19 junio,2018 7:26 am

Las orquestas de TV Azteca han recibido casi mil 700 millones en recursos públicos

Texto: Carmen García Bermejo/ Quinto Elemento Lab/ Ilustración: José Quintero/ Especial para El Sur
Primera parte 
El otoño ha llegado este 2010 a la Cámara de Diputados y en uno de los pasillos que conducen al salón del pleno, Ninfa Salinas Sada se topa con Armando Báez Pinal, legislador del PRI y uno de los integrantes de la Comisión de Cultura. No desaprovecha la ocasión, lo toma del brazo derecho y lo mira de frente.
–Oye, te encargo mucho nuestro proyecto.
–Seguro, seguro. Ya lo estamos revisando –responde Báez Pinal, músico y virtuoso ejecutante de guitarra. Sonríe y asiente con la cabeza.
Pero la joven diputada, hija del multimillonario empresario Ricardo Salinas Pliego, propietario de TV Azteca y Grupo Elektra, entre otros consorcios, insiste.
–Te lo encargo. ¡Que se atienda! –reitera Ninfa, según recuerda hoy el músico.
Es la segunda quincena de noviembre y los diputados están listos para discutir y aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación 2011.
Un documento titulado Programa de Apoyo a Orquestas Infantiles Esperanza Azteca ha llegado desde hace un par de meses a los escritorios de cada uno de los integrantes de la Comisión de Cultura.
No es cualquier papel, en él la Asociación Azteca Amigos de la Cultura y las Artes AC solicita la asignación de 100 millones de pesos para crear 50 orquestas en 29 estados y en el Distrito Federal.
Por eso Ninfa Salinas, legisladora por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y un elemento clave de la telebancada, como se llama comúnmente a los legisladores que responden a los intereses de las televisoras y radiodifusoras privadas, tiene poco tiempo para conseguir que en el Presupuesto de Egresos se etiqueten esos millones para sus orquestas.
La joven diputada lo logrará: el 15 de diciembre de 2010 las orquestas infantiles Esperanza Azteca se anotan los primeros 100 millones de pesos de recursos públicos. En el futuro habría muchos más.
Al fin y al cabo, Salinas Pliego ya había convencido previamente a un par de gobernadores de las bondades de su proyecto musical. El primero que se dejó seducir fue el poblano Mario Marín Torres, quien en 2009 decidió sacar 2.5 millones de pesos de la Tesorería y entregárselos a la Fundación TV Azteca para crear la primera orquesta.
El segundo gobernador que corrió a abrazar con dinero público el proyecto de TV Azteca fue el de Nayarit, Ney González Sánchez, quien firmó en diciembre de 2009 un convenio y le entregó 5 millones de pesos para crear la Orquesta Sinfónica Esperanza Azteca Nayarit.
El tercero fue el entonces gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, quien firmó un acuerdo el 26 de enero de 2010 para entregarle 6 millones de pesos al brazo filantrópico del consorcio de Salinas Pliego.
Gobernador tras gobernador
El músico Armando Báez Pinal, diputado del PRI en la LXI Legislatura (2009-2012), confirma que la asociación de TV Azteca ha obtenido recursos públicos para formar sus orquestas.
–No sólo pide apoyo en la Cámara de Diputados, también a los gobernadores. Formar una orquesta es un proceso complejo. En ese tenor fue como la Comisión de Cultura acordó asignar el dinero solicitado.
El ex diputado, que ahora preside la sociedad de gestión colectiva Músicos Ejecutantes, justifica la decisión de entregar dinero a esos ensambles:
–Las orquestas requieren mantenimiento todos los años. Claro que eso levantó polémica porque [al siguiente año] se le volvió a otorgar a la Fundación Azteca otros 130 millones de pesos.
Báez Pinal se muestra un poco incómodo.
–Para mí es loable que TV Azteca haya hecho las orquestas, aunque reconozco que la Secretaría de Cultura federal debe asumir esa responsabilidad. Que sea esa instancia, y no una televisora, la que diseñe la política.
