29 diciembre,2021 10:20 am

Corredor descalzo de Cuautepec se alista para el siguiente desafío tras el Maratón de la Cdmx

Oscar Ricardo Muñoz Cano

Juan Carlos Gutiérrez Rosas suele madrugar. A las 5 de la mañana está sobre Costera, bajo la luz de las lámparas, en medio del silencio matutino y el tronar de las olas.
Tras unos minutos de estiramientos, inicia su rutina y anda rápido sobre el asfalto y marcando el ritmo con su respiración.
Pero, con una particularidad: Corre descalzo.
Flaco y de apenas metro y medio de estatura, es conocido entre sus cercanos como Hulk y se desplaza esquivando a otros deportistas, a borrachos y a los pocos carros que encuentra en su camino.
No se detiene sino hasta acabar su rutina, misma que repetirá al día siguiente. Es un corredor amateur competitivo que luego de su participación hace unas semanas en el Medio Maratón de la Ciudad de México ya arrancó la preparación de otro desafío.
En breve charla telefónica, el originario de Cuautepec, allá en la Costa Chica de Guerrero, relató que tiene pocos años dedicándose a correr pero acepta que, como dice el libro De qué hablo cuando hablo de correr del escritor japonés Haruki Murakami, le llama la atención su dificultad, su dureza como deporte, lo que le permite experimentar la sensación de estar vivo.
Al correr, “me siento emocionado, siento bonito, veo a la gente, siento su apoyo cuando estoy cerca de la meta, recuerdo los entrenamientos y dan ganas de darlo todo”.
De 39 años de edad, el además trabajador de mantenimiento de un fraccionamiento, recordó que desde joven se acostumbró a correr descalzo, una costumbre muy de la Costa Chica y que bajo el nombre de Barefoot, se ha vuelto un estilo de carrera que empezó a popularizarse en todo el mundo hace poco más de una década.
El argumento principal es el de que el calzado altera nuestra forma natural de desplazarnos e incluso nuestra postura corporal.
Así, y una vez que decidió hacerlo de una manera más formal de la mano del popular grupo de corredores Ángeles Lokos, no dudo en seguir así.
“Así me gusta correr, descalzo, así andamos muchos en la Costa Chica y así me acostumbre a correr, así entreno, así compito”.
Fue un compadre que me invitó al grupo y me quedé desde entonces, añadió, y sobre la primera vez que corrió ya en forma recordó que fue en Aguascalientes, un medio maratón, y que “lo hice sin experiencia y la verdad me gustó mucho, desde ahí empecé a correr”.
“Yo ya corría antes, pero corría a lo puro tonto, sin plan de entrenamiento, por ejemplo pero cuando ya empecé a correr con ellos fue que conocí los planes, las rutinas y mejoré”.
No obstante, reveló que de vez en vez siente un poco de pena al correr así cuando el resto de la gente lo hace con tenis.
“Me siento un poco apenado, lo he intentado con tenis pero no me adapto, me lastimo mucho los dedos, en serio, me siento incómodo así que mejor corro así, descalzo y termino bien mis distancias, los 21 kilómetros –medio maratón- o el maratón de 42”.
En ese sentido, recordó su más reciente experiencia: el Medio Maratón de la Ciudad de México, realizado el pasado 19 de diciembre y en el que participaron 19 mil 878 corredores que tuvieron como salida la Torre del Caballito y la meta el Ángel de la Independencia.
“Me sentí desgastado al principio por el frío, pero ya por el kilómetro 8 me sentí mejor y empecé a jalar más, por el 18 me volvió a pegar el frío, era una parte de bosque, pero luego salió el solecito y agarré fuerza para seguir hasta el final”.
Según los tiempos oficiales, Gutiérrez Rosas hizo finalmente un tiempo de una hora 23 minutos y 18 segundos.
Ahora, no se toma un descanso sino al contrario, prepara un siguiente reto: un maratón en Los Cabos, Baja California, para el mes de marzo de 2022 y busca la marca de las dos horas y treinta minutos.
Lo anterior, de la mano de su grupo de ahora amigos, los Ángeles Lokos.
“Me he sentido bien, si bien la primera vez fue desgastante ahora me he sentido mejor y con ganas de seguir adelante, seguir con esto de los medios maratones, los maratones”, indicando que para ello se necesita un trabajo previo y al menos tres meses exclusivos para la carrera.
“No me he lesionado, gracias a dios, me he estado cuidando, cuando me dicen que le baje, le bajo y si no, le sigo”, señalando que a la par de su deporte tiene que trabajar.
“Los compas se impresionan y me preguntan que por qué lo hago así, descalzo, y les digo que porque así me gusta, no me siento incómodo, y mira, no he tenido ninguna lesión hasta ahorita”.
Después de todo, acepta, se trata de divertirse, sentirse bien consigo mismo pues como dice aquel libro del escritor japonés: En este y en otros ámbitos, no me preocupa en exceso si gano o me ganan. Me interesa más ver si soy o no capaz de superar los parámetros que doy por buenos.