28 octubre,2018 4:37 pm

“No vamos a EU, vamos a la Cdmx”: Caravana Migrante

“Aquí nadie ha dicho que va la caravana a Estados Unidos, porque eso está muy difícil. Vamos a la Ciudad de México, a dialogar con el Presiente saliente y el entrante”, advierten.
San Pedero Tapanatepec, Oaxaca, 28 de octubre de 2018. Integrantes de la Caravana Migrante hondureña que se encuentran en Saqn Pedro Tapanatepec aseguraron hoy domingo que su ruta hacia Estados Unidos es complicada, por lo que su destino por ahora será la Ciudad de México para conseguir una visa de trabajo.
“Aquí nadie ha dicho que va la caravana a EU, porque eso está muy difícil. Vamos a la Ciudad de México, a dialogar con el Presiente saliente y el entrante, lo que queremos es que el pueblo de México nos dé la oportunidad de tener una visa de trabajo. Después ya se verá”, respondió Alexander Martínez en conferencia de prensa.
La Caravana Migrante tomó esta cabecera municipal de Oaxaca en donde sus 7 mil integrantes, según sus propias cuentas, durmieron afuera del Palacio Municipal y adentro del auditorio, en el salón de usos múltiples, en las canchas de basquetbol, afuera de la iglesia y de los bancos, sobre las banquetas.
A las seis de la mañana, armaron una asamblea para posponer su salida a la madrugada de mañana a 55 kilómetros de aquí.
Habían planeado salir en la madrugada, pero anoche hubo una discusión. Dos representantes dieron una rueda de prensa para explicar que adentro de la caravana corrió el rumor de que se habían robado un niño, que alguien señaló a una joven y por eso un grupo de personas se fue contra él, aunque para ellos el caso pudo haber estado armado.
“No es cierto, no fue cierto, no hubo ningún niño perdido, fue un hecho que se dio por otras cosas, pero no por la caravana”, dijo la hondureña María Amparo Ramírez.
María refrendó que esta es una caravana sin violencia, porque justo es de eso de lo que huyen en sus países. También, acusó que anoche no había ninguna autoridad para vigilar y que, aunque llamaron a la policía, apenas comenzó el incidente y la patrulla llegó media hora después.
“Fue algo mandado para hacernos quedar mal ante el mundo y ante el pueblo de México”, acusó el nicaragüense Alexander Martínez.
Las personas involucrados habrían sido trasladadas a la comisaría municipal y liberadas de inmediato, pero el acusado todavía continúa en el hospital.
Mientras la conferencia se llevaba a cabo, cientos de personas, jóvenes, niños y mujeres -en su mayoría- recorrían de arriba abajo el poblado en busca de agua y comida. La población local les había regalado algo ayer y se fueron a dormir pensando en que para hoy en la mañana ya no estarían aquí.
Apenas amaneció, algunos se empecinaron en marchar, pero la mayoría se quedó hasta aclarar el incidente de ayer. Muchos de ellos, con menos de 100 pesos mexicanos en las bolsas, algunos incluso con nada.
Después, se discutió si salían a las 12 del día a caminar o por la tarde con el riesgo de la violencia mexicana en las noches. Se acordó esperar hasta una nueva madrugada.
En la asamblea, se acordó también crear una Comisión de Seguridad, con 300 personas, y otras de Limpieza y de Comunicación. Un primer acuerdo fue no invadir todos los carriles a la hora de caminar por las carreteras.
Cerca de las ocho de la mañana, llegó una camioneta del gobierno de Oaxaca con 2 mil lonches con una torta, una manzana, un plátano y unas galletas, la iglesia regaló café, unas vecinas llegaron con carne de puerco en salsa roja.
Filas de más de 200 personas se crearon para la comida, bloquearon una salida lateral de la iglesia de San Pedro Apóstol donde se oficiaba misa por el difunto Silverio Jerónimo Romero, fallecido el sábado a los 84 años.
Desde la entrada principal, un grupo de mujeres vestidas de amarillo miraba el gentío extranjero, pero muy parecido a los mexicanos.
“Es que esto ya no pensamos que lo íbamos a ver, estos hoy ya se iban a ir”, dijo una de ellas. “Están por todo el pueblo, por el Barrio Galeana, por el Cantarranas, el centro comercial, y la gasolinería, la gente del pueblo está adentro, escondiéndose de estos y del calor”, mencionó otra. “Cada quien tendrá sus razones para irse”, agregó una mujer más del grupo.
Bajo un calor de más de 30 grados con humedad, algunos pobladores se toman esto con humor: “Si no me tratas bien, me voy con la caravana, mi amor”, dijo una mujer que hacía quesadillas. “Vámonos, mamá”, le respondió un catracho que iba pasando, rumbo al norte, por ahí.
Texto: Jorge Ricardo / Agencia Reforma
Foto: Agencia Reforma