 3 de junio de 2018. La Unión Europea (UE) y Canadá unirán fuerzas en el conflicto por los aranceles impuestos por Estados Unidos a las importaciones de acero y aluminio, comunicaron los ministros de Finanzas de estos países a su homólogo estadounidense, Steven Mnuchin.
Al término de la reunión de representantes de Finanzas del G7 en Whistler, Canadá, fuentes de las delegaciones aseguraron que el mensaje fue muy claro. “La pelota está ahora en el campo de Estados Unidos”, dijo el ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno le Maire. Ahora es Washington el que tiene “que dar el paso correcto en la dirección correcta”.
“La base de la cooperación internacional son las reglas”, afirmó por su parte el alemán Olaf Scholz. Estados Unidos ha defendido esta idea durante mucho tiempo. “Ahora es llamativo y preocupante que ya no quiera seguir las normas”.
Scholz no quiso excluir que pueda haber un avance clave en la propia cumbre del G7 -EU, Canadá, Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Alemania- los días 8 y 9 de junio, con la presencia del presidente Donald Trump. “Cuándo, cómo y dónde es difícil de predecir”, dijo. Lo importante es que la UE actúa de forma unida y evitará volver a caer en el siglo XIX con sus barreras aduaneras y proteccionismo.
Tanto Canadá como la UE presentaron una queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y quieren imponer aranceles en represalia, sobre todo a productos agrícolas estadounidenses. “Canadá trabajará intensamente con la Unión Europea”, anunció la ministra de Exteriores del país, Chrystia Freeland.
No está claro sin embargo que Trump se deje impresionar por la resistencia o si los aranceles a la importación del acero y el aluminio son apenas un primer paso. En Whistler se habló mucho de guerra comercial, sobre todo si la próxima medida es por ejemplo añadir más tasas a la importanción de automóviles europeos.
El sábado el presidente reiteró en Twitter su opinión de que los otros países se aprovechan de Estados Unidos. Cuando se tiene un déficit comercial anual de 800 mil millones de dólares no se pueden perder las guerras comerciales, sentenció.
Trump ya había indignado a la UE con su cancelación unilateral del acuerdo nuclear con Irán y la amenaza de sanciones a las empresas europeas que hagan negocios en el país persa. También sentó muy mal que abandonara el Acuerdo de París sobre cambio climático. Pero con el ataque económico entró en otra escala de confrontación y consecuentemente el ambiente en Whistler fue gélido.
Los aranceles del 25 por ciento al acero y de un 10 por ciento al aluminio entraron en vigor el viernes 1 de junio. También se ven afectados México y Canadá, el principal proveedor de acero de Estados Unidos.
Las medidas de represalia de la UE sobre productos estadounidenses como whisky, mantequilla de cacahuete, motos, jeans o tabaco se activarán el 18 de junio. También se verán afectados los productos de acero, barcos y votes del país americano. En todos los casos los aranceles adicionales serán del 25 por ciento.
Al término de la reunión de representantes de Finanzas del G7 en Whistler, Canadá, fuentes de las delegaciones aseguraron que el mensaje fue muy claro. “La pelota está ahora en el campo de Estados Unidos”, dijo el ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno le Maire. Ahora es Washington el que tiene “que dar el paso correcto en la dirección correcta”.
“La base de la cooperación internacional son las reglas”, afirmó por su parte el alemán Olaf Scholz. Estados Unidos ha defendido esta idea durante mucho tiempo. “Ahora es llamativo y preocupante que ya no quiera seguir las normas”.
Scholz no quiso excluir que pueda haber un avance clave en la propia cumbre del G7 -EU, Canadá, Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Alemania- los días 8 y 9 de junio, con la presencia del presidente Donald Trump. “Cuándo, cómo y dónde es difícil de predecir”, dijo. Lo importante es que la UE actúa de forma unida y evitará volver a caer en el siglo XIX con sus barreras aduaneras y proteccionismo.
Tanto Canadá como la UE presentaron una queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y quieren imponer aranceles en represalia, sobre todo a productos agrícolas estadounidenses. “Canadá trabajará intensamente con la Unión Europea”, anunció la ministra de Exteriores del país, Chrystia Freeland.
No está claro sin embargo que Trump se deje impresionar por la resistencia o si los aranceles a la importación del acero y el aluminio son apenas un primer paso. En Whistler se habló mucho de guerra comercial, sobre todo si la próxima medida es por ejemplo añadir más tasas a la importanción de automóviles europeos.
El sábado el presidente reiteró en Twitter su opinión de que los otros países se aprovechan de Estados Unidos. Cuando se tiene un déficit comercial anual de 800 mil millones de dólares no se pueden perder las guerras comerciales, sentenció.
Trump ya había indignado a la UE con su cancelación unilateral del acuerdo nuclear con Irán y la amenaza de sanciones a las empresas europeas que hagan negocios en el país persa. También sentó muy mal que abandonara el Acuerdo de París sobre cambio climático. Pero con el ataque económico entró en otra escala de confrontación y consecuentemente el ambiente en Whistler fue gélido.
Los aranceles del 25 por ciento al acero y de un 10 por ciento al aluminio entraron en vigor el viernes 1 de junio. También se ven afectados México y Canadá, el principal proveedor de acero de Estados Unidos.
Las medidas de represalia de la UE sobre productos estadounidenses como whisky, mantequilla de cacahuete, motos, jeans o tabaco se activarán el 18 de junio. También se verán afectados los productos de acero, barcos y votes del país americano. En todos los casos los aranceles adicionales serán del 25 por ciento.
