18 enero,2019 6:43 am

El INPI en la Montaña de Guerrero

Marcos Matías Alonso
Invitado por el Consejo de Comunidades Indígenas de la Montaña de Guerrero (Consejo) y por el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan (Tlachinollan), el pasado 10 de enero, el director general del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), Adelfo Regino, participó en una reunión en Zontecomapa, municipio de Acatepec, en el corazón de la Montaña de Guerrero. Un privilegio ser parte de la comitiva del INPI y tener la oportunidad de saludar a Abel Barrera en dicha comunidad.
Cálido y fraterno fue el recibimiento que ofrecieron al director del INPI, quien acudió a Zontecomapa en representación del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. A la entrada de la comunidad, con flores, incienso, cohetes y bandas de música, recibieron a diversos representantes del gobierno federal y estatal. En Acatepec y Zontecomapa coexisten pueblos me’phaa (tlapaneco), ñuu savi (mixteco) y nahuas.
En septiembre de 2013, Zontecomapa, al igual que varios poblados de otros estados, sufrió pérdidas irreparables por los desastres ocasionados por la furia de los huracanes Ingrid y Manuel. En Zontecomapa, como en varios pueblos indígenas de Guerrero, las tormentas arrasaron con casi todo. A más de cinco años de aquella contingencia, la infraestructura de esta comunidad sigue colapsada.
El puente, la carretera, el centro de salud, las viviendas, las escuelas y varias construcciones comunitarias están devastados. Debido al abandono del gobierno federal/estatal por los daños ocasionados por los huracanes Ingrid y Manuel, las autoridades comunitarias crearon su Consejo para exigir intervención gubernamental. Cinco años han pasado y el apoyo del gobierno no ha llegado. Zontecomapa es un ejemplo de cientos de comunidades indígenas que fueron abandonadas por el Estado mexicano.
El gobierno federal y estatal, como una medida para mitigar los desastres ocasionados por los huracanes Ingrid y Manuel, el 7 de noviembre de 2013 en Chilpancingo, Enrique Peña Nieto y Ángel Aguirre Rivero, anunciaron la puesta en marcha del Plan Nuevo Guerrero (PNG), con una inversión inicial de 30 mil millones de pesos a ejercerse en 2014. El monto financiero acumulado al 30 de diciembre de 2016 fue de 45 mil millones de pesos. De esa cifra millonaria no llegó un solo peso a Zontecomapa. Lo mismo ocurrió en la mayoría de las comunidades indígenas de Guerrero. Como en muchos programas de gobierno, en el PNG ignoraron la inclusión y la participación de los pueblos indígenas.
No hubo transparencia en la aplicación de los 45 mil millones de pesos. Los resultados de una auditoria indicarán si hubo enriquecimiento ilícito de los operadores del PNG o injustamente se usaron para otros fines ajenos en la reconstrucción de la infraestructura dañada en los pueblos indígenas.
En las más de 15 intervenciones de hombres y mujeres en Zontecomapa, no escuché elogios ni agradecimientos para ningún gobierno pasado. Las voces indígenas fueron de coraje, rabia e irritación. En un contexto social donde se acumula la pobreza y el rezago social se agiganta, ¿quién puede esperar aplausos  hacia un gobierno que abandona a su población y le niega el derecho a una vida digna?
En la víspera de la visita de AMLO a Tlapa, en Zontecomapa, Abel Barrera, manifestó: “¿Cuántos millones comprobó el gobierno de lo que no se hizo en Zontecomapa? ¿Cuánto dinero se gastó aquí del Plan Nuevo Guerrero? ¿Qué paso con las viviendas  que se iban a reconstruir? Queremos saber en qué se gastó el dinero del Plan Nuevo Guerrero. Queremos decirle al hermano Adelfo, aquí estamos, que la Cuarta Transformación no vaya ser la cuarta desilusión. Que sean los  pueblos quienes tomen las decisiones y participen directamente del presupuesto público, que no se atore el dinero en los bolsillos de las empresas y de los burócratas. Hoy queremos un mecanismo de coordinación a través del INPI con las diferentes dependencias para establecer una relación directa con las comunidades. Queremos ser sujetos de derechos y respetar la libre determinación de los pueblos indígenas”.
En su intervención, Adelfo Regino, compartió la siguiente reflexión: “Estamos convencidos que sólo con la coordinación interinstitucional y con la participación del conjunto de las dependencias del gobierno de la República, encontraremos una respuesta efectiva a los planteamientos que ustedes han hecho. Hoy, a diferencia del pasado, hay la voluntad política del nuevo gobierno de la República que encabeza Andrés Manuel López Obrador, para atender los justos y legítimos reclamos de nuestros pueblos y comunidades. Que sean considerados sujetos de derecho público y que decidan sus propias prioridades para el desarrollo. Que las autoridades indígenas administren y ejerzan los recursos públicos. En unos días más estableceremos una mesa de trabajo interinstitucional para que, de acuerdo con las atribuciones de cada dependencia, demos una respuesta efectiva a los planteamientos que nos han hecho. Espero que la Montaña donde viven los pueblos indígenas, dé luz y esperanza al estado de Guerrero y a los pueblos indígenas de México”.
Por la crónica desatención gubernamental, y por el desastre de los huracanes Ingrid y Manuel, la Montaña de Guerrero sufre una involución social. En los municipios indígenas, ocho de cada diez indígenas viven en situación de pobreza alarmante. Siempre se ha visto a los pueblos indígenas como objetos de la atención pública. En su nombre han corrido miles de millones de pesos, y su situación de pobreza, lejos de disminuir, se acrecienta dramáticamente.
El nuevo mecanismo de coordinación interinstitucional, sugerida por el Consejo y por el propio director del INPI, tendrá a los pueblos indígenas como sujetos de derecho público y ellos decidirán sus prioridades de desarrollo comunitario. El INPI dará un viraje con altura de miras a su política pública con los pueblos indígenas. El primer paso será focalizar el apoyo a las comunidades indígenas con mayores daños ocasionados por los huracanes Manuel e Ingrid. Vendrán otras focalizaciones de atención prioritaria, pero es de justicia humanitaria dar el primer paso propuesto por el Consejo.
Será relevante diseñar nuevos esquemas de coordinación interinstitucional y focalizar la acción gubernamental. En el centro de la nueva política pública estarán los pueblos indígenas y sus autoridades comunitarias. En la focalización de una microregión indígena participará el INPI para coordinar las dependencias federales, estatales y municipales.
La federación necesita a Guerrero y Guerrero necesita a la federación. Los pueblos indígenas demandan el concurso de los tres órdenes de gobierno. Necesitamos una República en concordia y armonía con el gobierno local. Por el bien de todos, necesitamos trabajar en armonía y con pleno respeto a las partes.
Necesitamos la generosidad de todos para que la Montaña de Guerrero sea luz y esperanza para los pueblos indígenas de México.