31 diciembre,2021 8:08 am

Atiborran turistas playa Revolcadero sin respetar restricciones de movilidad social

 

Acapulco, Guerrero, 31 de diciembre de 2021. Cientos de personas abarrotan las playas de Acapulco en víspera del año nuevo y en medio de un periodo vacacional, que se muestra exitoso luego de las restricciones de movilidad social impuestas por la pandemia.

No obstante, las recomendaciones solicitadas por las autoridades de Salud para reducir los contagios no son respetadas, no hay sana distancia y no se usa ya el cubrebocas.

Durante un breve recorrido realizado a mediodía en playa Revolcadero, una de las más concurridas y famosas del puerto, se mostró llena. Cientos de personas disfrutaban de sus olas, mientras que otro tanto ocupaba el equipo de playa, lo mismo para comer que para descansar y disfrutar del sol.

Desde la entrada, luego de sortear el tráfico en el bulevar de Las Naciones, que para esa hora estaba saturado, decenas de coches estacionados avisan que aquella extensión de playa está invadida de gente y que conseguir un lugar será difícil.

No obstante, no falta la ayuda de decenas de acomodadores e informadores turísticos, quienes con una gran sonrisa buscan la manera de apoyar a que los turistas se instalen.

“Ira, primo, hasta que volvió la chilangada”, dijo uno con ganas de trabajar y ganarse algo de dinero, cosa que no pudo hacer durante la falta de turismo por la pandemia.

Ya instalados en la playa, los turistas tiene la opción de ocupar el mobiliario de playa de los diferentes negocios de comida y cuyos empleados de inmediato se presentan junto con la carta.

Así también y si así lo desean, colocan sus sillas, toldos y algunos hasta sencillas casa de campaña a pie del mar.

Mientras, cerveza en mano, un par de turistas descansan junto a la arena, decenas de niños torean olas ante la mirada de sus padres, quienes no pierden ocasión para expresar su amor a besos, cual adolescentes.

Por ahí, el típico artista de arena tarda más en edificar una construcción que el mar en borrarla.

Paseo en caballo, renta de motonetas y artesanías; masajes, nieves y donas, la oferta extra a los paseantes.

No obstante, la constante es que para donde uno mire, el cubrebocas es un objeto en desuso y la sana distancia es un concepto desconocido.

“Ya estará de Dios”, se escucha por ahí, olvidando que la naturaleza es determinista y no probabilista.

Texto: Óscar Ricardo Muñoz Cano