23 octubre,2018 5:38 am

“Tengo miedo”: dispara Bolsonaro el temor en Brasil

“Quiere darles armas a todos y dar armamento pesado a la policía”. “Si ellos entran aquí armados así, esto va a ser la guerra”, alertan en una favela.
Río de Janeiro, Brasil, 23 de octubre de 2018. En Maré, una de las favelas más grandes y violentas de Río de Janeiro, uno de los problemas más graves son los operativos de las fuerzas de seguridad, cuenta la activista social Patricia Viera.
“Porque cierran por completo la comunidad”, explica la profesora de 65 años en la sede de la ONG en que trabaja desde hace 18 años. “Los operativos a veces empiezan a las 6 de la mañana y duran horas”, dice. “Nosotros mantenemos el local abierto para ayudar a la gente que viene a pedir ayuda, por ejemplo porque algún familiar está siendo torturado”.
La violencia es desde hace años uno de los problemas más grandes de Brasil, un país en el que en 2017 fueron asesinadas más de 63 mil personas. Río, la segunda ciudad más grande del gigante sudamericano, está desde febrero bajo intervención militar.
Los enfrentamientos frecuentes entre bandas criminales y los operativos militares en las zonas más pobres, los asaltos en metrópolis como Sao Paulo y Río y el alto número de homicidios en ciudades de provincia como Fortaleza o Belém son importantes para entender el ascenso de Jair Bolsonaro en la política brasileña.
El ultraderechista, un ex capitán del Ejército de 63 años, tiene altas posibilidades de convertirse el domingo en el próximo presidente de Brasil en la segunda vuelta de las elecciones.
Bolsonaro, que lidera las últimas encuestas con hasta el 59 por ciento de la intención de voto frente al 41 por ciento del izquierdista Fernando Haddad, promete mano dura con el crimen.
Además de su propuesta de facilitar la tenencia de armas, a muchos votantes les gusta su promesa de dar amplias libertades a la Policía para combatir a “bandidos” y “vagabundos”.
Muchos otros brasileños, sin embargo, se sienten amenazados por el discurso del político que habla con menosprecio de los derechos humanos y que es polémico por sus insultos a mujeres, negros y homosexuales.
“Yo tengo miedo”, dice a la agencia DPA Carolina Lourenço, ex colaboradora de la concejal y activista de derechos humanos Marielle Franco, ejecutada en febrero brutalmente por desconocidos mientras viajaba en un auto por Río de Janeiro.
“Yo trabajo en una organización de la sociedad civil y Bolsonaro tiene un discurso muy claro en contra”, agrega Lourenço, de 27 años y coordinadora del grupo Umunna, que promueve la presencia de mujeres negras en la política.
“En Brasil hay mucha violencia, y la violencia afecta sobre todo a la población negra”, la secunda Gabriela Roza, de 22 años, también miembro de Umunna. “Lo que más me asusta en este momento es la posibilidad de que haya más muertes, porque el discurso de Bolsonaro legitima eso”, comenta.
“Vivimos un caos en la seguridad pública en Río y eso se va a agravar”, cree también la activista social Lidiane Malanquini, de 30 años, que trabaja en Maré.
“Va a haber una autorización para matar delincuentes. Cuando Bolsonaro dice que los policías que maten criminales serán condecorados, está dando autorización para matar en las favelas”, protesta.
“Tenemos que repensar nuestra forma de actuar para proteger mejor a nuestros colaboradores”, agrega. Malanquini pide que la solución para reducir la violencia en las favelas no sea únicamente la del enfrentamiento armado.
Pese al discurso agresivo de Bolsonaro, muchos habitantes de las favelas votaron por el candidato de ultraderecha en la primera vuelta y lo volverán a hacer el domingo. Muchos lo apoyan hastiados de la violencia, y también por el rechazo al Partido de los Trabajadores (PT) de Haddad y del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El PT gobernó durante 13 años el país, con Lula (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016), y es visto como responsable de gran parte de los escándalos de corrupción que también auparon a Bolsonaro en los últimos años.
Algunos vecinos de las favelas se preparan en cambio para tiempos quizá más difíciles. “Bolsonaro es lo peor que podría pasarle a este país, donde la situación ya es mala”, dice a DPA Joao, un joven de 22 años que no quiere decir su verdadero nombre, porque trabaja de vendedor de drogas para una de las bandas que controla Maré, el “Comando Vermelho”.
“Porque quiere darles armas a todos y dar armamento pesado a la policía”, dice. “Si ellos entran aquí armados así, esto va a ser la guerra”, cree.
Texto: Isaac Risco / DPA
Foto: Pablo Albarenga / DPA