21 marzo,2022 9:45 am

Celebran 30 años de trabajo de la UNAM en Taxco, donde operan el CEPE y la FAD

En un acto con el secretario general de la casa de estudios, Leonardo Lomelí Vanegas, reivindican las aportaciones de personajes que han hecho historia en la ciudad platera

Taxco, Guerrero, 21 de marzo de 2022. La UNAM celebra este mes 30 años de presencia en Taxco con el Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE) y la Facultad de Artes y Diseño (FAD) que durante este tiempo han desarrollado diversas actividades educativas y culturales en las sedes que ocupan en la ex hacienda El Chorrillo, al norte de la ciudad.

En el acto en la Casona donde se develó la placa alusiva, el secretario general de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, expresó que son tres décadas en las que los lazos de la Universidad se han ido estrechando y ha sido una relación mutuamente benéfica a través de la docencia y la difusión de la cultura.

“El arte siempre es el reflejo de la sociedad de la que surge y, tiene sin duda, una ciudad tan cosmopolita y con tanta historia como lo es Taxco, un escenario privilegiado, pero que ha sido muy afortunado para esta relación que se renueva día a día”, apuntó.

Del trabajo desarrollado y del acervo documental fotográfico con el que cuenta, al igual que el resguardo del archivo histórico de Taxco, con alrededor de 4 mil expedientes de los años 1666 a 1988 con información relevante de la Colonia, la Independencia y la Revolución, el funcionario destacó que es así como la Universidad forma, preserva y difunde lo mejor de las expresiones de la cultura y el arte, nacionales y universales.

En su intervención, el profesor emérito de la UNAM, José de Santiago Silva, indicó que aquí hubo un asentamiento de población mesoamericana, dueña originaria del lugar y componente fundamental de la actual población que ahora se afirma taxqueña, guerrerense y mexicana, y “aquí nació Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza, que junto con Juana de Asbaje, son aportaciones mexicanas al Siglo de Oro de las letras españolas; que si no había nación mexicana en aquel entonces, sí había sentido y cultura diferenciadas”.

Aquí, agregó, sentó reales José de la Borda, que explotó minas y mandó construir el templo de Santa Prisca, que es una de las cumbres de la arquitectura barroca mexicana; se fundó una de las escuelas de pintura al aire libre bajo la conducción del artista japonés Tamiji Kitagawua y el estadunidense William Spratling revolucionó la platería con un taller que fundó en la ciudad.

Texto y foto: Claudio Viveros Hernández