14 junio,2018 6:52 pm

Huelga y más violencia en Nicaragua previo al reinicio del diálogo

Texto: DPA
Managua, Nicaragua, 14 de junio de 2018. Una huelga nacional de 24 horas convocada por la opositora Alianza Cívica paralizó hoy a Nicaragua, en vísperas del reinicio de un diálogo con el Gobierno y en medio de nuevos ataques de policías y paramilitares contra manifestantes civiles que hizo elevar la cifra de muertos a más de 160 en casi dos meses.
El paro (huelga) comenzó a las 00:00 locales (06:00 GMT) y durante todo el día dejó desiertas las calles, parques, centros turísticos y comerciales en las principales ciudades del país. Las localidades rurales, que también se sumaron a la protesta, se convirtieron en pueblos fantasmas.
La huelga fue convocada para exigirle al presidente Daniel Ortega que cese la represión y vuelva a la mesa del diálogo nacional para discutir, entre otros puntos, su salida del Gobierno, según dijeron los miembros de la Alianza Cívica que agrupa a estudiantes, empresarios y sociedad civil.
Ayer miércoles, por la tarde, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), mediadora en el diálogo, reveló que Ortega había aceptado reanudar el proceso y que volverán a reunirse el viernes, siempre con mediación de los obispos.
Consultada por DPA, la abogada Azahálea Solís, dirigente de la Alianza Cívica, declaró que acudirán al diálogo para demandar un “alto inmediato a la represión gubernamental” e insistir en la renuncia del presidente.
“El tiempo de Ortega se agotó y nuestra posición es inamovible: debe dejar el poder”, dijo Solís. También reveló que la semana pasada los opositores se entrevistaron en Managua con Caleb McCarry, enviado del republicano Bob Corker, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos.
McCarry, que también se reunió por separado con Ortega y con los obispos, les dijo que el mandatario de 72 años estaría anuente a adelantar las elecciones de 2021 sin retirarse del gobierno, lo que Solís calificó de “inaceptable”.
De igual manera, el dirigente campesino Medardo Mairena declaró: “Nuestra prioridad es detener la matanza a través de la renuncia de Ortega y de su cúpula de matarifes. No podemos continuar con un Gobierno genocida”.
Por su parte, los universitarios Víctor Cuadras y Zaya Hernández dijeron que la sesión del viernes será “crucial” y  “decisiva”, ya que “no es una mesa de diálogo, es la mesa de rendición y Daniel Ortega debe aceptarlo”.
Tras el anuncio de los obispos, policías y fuerzas de choque atacaron con violencia a manifestantes atrincherados en Nagarote y León (occidente), Masatepe, Diriamba y Jinotepe (sur) la noche del miércoles.
El cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la CEN, expresó su “condena y repudio” a los sucesos e hizo “un llamado a las autoridades y a la Policía Nacional a NO seguir con los ataques en contra del pueblo”.
Alvaro Leiva, presidente de la Asociación Pro Derechos Humanos de Nicaragua (ANPDH, independiente), dijo al canal 15 de televisión que seis personas murieron, siete  resultaron heridas y al menos 10 fueron detenidas en esos sitios.
Leiva lanzó un S.O.S. a nivel internacional por la “gravísima situación” y “profunda crisis” que vive el país, y dijo que los nuevos incidentes elevan a 168 el número de muertos desde que iniciaron las protestas el pasado 18 de abril.
Las cifras de la ANPDH se asemejan a las del no gubernamental Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), que hoy reportó 164  fallecidos y unos 1.400 heridos. El gobierno solo reconoce 46 muertes.
“Estamos actualizando las cifras a cada momento. Es terrible. Todos los días hay personas asesinadas”, declaró a dpa la directora del Cenidh, Marlin Sierra.
Leiva dijo que un equipo de periodistas del canal 10 local fue agredido y despojado de sus cámaras en la ciudad de Nindirí, vecina a Managua. En León, el director de Radio Darío, Aníbal Toruño, denunció acoso y amenazas.
Agregó que la ANPDH investiga denuncias sobre supuestos vuelos de avionetas que ayer habrían rociado pesticidas sobre manifestantes opositores en Jinotepe y Diriamba. Un suceso similar ocurrió a inicios de mes en Masaya, donde se reportaron personas intoxicadas.