Por el contrario, siguiendo el ejemplo de sus compañeros de Nayarit, Puebla y Veracruz, los gobernadores priistas Andrés Granier, Francisco Olvera, Enrique Peña Nieto, César Duarte, Ivonne Ortega, Humberto Moreira y Rodrigo Medina, entre otros, ordenaron transferir dinero público a la cuenta de las Orquestas Esperanza Azteca, mediante la firma de convenios de colaboración.
A los anteriores se sumaron gobernadores de otros partidos: Juan Sabines, Leonel Godoy, Mario López Valdez, Juan Manuel Oliva, Rafael Moreno Valle, Gabino Cué y hasta Miguel Ángel Mancera.
La influencia de Salinas Pliego y su capacidad de presión demostraron ser efectivos. La Secretaría de Educación Pública, el Conaculta, 30 gobiernos estatales, varios municipios, universidades públicas y hasta la Comisión Federal de Electricidad entregaron dinero y donaciones en especie a TV Azteca, tal como muestran documentos oficiales.
Pero de todos los donantes con dinero público, las palmas se las llevan los diputados federales, quienes desde 2011 y durante ocho años consecutivos, incluso en los mayores momentos de crisis económica y a costa de los programas oficiales del sector cultura, han apoyado firmemente el proyecto “filantrópico” de Salinas Pliego.
Así, se formó una bolsa cuantiosa para las orquestas Azteca:
AÑO         CANTIDAD
2009           $7.5 millones
2010           $54 millones
2011           $401.6 millones*
2012           $122 millones
2013           $275.6 millones**
2014           $156 millones
2015           $187.5 millones
2016           $264.5 millones
2017           $146 millones
2018           $74 millones***
Total          $1,689.5 millones
* Incluye los 265 millones invertidos para la recuperación y adecuación de la sede nacional de las Orquestas Azteca.
** La cifra incluye los 140 millones de pesos aportados para la Casa de la Música de Viena en Puebla.
*** Cifras al primer trimestre del año.
Fuente: elaboración propia con base en la Cuenta Pública de esos años, contratos con los gobiernos estatales y reportes de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados.
La cantidad podría ser mucho mayor. Los gobiernos de ocho estados se negaron a proporcionar a Quinto Elemento Lab la información de sus donativos y 23 más entregaron muy incompletos los convenios que firmaron con la televisora.
Ricardo Salinas Pliego declinó conceder una entrevista para esta investigación o responder un cuestionario con preguntas sobre las actividades de Fundación TV Azteca y el financiamiento de sus orquestas infantiles y juveniles. “Agradecemos mucho su interés, pero me informan que no podrá atender la entrevista”, respondió la asistente del empresario en un correo del 2 de abril de este año.
Donaciones en efectivo y especie
Salinas Pliego no sólo captó donaciones en efectivo, también en especie.
El proyecto de las Orquestas Azteca requería una sede nacional de relevancia. Y en Puebla había un lugar idóneo para esa sede nacional: las viejas instalaciones de La Constancia Mexicana, la primera fábrica textil de México y América Latina, construida en 1835, catalogada por el INAH como Monumento Histórico de la Nación.
Sólo había un detalle: la remodelación y adecuación del predio de 52 mil metros cuadrados demandaba mucho dinero.
¿La solución? El gobierno de Puebla, encabezado por Rafael Moreno Valle, y el Ejecutivo federal aportaron 265 millones de los 295 millones que costó la remodelación del inmueble. La Fundación TV Azteca contribuyó con 10 por ciento del total, como detalló el secretario de Finanzas y Administración del gobierno de Puebla en su comparecencia del 24 de febrero de 2014 ante el Congreso local.
Moreno Valle entregó el inmueble en febrero de 2012 a las Orquestas Azteca para que la usaran como su sede nacional, donde más tarde se dio cabida también a la Casa de la Música de Viena en Puebla, una iniciativa de TV Azteca y Andrés Roemer, creador de varios programas de la televisora y socio de Salinas Pliego en ésta y otras iniciativas como el Festival Internacional la Ciudad de las Ideas.
La Casa de la Música de Viena también contó con muchos recursos públicos: el gobierno poblano aportó 53 millones de pesos, el Conaculta 50 millones más y la Secretaría de Turismo federal 37 millones de pesos. En total: 140 millones de pesos.
