26 septiembre,2019 12:34 pm

El rastro de la impunidad en el caso Ayotzinapa llega hasta Alemania, señala una organización de ese país

La Coordinadora Alemana por los Derechos Humanos en México advierte que la “voluntad política” del actual gobierno no es suficiente para dar con el paradero de los 43.
Chilpancingo, Guerrero, 26 de septiembre de 2019. La coordinadora alemana por los Derechos Humanos en México, Carola Hausotter dijo que la “voluntad política” del actual gobierno no es suficiente para dar con el paradero de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, que sigue siendo un caso ejemplar de la impunidad sistemática de desaparición forzada en el país, y señaló también la responsabilidad de Alemania en los ataques contra estudiantes en Iguala en 2014.
En un comunicado dice que saluda la voluntad política del gobierno de Andrés Manuel López Obrador de procurar el acceso a la verdad y la justicia. “Sin embargo, cinco años después de los crímenes la voluntad política no es suficiente por sí sola. Ayotzinapa sigue siendo un caso ejemplar para la impunidad sistemática y las otras más de 40 mil víctimas de desaparición forzada en México”.
Dijo que para que el esclarecimiento de los hechos y que el caso avance, es necesaria la presión internacional, “aquí también tiene su propia responsabilidad el gobierno alemán” y recordó que  los fusiles de asalto G36 “entregados de forma irregular por la bien conocida empresa alemana Heckler&Koch, fueron empleados durante el ataque”. La empresa fue multada con 3.7 millones de euros en febrero de 2019.
La coordinadora menciona que la empresa fue condenada en febrero del 2019 a una multa millonaria, sin embargo, no pudo demostrarse la culpabilidad de los principales responsables y el papel de los funcionarios alemanes en la operación, “con esto el rastro de la impunidad en el caso Ayotzinapa llega hasta Alemania”.
La representante de la Red dijo que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador anunció en su llegada al poder en diciembre de 2018 un cambio para el caso Ayotzinapa, y que éste se demuestra no sólo con la reciente creación de la Comisión para la Verdad, sino también con los varios encuentros en los últimos meses entre representantes del gobierno y las familias de las víctimas.
“La Coordinación alemana respalda el enfoque de la nueva Fiscalía General de reabrir las investigaciones y de procesar a los anteriores investigadores. Ha sido probado que éstos se involucraron en manipulaciones del caso. Los familiares, sin embargo, perciben estas diligencias como un retroceso. Se han visto confrontados con el hecho de que en las últimas semanas varios de los principales sospechosos hayan sido puestos en libertad, entre ellos Gildardo López Astudillo, El Gil, quien fue el líder local de la organización criminal Guerreros Unidos en Iguala”, expone.
A cinco años del crimen, Carola Hausotter señaló que el “crimen de los normalistas de Ayotzinapa dio la vuelta al mundo” y el paradero de los jóvenes sigue sin aclararse y esto representa para las familias, para sus compañeros, para la sociedad mexicana y para amplios sectores de la comunidad internacional una situación inaceptable,  “el crimen debe ser resuelto ya”.
Afirmó que las policía presentes en el lugar de los hechos “contribuyeron de forma determinante a las desapariciones y a los crímenes. Detuvieron a los estudiantes y más tarde los entregaron a la organización criminal Guerreros Unidos”.
Sin embargo, a pesar de la gran presión social y política, así como las investigaciones que partieron de ellas, “las pruebas se ocultaron, el lugar de los hechos fue manipulado y se obtuvieron confesiones falsas por medio de la tortura. Ésta es una práctica habitual que ejemplifica la lógica de encubrir, en lugar de esclarecer los hechos“, reprochó.
Recibieron Servicios Periciales de la PGR huesos en 50 cajas pero no los revisaron
En medio de los cientos de diminutos huesos quemados que llegaron en octubre de 2014 a los Servicios Periciales de la Procuraduría General de la República (PGR), resaltó inmediatamente uno más grande y mejor conservado que resultó pertenecer a Alexander Mora Venancio, el único normalista de Ayotzinapa plenamente identificado.
En entrevista, Martha Acela Valdés, entonces directora del Laboratorio de Genética, recuerda que en el transcurso de una semana le llegaron alrededor de 50 cajas de plástico repletas de envoltorios de aluminio que contenían pequeños restos de entre uno y tres centímetros de tamaño.
Las evidencias provenían de la diligencia del 28 de octubre de 2014 que encabezó Tomás Zerón de Lucio, titular de la Agencia de Investigación Criminal, en el río San Juan de Cocula, lugar en el que según la versión que dio la PGR fueron arrojados los restos de los estudiantes tras ser quemados en el basurero de ese municipio.
“Lo recuerdo porque pasamos toda la noche revisando las muestras. Llegaron en una caja de plástico, envueltas en papel aluminio. A la hora de revisarlas eran fragmentos de hueso que iban desde un centímetro hasta tres”, comenta Acela Valdés.
“Primero sólo recibimos una caja, que traía los primeros fragmentos. Después llegaron muchas cajas, como 50 en un lapso de una semana, con infinidad de fragmentos, algunos muy calcinados, hasta blancos, otros como carboncitos”.
El fragmento de Alexander llegó en la primera caja, señala la ex funcionaria.
“Cuando lo vimos, fue emocionante, porque aunque estaba quemado por un lado aún tenía unas zonas que podían rescatarse”, explica.
“Luego de ver que muchos estaban muy quemados, la verdad es que era un tesoro. Dijimos: ‘de aquí sí se puede sacar a ADN’. Nos emocionamos mucho, pero fue el único”.
Acela Valdés explica que desde el inicio la directora de Servicios Periciales, Sara Mónica Medina, le avisó que las muestras serían analizadas genéticamente en el extranjero, por lo que el laboratorio que dirigía se limitó a revisar las muestras y elegir las susceptibles dar resultados positivos.
En esa labor identificaron que varios restos que les enviaron eran de animales, por lo que los descartaron.
La ex funcionaria también asegura que los 119 huesos que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) insiste en que deben ser enviados a Innsbruck para su análisis genético sí fueron analizados por su personal y por el Equipo Argentino de Antropología Forense y no eran susceptibles de dar resultados.
“Las petrosas es donde está el oído interno, ese fragmento óseo a los genetistas nos gusta porque obtenemos ADN, porque rara vez se daña; sí las revisamos, estaban muy quemadas, había unas que las tocabas y se deshacían”, señala.
Cuidadosa de no juzgar la labor realizada por otras áreas de la antigua PGR, la perito se dijo contenta por la labor realizada en su laboratorio dentro del caso Ayotzinapa.
Texto: Jacob Morales Antonio / César Martínez / Agencia Reforma / Foto: Cuartoscuro-Archivo