El agresor en una sinagoga de Pittsburgh fue detenido e identificado como Robert Bowers, según fuentes policiales que pidieron permanecer en el anonimato.
Pittsburgh, Pensilvania, 27 de octubre de 2018. Al menos 11 personas murieron –por la tarde se informó de ocho y luego de 10 muertos, pero las autoridades sumaron uno más– y seis más resultaron heridas, entre ellas cuatro policías, tras un tiroteo al interior de una sinagoga.
Un hombre armado de 46 años de edad irrumpió en una ceremonia de nombramiento de un bebé en la congregación Tree of Life, en la sinagoga del vecindario de Squirrel Hill y disparó contra los asistentes.
El agresor fue detenido poco después por las autoridades y fue identificado como Robert Bowers, de 46 años, según fuentes policiales que pidieron permanecer en el anonimato.
Bowers fue señalado por medios locales como un supremacista blanco y detractor del presidente Donald Trump.
“Es una escena de crimen horrible, una de las peores que he visto en mi vida”, aseguró Wendell Hissrich, director de seguridad pública de Pittsburgh.
Tras matar a las 11 víctimas, el sospechoso fue enfrentado por la policía local y luego retrocedió hasta la sinagoga, dijo en conferencia de prensa el agente del FBI responsable de la investigación.
Los servicios de emergencia acudieron al lugar diez minutos después de iniciado el ataque. El perfil del sospechoso en las redes sociales lo mostraba como un fanático de las armas con antecedentes antisemitas.
Las autoridades de la ciudad habían confirmado más temprano que los disparos se efectuaron en la segunda planta del templo. Por ahora se desconoce si hubo también disparos fuera del edificio.
Las imágenes de televisión mostraron un gran despliegue policial en el barrio Squirrel Hill. Bomberos y policías conducían a las personas a un lugar seguro.
El sospechoso, que resultó herido y fue hospitalizado, portaba un rifle de asalto y tres armas de mano durante el ataque. Una televisión local señaló en base testigos que el autor de los disparos dijo: “Todos los judíos deberían morir”.
En el barrio Squirrel Hill, donde se encuentra la sinagoga, viven cerca del 50 por ciento de los judíos registrados en Pittsburgh. Finkelstein se mostró consternado: “Eso no debería pasar, no en una sinagoga, no en nuestro barrio”.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, condenó lo que llamó una “horrenda brutalidad antisemita”, y agregó que “todo el pueblo de Israel se solidariza con las familias de los muertos”.
Tras el ataque en Pittsburgh, el ministro israelí de la Diáspora, Naftali Bennett, dijo que volará a esa ciudad para visitar el escenario del ataque, reunirse con la comunidad local y asistir a los funerales de las víctimas.
Por su parte, el Presidente estadunidense condenó el ataque y señaló que este deja al descubierto el “odio” en el país.
“Parece definitivamente que es un crimen antisemita”, señaló el Mandatario.
Trump dijo que si hubiera habido más protección armada en el lugar el resultado hubiera sido “mucho mejor”.
“Si hubieran tenido algún tipo de protección dentro del tempo, tal vez la situación hubiera sido muy distinta”, dijo Trump, quien ha defendido el despliegue de guardias armados y otros agentes en escuelas y sitios públicos.
Por el contrario, el gobernador del estado condenó la política de armas de Estados Unidos. “Hemos estado diciendo ‘esto es demasiado’ durante demasiado tiempo. Las armas peligrosas están poniendo a nuestros ciudadanos en peligro”, dijo el demócrata Wolf.
El ataque ocurre días después de que un sospechoso fuera acusado de haber enviado al menos 13 paquetes bomba a reconocidos demócratas en Estados Unidos.
Texto: Mario Alberto Rivera Gaona / Agencia Reforma / DPA
Foto: Fotograma
https://suracapulco.mx/2018/10/27/sugiere-trump-tener-guardias-armados-en-templos/