Por su parte, Paulo Abrao, director ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA, escribió en su cuenta de Twitter: “Nicaragua debe cesar inmediatamente la represión de manifestantes y garantizar el respeto a la vida, integridad y seguridad de todas las personas que están ejerciendo sus derechos”.
También desde Washington, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, acusó a Ortega de haber llevado al país “a una ola de violencia” y le instó a poner fin a “los crímenes de su Gobierno”.
“El Gobierno de Daniel Ortega ha llevado al país a una espiral de violencia”, proclamó Pence. “Ha llegado el momento de poner fin a los ataques a manifestantes pacíficos”.
Por su parte, en una declaración desde Ginebra, expertos en derechos humanos de la ONU exhortaron hoy al “cese inmediato de la violencia y la represión en Nicaragua”.
“Estamos profundamente consternados al ver que la represión y el uso de fuerza excesiva e indiscriminada por parte de las fuerzas de seguridad del Estado, incluida la policía antimotines y los grupos armados progubernamentales, no se ha frenado”, señaló el informe.
Organismo de Derechos Humanos lanza S.O.S. internacional por Nicaragua
La Asociación Pro Derechos Humanos de Nicaragua (ANPDH, independiente) lanzó hoy miércoles un S.O.S. a nivel internacional por la “gravísima situación” que vive el país, donde más de 160 personas han muerto y al menos 1.400 resultaron heridas en los últimos dos meses.
El presidente de la ANPDH, Alvaro Leiva, declaró que “la situación de derechos humanos es de profunda crisis” debido a los continuos ataques de policías y fuerzas paramilitares contra civiles en distintas ciudades.
Leiva dijo al canal 15 de televisión que desde la medianoche del miércoles cuentan seis personas muertas, siete heridas y al menos 10 detenidas, tras ataques de fuerzas gubernamentales a manifestantes y a personas que circulaban por las calles.
Los nuevos sucesos elevan a 168 el número de muertos desde que iniciaron las protestas el pasado 18 de abril, indicó Leiva. El Gobierno sólo reconoce 46 fallecidos.
Las cifras de la ANPDH se asemejan a las del no gubernamental Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), que hoy reportó 164 fallecidos y unos mil 400 heridos en casi dos meses.
“Existe una profunda crisis de violación a los derechos humanos de la sociedad nicaragüense. Estamos sumamente preocupados y lanzamos un S.O.S. internacional”, afirmó Leiva.
Entre los incidentes más graves, mencionó que paramilitares incursionaron en la noche del miércoles a bordo de 12 camionetas en la ciudad de en Masatepe, a 40 kilómetros de Managua, donde “destruyeron y mataron a mansalva”. Se reportaron dos muertos y dos detenidos.
Otras dos personas murieron hoy en Tipitapa, al norte de Managua, y dos más en Nagarote (occidente), mientras en la ciudad de Nindirí, vecina a la capital, dos personas resultaron heridas de gravedad y un equipo de periodistas del canal 10 local fue agredido y despojado de sus cámaras.
Leiva afirmó que personas vestidas de bomberos atacaron a balazos a pobladores en Nindirí. Un jefe de bomberos llamó al canal 15 para aclarar que desconocían quiénes usaron los uniformes.
También se reportaron cinco heridos en León (occidente) y varias personas secuestradas por paramilitares en Chontales (centro).
“Los que están generando ese derramamiento de sangre son grupos que podemos calificarlos como delincuentes, porque las únicas instituciones autorizadas por la ley para portar armas son la Policía y el Ejército”, señaló Leiva.
El titular de la ANPDH agregó que la entidad investiga denuncias sobre supuestos vuelos de avionetas que ayer habrían rociado pesticidas sobre manifestantes opositores en Inotepe y Diriamba (sur). Un suceso similar ocurrió a inicios de mes en Masaya.
Según pobladores, dos avionetas no identificadas sobrevolaron el miércoles ambas ciudades y lanzaron un producto de olor muy fuerte y que provocó mareos y vómitos a varias personas. Leiva dijo que investigan el presunto uso del veneno conocido como Cipermetrina.