5 julio,2018 7:22 am

“El lugar de lucha se halla donde uno decide estar”: Gabriela de la Garza, actriz y activista

Texto: Tatiana Maillard / Foto: Cortesía de la artista
Ciudad de México, 5 de julio de 2018. Actriz, activista y empresaria teatral, Gabriela de la Garza participó activamente en la campaña de Claudia Sheimbaum –virtual jefa de Gobierno electa–, como encargada de crear vínculos con la comunidad artística y cultural de la capital.
A la par, desde hace semanas tiene el papel protagónico de la obra Consígueme una vida, escrita por Adela Jalife y dirigida por Ana Francis Mor. Una pieza cómico musical que aborda el suicidio y la discusión de temas de género.
En entrevista con El Sur, De la Garza expone las razones que la llevaron a involucrarse de manera activa en la política, sin dejar de cuestionar al partido que apoya, Morena, y cuenta porqué defiende el poder de la risa como herramienta para enfrentarse a la violencia que nos rodea.
–¿Por qué abordar el suicidio desde una perspectiva cómica?
–La gente agradece la risa. Aun si abordamos un tema complicado, como el suicidio, la comedia es un vehículo hacia la reflexión. Si analizamos la risa, podemos encontrar qué es, exactamente dónde nos está tocando y por qué reaccionamos con una carcajada. ¿Por qué ríe uno: porque en realidad le duele lo que se retrata, porque se siente identificado o porque se está haciendo el ridículo? La risa nos ayuda a entender.
Esta es una obra escrita por una mujer; dirigida, producida y actuada por mujeres –detalla De la Garza–. Así que, por supuesto, es muy femenina, con sus toques feministas. Sin embargo, no sólo le hablamos a ellas, sino a la sociedad en general. Para mí, lo más importante, y lo que aborda la obra, es cuestionarnos: ¿qué hemos hecho o hemos dejado de hacer para ser quienes somos y tener lo que poseemos? Hay que hacerse responsable de la propia existencia y de la propia felicidad. Si bien vivimos en un sistema del que no podemos escapar, uno tiene que combatirlo con sus propias herramientas. Es bueno reír de eso, salir del teatro más ligero, porque vivimos tiempos violentos.
–¿Qué lectura ofrece la obra sobre la experiencia de las mujeres?
–Las mujeres estamos más conscientes del mundo en el que nos movemos. Sin esa consciencia profunda no habría movilizaciones, como las recientes en Argentina que derivaron en la aprobación de los diputados de la legalización del aborto. Esto es un despertar femenino, donde lo que se defiende es la equidad. La obra va en ese camino: reflexionar dónde hemos estado paradas las mujeres a lo largo de la historia, cómo hemos vivido y, más importante aún, cómo podríamos vivir.
–¿Qué ha aprendido esta generación de feministas de las luchas de las mujeres en otras décadas?
–Hemos aprendido a estar juntas y apoyarnos mutuamente. El derecho al voto se ganó por la unión de las mujeres. Pero la fuerza de la unión es algo que debemos recordarnos constantemente. Como debemos recordarnos cuáles son nuestras necesidades, cuáles son los derechos a los que todavía no accedemos y qué significa para nosotras la libertad. Eso nos ayuda a no conformarnos con lo que ya hemos ganado.
–Sobre la representatividad de la mujer en los espacios políticos, ¿por qué decidió unirse al equipo de Claudia Sheinbaum?
–Porque el lugar de lucha se encuentra donde uno decide estar. Mi decisión de apoyar a Claudia es porque hay que estar cerca de la gente que creemos capaz de generar un cambio. El país se está cayendo a pedazos. Si no nos acercamos o ayudamos o exigimos, las cosas no van a cambiar. Claudia es una mujer preparada y he decidido confiar en sus propuestas y también quiero estar cerca para que no se olvide lo que se prometió en campaña y para proponer. Me interesa ser partícipe de la cultura de este país.
–¿Cuáles son las deudas que han acumulado las jefaturas de la Ciudad de México con la cultura?
–Que aún está ausente como parte de la educación integral.
–Ya dijo por qué la apoya, pero ¿qué le critica al partido de Sheinbaum, Morena?
–No hay un partido perfecto. Pero aquí hay un equipo de trabajo y unas propuestas con las que me identifico. Todos los partidos tendrán carencias. Públicamente, yo me he manifestado en contra de la alianza de Morena con el Partido Encuentro Social. Es indefendible. Pero insisto: por eso hay que estar aquí e involucrarse, porque hay que meter freno a un montón de cosas.
–Como enlace con la comunidad cultural, ¿qué preocupaciones que le han expresado?
–Que se requiere facilitar el acceso de la gente a espectáculos de todas las ramas de las artes: música, danza, teatro. Este último, por ejemplo, es caro para la gente en general. Y tampoco existe una educación que lo promueva o un apoyo en difusión. Paco Ignacio Taibo II, que también forma parte del equipo, lleva años promoviendo la cultura a través de la Brigada para Leer en Libertad. Y una de las acciones que se han planteado a Claudia es la realización de 12 festivales, uno por mes, de diferentes disciplinas. Yo, personalmente, llevo la propuesta del  Festival Internacional de Teatro de la Ciudad de México, una de las capitales más importantes de América Latina; requerimos un festival que esté a la altura de, por ejemplo, el Santiago a Mil, que se realiza en Chile, para propiciar un intercambio cultural internacional y dar proyección a las obras mexicanas que se generen con motivo de un evento de esas dimensiones. Esa es la principal propuesta: más festivales. Es ambicioso. Esperamos que se cumpla.
–¿Es su principal apuesta?
–Yo estoy proponiendo, pero desde fuera. Es decir, estoy involucrada porque quiero incidir. La carencia de la educación artística es tan vieja, que afecta a todo el mundo, incluyendo a quienes toman las decisiones de qué va y qué no va en materia de cultura. Y bueno, por otro lado, a los gobernantes les conviene que no exista una oferta cultural crítica o incómoda.