13 diciembre,2018 1:06 pm

Crean niños aplicación para limpiar la Tierra

Este juego permite a los usuarios participar en competencias de reciclaje reales y acumular puntos. Entre más puntos se tienen se amplía el alcance y así se puede competir en barrios, escuelas o empresas.
Monterrey, Nuevo León, 13 de diciembre de 2018. Isabella Rodríguez y Sergio Ruiz, de 12 y 11 años, respectivamente, quieren probar que no se es demasiado joven para proteger el planeta.
Después de conocerse en el campamento de verano Happy Makers y entrar a la misma clase de animación con Melissa Dávila, profesora de PrepaTec, los niños decidieron formar equipo para participar en la plataforma internacional What Design Can Do (WDCD).
WDCD busca empoderar comunidades y realizar cambios positivos a través del diseño, realizando concursos para resolver distintos “desafíos” en tres categorías para estudiantes, profesionales y start-ups.
En esta ocasión, Isabella y Sergio, ambos vecinos de San Pedro, aplicaron para participar en el Clean Energy Global Challenge, enfocado en el tratamiento de los desperdicios que genera la Ciudad de México, lugar donde vivió la niña por un tiempo.
Tras solicitarle apoyo, Dávila se volvió mentora del dúo cuando éste ideó la creación de un juego vía app, llamado “Trash Clash”, como propuesta para el certamen, que enviaron en video y a través de un escrito.
Este juego permite a los usuarios participar en competencias de reciclaje reales y acumular puntos. Entre más puntos se tienen se amplía el alcance y así se puede competir en barrios, escuelas o empresas.
Para Isabella, “Trash Clash” tiene como inspiración a Fortnite o Candy Crush, juegos que comparten técnicas lúdicas o de juego que motivan el aprendizaje, el estatus, la competencia y la socialización, algo que disfrutan ellos mismos.
“Me gusta seguir jugando un juego hasta conseguir hacerme muy bueno, subir de nivel y conseguir muchas cosas, está muy padre”, consideró Sergio.
El equipo compartió la idea con sus amigos, a todos les gustó.
Para completar su propuesta, los niños y su profesora se reunían una vez a la semana para dividirse el trabajo y presentar nuevas ideas que eran desarrolladas en casa.
Con ayuda de su mentora, los niños han aprendido a utilizar Excode, lenguaje de programación con el que trabajan su proyecto.
A su corta edad, ellos están conscientes de la importancia de respetar el medio ambiente.
“Me di cuenta que en el futuro, si seguimos así tan sucios, tal vez no tengamos el mismo mundo que tenemos hoy porque se nos va a acabar”, dijo Sergio.
“Nosotros en el futuro”, agregó Isabella, “queremos un cielo más azul, un pasto más verde y todo, para que no este todo gris y contaminado”.
Aunque la app fue creada para la Ciudad de México, los jóvenes creadores expresaron con emoción su deseo de que se utilice en todo el país, especialmente en Monterrey.
Además, los niños creen en la importancia que tiene que otros compañeros de su edad se involucren en estas iniciativas.
“Muchos niños y niñas tienen muchas ideas de cómo mejorar el mundo, o ideas que algunos adultos no están viendo directamente que podrían usarse y podrían dar un buen impacto en el planeta”, opinó Sergio.
“La idea es para todos, que los niños se interesen más por esto y que tengan mucha creatividad para que puedan animarse y motivarse a reciclar y a crear muchas cosas”, animó Isabella.
La participación de Isabella y Sergio es inspiradora para los grandes.
“Te inspira como adulto a seguir buscando nuevos proyectos, ya que el futuro de México está en manos de niños que tienen todas las ganas del mundo y la pasión para ir con todo”, dijo la maestra.
Después de haber enviado su proyecto al cierre de la convocatoria el pasado 5 de diciembre, el equipo se dio cuenta que son los únicos niños de su edad. El resto de participantes son universitarios.
De ser considerados para la segunda etapa, recibirán confirmación y comentarios de su trabajo el próximo 25 de enero.
Los finalistas se definirán en marzo en un evento en la Ciudad de México. El premio para cada categoría tiene un monto en efectivo de 10 mil euros (casi 230 mil pesos) y un programa de seguimiento para el proyecto, que será presentado en Amsterdam.
Texto: Mara Xanath Quintanilla Salas / Agencia Reforma / Foto: Cortesía Agencia Reforma