1 febrero,2020 9:34 am

Denuncian con una exposición el robo de piezas prehispánicas de México hecho por un contrabandista

El expolio de más de 700 objetos que hizo el costarricense Leonardo Patterson en el país es el tema de El que nace tepalcate, de Aurora Noreña, quien compara el saqueo con el caso de la silla Acapulco, cuyo autor no se conoce y ahora se explota en todo el mundo.

Ciudad de México, 1 de febrero de 2020. En el centro de la sala principal de la galería ArtSpace, la artista Aurora Noreña exhibe una proeza que, durante más de una década, no lograron las autoridades mexicanas: una vasija mixteca “repatriada” desde Europa.

La victoria, aunque simbólica, no es menor, pues la pieza, una réplica muy personal de una original, materializa una denuncia contra quien es considerado como uno de los más notorios contrabandistas de arte precolombino en el mundo: el costarricense Leonardo Patterson.

En El que nace tepalcate, muestra que hoy inaugura en Campeche 281, colonia Condesa, Noreña trae metafóricamente de vuelta algunas de las casi 700 piezas que el traficante habría expoliado y que retiene fuera de México.

“De alguna manera las regreso al imaginario nacional. Eso es una repatriación simbólica”, explica en entrevista.

Como ha pasado con arqueólogos y periodistas alrededor del mundo, la artista quedó cautivada, e indignada, al conocer el hurto atribuido a Patterson, y de cuya historia ha dado cuenta Reforma.

Con una colección que llegó a reunir más de mil objetos, el costarricense es acusado de haber recorrido América Latina en épocas de escasa regulación sobre el tráfico de bienes para amasar una fortuna con piezas peruanas, guatemaltecas, ecuatorianas, costarricenses y mexicanas.

La colección, que ha permanecido embodegada y sujeta a distintos litigios internacionales desde 1997, hoy en París, contiene 691 piezas que el INAH ha certificado como originales, de procedencia nacional.

“Lo que me interesa es divulgar el caso de Patterson”, explica la artista, cuyo interés por el patrimonio arqueológico no es nuevo.

Desde hace años ha trabajado con la figura de la vasija prehispánica, que le parece ha sido menospreciada cuando tiene soluciones escultóricas notables, opina.

Incluso las compara con la famosa silla Acapulco, un producto eminentemente guerrerense cuyo autor se difuminó y ha tenido como consecuencia el aprovechamiento indiscriminado de su diseño en todo el mundo.

Las cuerdas de plástico distintivas de esta silla sirven precisamente como materia a Noreña para sus réplicas.

Para Noreña, el resultado más grave del hurto de Patterson tiene que ver con que las piezas, al ser sustraídas de su entorno, pierden la posibilidad de contar su historia, y con ello se imposibilita la creación de memoria.

“No sabemos de qué lugar fueron sacadas. El saqueo no deja huella”, lamenta.

De entre todas las vasijas del acervo Patterson, Noreña eligió una de la cultura mixteca que le pareció particularmente hermosa, una trípode con patas en forma de serpiente.

Entre las piezas derivadas se encuentra también un certificado satírico para la reclamación de la obra, escrito en mixteco, referenciando al pueblo que la reclama, así como una serie de libros de la historia de Oaxaca y un molde de cobertura dorada que denuncia su ausencia.

“Las vasijas ya son cáscaras. A lo mejor son hermosas, pero perdieron su contenido, su capacidad para articular memoria, para reconstruir relatos. Eso es lo más grave que hay atrás de este coleccionismo”, denuncia.

Como parte de un proyecto integral que sigue en gestación, la artista tiene la ambición de crear un “museo imaginario” con piezas precolombinas que se hallan en otros países, lejos de la vista de las culturas que le dieron origen.

Con la colección Patterson como emblema del saqueo indiscriminado y pernicioso, que ha sido imposible de repatriar tras una actuación deficiente de las autoridades mexicanas, Noreña aboga por esfuerzos ciudadanos como el suyo para restituir la memoria.

“El gobierno tiene tarea que hacer, pero creo que todos tenemos que hacer algo”, concluye.

Texto: Francisco Morales V. / Agencia Reforma / Foto: Agencia Reforma