12 agosto,2021 9:57 am

Se ha usado el Templo Mayor con fines políticos y para uniformar las culturas indígenas, critican

Enfatizan historiadoras la importancia del mundo subterráneo en la cosmovisión mexica, que no ha recibido la misma difusión en aras de resaltar la altura y el tamaño del edificio, cuya maqueta a escala se levanta en el Zócalo de la Cdmx. El INAH no emitió permiso ni recomendación alguna para su colocación, se deslinda la dependencia

Ciudad de México, 12 de agosto de 2021. La imagen del Templo Mayor de Tenochtitlan se ha usado a través del tiempo con fines políticos que refuerzan el centralismo de México, al tiempo que se uniforma a las culturas originarias y se desdibujan sus procesos, criticaron en entrevista las historiadoras Mónica Cerda Campero y Renata Ruiz Figueroa.

Una visión que resta foco a ciudades alrededor del imperio.

Tras una revisión y comparación de la imagen del recinto sagrado tenochca tanto en mapas y como en fuentes históricas, advierten, por ejemplo, cómo éste se destaca mientras la representación del Templo Mayor de Tlatelolco está ausente de las cartografías de los siglos XVI y XVII.

“Aparece el Templo Mayor como si fuera el principal y como si todo girara alrededor de él, cuando se sabe que había muchos recintos sagrados de importancia similar, probablemente.

“Se proyecta entonces la idea de un centro, de un imperio al cual se venció; en Europa la imagen del recinto es algo que cristaliza la visión de un gran imperio al que se venció y resulta sintomático que hoy quiera reforzarse la visión de un templo y un imperio mexica. Es como una ‘voz’ única dentro de la historia, cuando ésta tiene muchas más voces”, indica Cerda Campero.

Junto a Ruiz Figueroa, Cerca Campero es autora de Formas de la ficción-Templo Mayor, ensayo de próxima publicación que presentarán mañana, a las 12:30 horas, en el Seminario de Historiografía Repensar la Conquista, organizado por la Universidad Veracruzana, en un evento que se transmitirá en el canal de YouTube de Guy Rozat Dupeyron.

Una réplica a medias

Las investigadoras advierten, por otra parte, que la maqueta monumental del recinto sagrado de Tenochtitlan, o Huey Teocalli, que se construye en el Zócalo capitalino muestra la relevancia otorgada a la forma más que al fondo o al devenir histórico del mismo templo.

El cronista Francisco Hernández, por ejemplo, señala que estaba provisto de bóvedas y torres.

Probablemente no las tenía, pero su descripción revela las diversas versiones que hubo sobre este edificio y que no se conocen, a diferencia de la popularidad del templo doble difundida en maquetas o diagramas.

“Si uno lee a los arqueólogos, ellos mismos afirman que son hipótesis a partir de lo que se ha encontrado. Pero lo que se acaba ofreciendo al público es una imagen que se puede utilizar para los fines que sean necesarios, ya sean pedagógicos, políticos, educativos o de cualquier otra índole, pero, por alguna razón, nunca llega al público la duda, lo que no conocemos”, apunta al respecto Ruiz Figueroa.

Mientras arqueológicamente se sabe que el Templo Mayor de Tenochtitlan se edificó a partir de diversas etapas constructivas, como en una especie de cebolla, la superposición de capas históricas en torno a su construcción no se esclarece, señala Cerda Campero.

Y la maqueta del Zócalo no abona a ello.

“Quiero dejar claro que esto es un trabajo sobre el uso de esa maqueta en particular dentro de la difusión científica. Ahora se está reconstruyendo la gran maqueta para que pueda visualizarse la dimensión de este recinto, cuando muchos de los más grandes hallazgos arqueológicos son hacia abajo, son en las profundidades”, añade Cerda Campero.

La académica de la UNAM enfatiza la importancia del mundo subterráneo en la cosmovisión mexica, que depositó en el subsuelo ofrendas y otros elementos que no han recibido la misma difusión en aras de resaltar la altura y el tamaño del Templo Mayor de Tenochtitlan y el sitio central que ocupa, alrededor del cual gira el mundo mexica, de manera similar a la concepción medieval de las catedrales.

“Ahí es justamente donde los usos políticos de la historia son más evidentes, en esta idea de que el Templo Mayor es importante porque era grande y majestuoso, y eso no precisamente es lo que están apuntando los propios arqueólogos, que están apuntado a otra serie de cosas que son muy interesantes pero no necesariamente sustentan lo que a veces concebimos como la imagen de un imperio grandioso, que tendría que ver quizá con nociones europeas”, complementa Ruiz Figueroa.

Ahora, prosigue, “con la conmemoración de los 500 años, más que un esfuerzo por comprender ese momento histórico, los restos y las poblaciones, simplemente se trata de engrandecerlos sin dar cuenta de las capas históricas y la complejidad de la destrucción del Templo Mayor, que no es algo que esté resuelto. Es una historia de violencia que da cuenta de cómo se fue consolidando esta nación”.

Lo que se reconstruye es la maqueta, sí, mientras la historia permanece fuera de la discusión pública en esta conmemoración, coinciden las especialistas.

El INAH, al margen

Aunque la maqueta monumental se instaló en el Zócalo, zona de monumentos históricos, el INAH no emitió permiso ni recomendación alguna para su colocación.

“Lo que sí hizo fue poner a disposición del gobierno de la Ciudad de México toda la información publicada por el INAH que pudiera servir para el proyecto”, indicó la institución en una nota informativa.

Para cuidar el paisaje visual, la maqueta tendrá 16 metros de altura y, por recomendación de autoridades, se estableció como una estructura no cimentada, pues no puede ser anclada a la superficie de la plancha.

…Y todavía se sabe poco

Durante 43 años, el Proyecto Templo Mayor (PTM) ha explorado una superficie de 1.5 hectáreas, equivalentes al 12 por ciento de las 12.2 hectáreas que habría abarcado el recinto sagrado mexica, y al 0.1 por ciento de los 13.5 kilómetros cuadrados que habría tenido la isla de Tenochtitlan a principios del siglo XVI, informa Leonardo López Luján, director del PTM.

“Lo anterior significa que conocemos una mínima fracción de la capital imperial, pero que en el futuro haremos reveladores descubrimientos donde quiera que metamos la pala. Puedo decir con orgullo que, gracias al PTM, se han revolucionado nuestros conocimientos sobre el pasado prehispánico y se ha transformado diametralmente el rostro de nuestro querido Centro Histórico”, expone sobre los avances del proyecto fundado en 1978 por el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma.

Desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020, permanecen suspendidas las labores de excavación y laboratorio.

“Nos recluimos en nuestros hogares, donde reorientamos las labores hacia el procesamiento de la información y la preparación de informes y publicaciones. Se han sumado a esta terrible pandemia, con efectos dramáticos para la investigación científica y la conservación, los sucesivos recortes presupuestales del 20 por ciento y el 75 por ciento, algo difícil de comprender en un país como el nuestro”.

Hasta ahora, añade, el PTM ha realizado nueve prolongadas temporadas de campo y gabinete.

“Ahora nos enfocamos en el área que se encuentra al pie del Templo Mayor, donde tenemos expectativas de hacer grandes hallazgos”, indica López Luján.

“Esperaremos con optimismo mejores tiempos, convencidos de que la ciencia y la cultura son los mejores instrumentos para el bienestar de toda civilización”.

Texto: Yanireth Israde / Agencia Reforma