“Quiero que mi papá regrese o saber si está con vida”, es el deseo de uno, y quizás de más, de los más de 40 niños y niñas, hijos, hermanos y sobrinos de desparecidos en Chilpancingo, que ayer tuvieron una posada como lo hacen desde hace cuatro años.
La emotiva fiesta fue organizada por el Colectivo de Personas Desaparecidas y Asesinadas de Chilpancingo.
El festejo pasó del llanto, que dejó sin aire a los niños al leer sus cartas a Santa Claus, a los gritos y sonrisas por quebrar las piñatas, recibir un regalo y muchos dulces, mientras que comían pizza y tomaban aguas de frutas.
El convivio fue en las instalaciones del Centro de Derechos Humanos Minerva Bello (Centro Minerva Bello), en la capital del estado. Ahí algunos niños con valentía leyeron sus cartas en las que también ilustraron a sus seres amados.
En algunas de ellas escribieron, “Te extraño hermanito y aunque sé que no se puede hacer, quisiera que yo tuviera el súper poder de retroceder el tiempo, estaría contigo y te advertiría del peligro, nunca te dejaría de abrazar y disfrutaría del tiempo que no pasamos juntos, aunque sea un solo año, mes o tan siquiera una semana”.
“Papá desde donde sea que estés recuerda que te amo y que tu familia te sigue esperando con los brazos abiertos, me encantaría que estuvieras con nosotros está Navidad y poder ser la familia feliz de antes, que me abraces y me protejas, que me digas que soy tu princesa”.
En un breve discurso el profesor Lamberto Castro a quien las balas le quitaron a su hijo cuando trabajaba en un expendio de cerveza en la colonia del PRI, dijo que cuando la organización surgió tenían una lista de 30 personas desaparecidas, y ahora son 100.
Además de las personas que han sido asesinadas y que siguen en la total impunidad ante las nulas investigaciones de la Fiscalía General del Estado. El profesor mencionó que se vive una “situación muy difícil” en el estado, por eso llamó a las familias a apoyarse entre sí, para salir adelante, incluso para la búsqueda de sus desaparecidos, entre ellos algunos niños.
La representante del Colectivo de desaparecidos en Chilpancingo, María Guadalupe Rodríguez pidió que pronto los familiares de los niños aparezcan, y que sus deseos se hagan realidad porque el dolor sobre ellos es inmenso.
Fueron 3 horas en las que los niños de 4 y hasta 8 años de edad que estuvieron acompañado por sus familiares, detuvieron el reloj de la tristeza para pasar un momento de sonrisas, alegrías y buenos deseos. (Jacob Morales Antonio / Chilpancingo).
