11 octubre,2017 5:08 pm

¿Fin de la “generación dorada”? El día después de la debacle de Chile

 

Santiago de Chile, 11 de octubre de 2017. Tras quedar eliminada del Mundial de Rusia, los chilenos se preguntan hoy miércoles, desolados, si será también el comienzo del fin de la llamada “generación dorada” de futbolistas que por una década los había acostumbrado a celebrar y a darle satisfacciones que sólo habían estado en sus sueños.

La prensa especializada coincidió en que la Roja ratificó con su derrota del martes ante Brasil una mediocre campaña, acompañada de escasos argumentos futbolísticos en estas eliminatorias, lo que le impidió acceder a su tercer Mundial consecutivo y, con ello, “el fin de la era dorada”.

Ya se anticipaba que con las derrotas frente a Paraguay y Bolivia, a Chile se le presentaría una cuesta arriba para conseguir un boleto frente a la poderosa selección brasileña en la última fecha clasificatoria. Sólo un milagro podría haber cambiado las cosas, pero éste no se produjo.

Chile “juega cada vez peor”, da “pena” o está “despedazado”, por lo que llegar a Rusia 2018 “es un sueño difícil de cumplir” con este grupo de jugadores, eran algunas de las duras críticas que se le hacía a la Roja desde hace varias semanas.

Y como las derrotas no vienen solas, el primero en anunciar que no seguirá al frente de la selección fue su técnico, el argentino Juan Antonio Pizzi, a quien la hinchada y los medios locales culpan de la debacle. “Soy el máximo responsable y mi ciclo termina acá”, sentenció el técnico tras el fracaso.

El retiro de algunos referentes es otra posibilidad concreta. El portero y capitán, Claudio Bravo, dijo que se iba a tomar un tiempo “para reflexionar” sobre su continuidad en el combinado nacional.

En cambio, el volante Arturo Vidal, una de los emblemas de Chile y quien no estuvo ante Brasil por una suspensión, ratificó su continuidad en el equipo después de haber anunciado hace un mes que éstos podrían ser sus últimos partidos.

“Este es un momento muy difícil. Y aquí se ven los fuertes. Chile es un equipo de guerreros, me siento orgulloso de pertenecer a este grupo. Y no lo voy a abandonar. Vamos juntos hasta el final. Cada vez que me llamen estaré a disposición de mi Selección. Nuestra Selección”, escribió Vidal en un comunicado.

“Es duro. Pero esto no es el final de nada. Ni de una generación, ni de este equipo ni mucho menos el final de nuestros sueños. Tenemos mucho para pelear, mucho para dar, muchas alegrías por delante”, añadió el ex jugador de Juventus.

Bravo y Vidal son los integrantes de aquella selección que armó en 2007 el entrenador argentino Marcelo Bielsa, considerado por los chilenos como uno de los técnicos más exitosos y el que llegó a cambiarle el perfil de “Cenicienta” que tenía Chile en el ámbito sudamericano.

De hecho, Bielsa los llevó al Mundial de Sudáfrica 2010 junto a Alexis Sánchez, Gary Medel, Charles Aránguiz, Gonzalo Jara, Marcelo Díaz o Eduardo Vargas, grupo que con el tiempo llegó a ser la “generación dorada” de los futbolistas chilenos.

Con otro entrenador argentino, Jorge Sampaoli, esta misma generación metió a Chile en el Mundial de Brasil 2014 y un año más tarde la colocaba en lo más alto del futbol continental al ganar por primera vez en su historia la Copa América 2015.

Así terminaron los triunfos morales, en los que se celebraba todos los años el que Chile consideraba su máximo logro, el tercer lugar en el Mundial de 1962.

Las “hazañas” de la Roja siguieron con Juan Antonio Pizzi, que ganó la Copa América Centenario en 2016 y llegó este año a disputar con Alemania la final de la Copa Confederaciones.

Fuera del Mundial de Rusia, Chile tendrá ahora el tiempo necesario para recuperarse y salir en búsqueda de un nuevo entrenador y un  recambio de futbolistas para reemplazar a la generación dorada.

Algunos medios mencionan a Manuel Pellegrini, hoy entrenando en China, como uno de los probables técnicos.

El nuevo estratega, además de recuperar la estima del conjunto, deberá ocuparse también de la disciplina al interior del plantel.

La esposa del portero Claudio Bravo, Carla Pardo, puso el dedo en la llaga al término del encuentro al denunciar en redes sociales que mientras la mayoría del plantel se sacrificaba “otros se iban de fiesta y no entrenaban de la borrachera”.

“Lo único que tengo claro es que cada uno se ponga el sombrero”, dijo por su parte el arquero, ante la insistencia periodística sobre los dichos de la mujer. La polémica quedó así abierta y recién comienza.

 

Nota de DPA/ foto de Selección Chilena (Facebook).