Ni por los sismos dejó de recibir recursos públicos
Una exhaustiva investigación de Quinto Elemento Lab desarrollada durante ocho meses, con cientos de peticiones de acceso a la información al gobierno federal, a la Secretaría de Cultura, a los 32 gobiernos estatales y a decenas de municipios, así como una revisión de los reportes entregados por la Fundación Azteca al SAT, muestra que el programa de orquestas infantiles y juveniles que se presenta como un “modelo” de intervención filantrópica-empresarial no existiría sin recursos públicos.
Las aportaciones hechas durante una década por los gobiernos y el Congreso a la Fundación Azteca han corrido a la par de un drástico recorte al presupuesto público destinado a la cultura.
La síntesis de esta política pública se refleja en el siguiente dato: los recursos asignados al Conaculta tuvieron un recorte de 60 por ciento entre 2012 y 2018.
El florecimiento de las Orquestas y Coros Infantiles Esperanza Azteca –a la fecha existen 86 en el país, integradas cada una por 200 niños y adolescentes– ha ido de la mano de la cancelación de festivales de teatro, música, danza y cine, la desaparición de orquestas sinfónicas, la difícil sobrevivencia de programas para atender las culturas comunitarias, entre otros fenómenos.
Este hecho no ha cambiado ni en situaciones extremas. Luego del terremoto del 19 de septiembre de 2017, los diputados cancelaron la convocatoria para que estados, municipios y asociaciones civiles inscribieran sus proyectos artístico-culturales a fin de obtener recursos de una bolsa de mil 500 millones de pesos.
Argumentaron que darían prioridad a las labores de reconstrucción por los sismos y sólo asignaron 350 millones de pesos para 14 proyectos culturales, a los cuales seleccionaron basados en el criterio de que fueran “de alto impacto” y tuvieran “un historial intachable de rendición de cuentas”, según dijo el diputado panista Santiago Taboada, presidente de la Comisión de Cultura, al diario Reforma el 13 de noviembre de 2017.
De esos 350 millones, unos 70 millones (23 por ciento del total) fueron asignados a las Orquestas Azteca, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos 2018.
No sólo eso, sino que el Conaculta (ahora Secretaría de Cultura) y la Secretaría de Hacienda han entregado a las Orquestas Azteca muchos millones más de los que los diputados aprueban.
En 2016, por ejemplo, casi le duplicaron la asignación: le entregaron 105 millones de pesos adicionales. Y en 2017 la Secretaría de Cultura canalizó 44 millones de pesos más de lo que el Congreso aprobó.
Así está reportado en las cuentas públicas de esos años.
Los aumentos discrecionales fueron de 83 y 47 por ciento, en 2016 y 2017, respectivamente. Y nadie supo de ellos.
Bueno, sólo las secretarías de Hacienda y Cultura, así como la Fundación TV Azteca.
Como si fuera parte del gasto federal”
Aunque en el periodo 2009-2012 fungió como presidenta de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, la influencia de Ninfa Salinas –egresada de la Universidad Anáhuac, donde estudió Mercadotecnia– dejó huella en muchas áreas, como la de cultura.
[La actual senadora rechazó, a través de su oficina de prensa, comentar sobre su papel en la asignación de recursos a las Orquestas Azteca.]
Jaime Oliva Ramírez, diputado por el PAN e integrante de la Comisión de Cultura 2009-2012, la recuerda y tiene muy presente el cabildeo de su colega Salinas Sada, aunque él lo llama de otro modo.
–Como todos le temen a la televisora, porque les puede hacer una campaña de desprestigio, la presión es superior. Pensamos que 100 millones sólo eran para 2011.
Sin embargo, al año siguiente se le volvió a entregar hasta un poco más de la cantidad anterior –dice en entrevista Oliva Ramírez, cuyo hermano Juan Manuel era gobernador de Guanajuato en 2011, cuando accedió a la petición de la Fundación Azteca y aportó 6 millones de pesos del presupuesto para formar orquestas de la televisora.
El ex diputado Oliva no niega los hechos. Recuerda que se formó la Sinfónica Esperanza Azteca Guanajuato y luego empezaron a pulular más en otros estados.
–Nunca pensamos que se seguirían con ese esquema de financiamiento público. Esto debe ser revisado. La Cámara de Diputados ya no debe mantener ese programa como si fuera parte del gasto federal. No lo es.