17 diciembre,2019 4:55 am

Vacaciones, contrastes y buenos deseos

Abelardo Martín M.

Quizá por el caldeado ambiente mundial o porque muchos todavía no aceptan que la 4T ya llegó y pretende quedarse, diciembre no tiene todavía ese sabor de paz, buenos propósitos, buenos deseos y tranquilidad que muchos quisieran. Este fin de año está cargado de intensas emociones, de esperanzas aún no satisfechas, pero también de un deseo de que nos vaya mejor a todos.

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, cumplido un año, mantiene altas las expectativas de cambio y para muchos, analistas y ciudadanos, lo realizado no alcanza aún lo esperado. Muchos hablan de que el llamado bono democrático ya se agotó, aunque muchos más mantienen la esperanza y el deseo de que los cambios no solo anunciados, sino muy necesitados, se vuelvan una realidad. Sin embargo, el tiempo avanza y diciembre ya está aquí con todas sus características de luz y buenos deseos entre todos. Es como un paréntesis en la intensidad de la vida cotidiana tan cargada de necesidades, de expectativas por cumplir y también de sentimientos de gratitud porque la Navidad representa nacimiento.

En puerta ya la temporada navideña, en el puerto de Acapulco y en los demás centros vacacionales de Guerrero, los turistas hacen su arribo, la ocupación hotelera se aproxima a su techo, la vida se activa.

Pese a las dificultades, los episodios de violencia y la problemática económica que siempre ha arrastrado el estado, los fines de año son tradicionalmente una buena época.

Esta vez no será la excepción. Apenas llegan los días de asueto, y ya Acapulco reporta cifras de ocupación cercanas al 90 por ciento en los fines de semana, porcentaje que irá creciendo hasta el tope a medida que el fin del año se acerque.

A estas alturas, aunque estamos todavía lejos de recuperar la tranquilidad, pueden presumirse avances en la entidad. No encabeza ya Guerrero la lista de los homicidios dolosos, y otros delitos de alto impacto como el secuestro van también a la baja. En general, al calibrar la criminalidad, los datos oficiales nos ubican en el séptimo lugar nacional, y en algunos rubros como el feminicidio, el estado se ubica en los lugares más alejados de la tabla.

En paralelo hay una mejoría en la situación económica. A diferencia de años pasados, en 2018 hubo un crecimiento de cerca de dos puntos porcentuales, y en el ejercicio que está por cerrar habrá también un dato positivo, en contraste con el panorama nacional, en donde la cifra es cero, desde el último trimestre del año anterior.

Es muy pronto para establecer una relación causal entre los datos de la violencia menguante y los del crecimiento productivo. Pero interrelacionados o no, ambos rubros se mueven en la dirección adecuada.

Y noticias recientes, como el visto bueno del presidente de la República para la virtual reconstrucción del sistema de salud estatal, evidentemente redundarán en la mejoría de la calidad de vida de la población.

No es aún tiempo de cantar victoria. A diferencia de los lugares de mayor atracción turística, en lugares como Zirándaro, en la vecindad con Michoacán, se originan fenómenos de desplazamiento de la población a causa de la actividad beligerante e incontrolada de las bandas de delincuentes. Ello ha llevado a los habitantes de las comunidades afectadas a abandonar sus hogares, manifestar por las calles su desamparo, e incluso a migrar hacia el norte, para atravesar la frontera con Estados Unidos y solicitar asilo en aquel país.

Como éste, diversos hechos de sangre y violencia se siguen conociendo en el estado, uno de ellos el descubrimiento de fosas clandestinas en la periferia de Acapulco. Otro más, el video con el que el Cártel Jalisco Nueva Generación hace saber de su llegada a Taxco, y advierte a sus enemigos y a las autoridades municipales de sus acciones y ajusticiamientos.

En ese clima, los profesores de la entidad repiten una costumbre reiterada de tiempo atrás, de clausurar cursos e irse de vacaciones antes de las fechas marcadas en los calendarios oficiales. Alegan amenazas del crimen organizado, pero la repetición de la estrategia es tal que ha tenido el efecto de la fábula de Pedro y el lobo: ya nadie se los cree.

En ese panorama de contrastes trascurre la vida en el estado.

A nivel nacional, tal vez la mejor noticia es la firma de los agregados del nuevo tratado comercial de América del Norte, que en el momento que opere agregará certidumbre a la situación económica y generará mejores expectativas para los países de la región.

México necesita muchos cambios. El presidente López Obrador lo tiene muy claro, así como también la fuerza y la persistencia de sus enemigos, que anticipan y festejan supuestos fracasos.

El país sigue adelante y esta época de reflexión, de análisis, de convivencia y de buenos deseos y propósitos, ojalá se volviera realidad.