Ciudad de México, 25 de marzo de 2021. Enclavada en el Centro Histórico de la Ciudad de México, y en plena epidemia, nace La Resistencia.
Es un espacio cultural independiente gestionado de manera colectiva con una doble vocación: galería y café, en República de Cuba 34.
“El proyecto tiene que ver con la suma de esfuerzos solidarios para poder aguantar y resistir los tiempos complicados que estamos viviendo”, dice el artista gráfico y escultor Alfredo López Casanova, quien subraya la suma de manos para gestar el nuevo lugar.
En los muros de la galería cuelga su obra gráfica, una exposición en homenaje a Rini Templeton, grabadora y activista que con sus dibujos acompañó las luchas populares de Estados Unidos, México y Centroamérica.
La exposición inaugural, titulada “Grabar es resistir”, revisa más de tres décadas de trabajo. López Casanova, quien asimiló la estética de Templeton en su obra al acompañar diversas luchas sociales, como las protestas y luchas contra el aeropuerto de Texcoco, la libertad de los presos políticos, las candidaturas de Marichuy y Pedro Kumamoto y la causa de los 43 de Ayotzinapa.
“Encontré en Rini Templeton el soporte para poder hacer eso”, dice. “Cuando conozco su gráfica, me sorprende, porque encuentro ahí todas las posibilidades expresivas, todo el repertorio de soluciones”.
Sobre la obra de López Casanova, el crítico Alberto Híjar escribe: “Al invocar a Rini Templeton, Alfredo López Casanova elogia y sigue la estrategia de comunicación popular que abstrae de la calle, la plaza, el monte y el trabajo, los cuerpos y sus atributos, para ponerlos en acción de resistencia y lucha”.
Híjar ofrecerá una conferencia sobre Templeton como parte de la exposición, anticipa el artista; con fecha por confirmar.
En la obra de López Casanova destaca la serie “Gritabocas”, donde denuncia el drama de los desaparecidos. “¿Dónde están mis hijos?”, clama uno de ellos.
López Casanova adelanta que el plan es que la galería renueve cada mes sus exposiciones.
“La idea es que sea un sitio más allá del café o la galería, un pequeñito centro cultural”, dice el artista. “Es una apuesta a contracorriente; un esfuerzo doble, pero una buena apuesta”.
El Café Latinoamericano ofrece bebidas y venta de café en grano y piloncillo granulado, procedentes de Oaxaca, aunque estará abierta a otros productores, dice, por su parte, Marina Mejía, parte del colectivo que lo gestiona.
Además, el local, de 40 metros cuadrados, alojará otros proyectos, como venta de artesanías.
Texto: Érika P. Buzio / Agencia Reforma
