9 septiembre,2022 5:03 am

Reclaman pechugueros que Abelina los criminalice por hacer el trabajo que no hace el Ayuntamiento

Con sus declaraciones, la alcaldesa obliga a trabajadores precarios a que “se unan a los grupos criminales. Nos está quitando el sustento, esa señora no tiene sesos, no tiene pensamiento, nomás habla por hablar”, y la retan a que compruebe sus acusaciones. Están organizados “para un bien, no para un mal”, remarcan. Piden que el Ayuntamiento los empadrone y les dé credenciales

Acapulco, Guerrero, 9 de septiembre de 2022. “Nos organizamos, pero para un bien, no para un mal”, responden los recolectores de basura, llamados pechugueros, al señalamiento de la alcaldesa Abelina López Rodriguez que detrás de ellos está la delincuencia organizada, y recriminan que los criminalice.

Son las 2 de la tarde, y en la esquina de la calle 3 y 10 de la colonia Emiliano Zapata, a un costado del Centro Cultural Faro Zapata, los pechugueros hacen fila, para depositar la basura que han recolectado durante el día en el camión de la basura. A las 5 de la tarde llega el camión, desde que les quitaron el contenedor donde ponían los desechos.

Para los hombres y mujeres, en su mayoría personas de 60 años en adelante, las propinas que les dan los vecinos de la colonia Zapata representan su único sustento económico, y que apenas les alcanza para comprar lo mínimo para comer. El monto probable que se logra reunir por día es de 250 pesos, poco más de un salario mínimo, que es de 172 pesos.

En las horas de mayor ajetreo, los hombres y una mujer se dieron tiempo para compartir el trabajo que a diario realizan en las calles de la colonia Emiliano Zapata, considerada dentro de las zonas con mayor índice delictivo por las autoridades.

La alcaldesa Abelina López Rodríguez ha acusado a los trabajadores precarios que asumen la recolección de basura que no hace el Ayuntamiento –y que causa los abundantes montones de desechos en la ciudad– de estar ligados a la delincuencia organizada, y de dejar la basura que colectan en la calle.

Luego de escuchar con atención a uno de los hombres que leyó las declaraciones de López Rodríguez publicadas en El Sur, el señor Hipolito Marqueño de inmediato mostró su descontento y enojo.

Enfadado, expresó: “al contrario la señora (López Rodríguez) nos está obligando a todos, hombres y mujeres, a que se unan a los grupos criminales, sea del tipo que sea. ¿Por qué? Porque nos está quitando el sustento del diario, esa señora no tiene sesos, no tiene pensamiento, nomás habla por hablar, y me gustaría que viniera y que nos lo comprobara, con qué grupo estamos organizados de la maldad, porque no es así”.

Agregó “vamos y trabajamos con la bendición de Dios. Aquí nos organizamos, pero para un bien, no para un mal, esa señora hace declaraciones a lo tonto nada más”. Luego se retiró a tratar de seguir recolectando basura para poder alcanzar al camión de las 5 de la tarde.

Las mujeres y hombres trabajan sin ninguna protección, nadie usa guantes, menos un cubrebocas, y portan gorros y sombreros para protegerse del sol intenso del mediodía. Sus herramientas de trabajo las han comprado ellos, ahorrando y pidiendo prestado. Un triciclo de carga, una escoba, una pala, y mucha fuerza para pedalear.

 Casi tres décadas de pechuguero

El señor Herminio Nava, de 75 años, con un ánimo más calmado, le recordó a la alcaldesa “nosotros somos seres humanos, comemos, ella tiene su familia que también come”.

Herminio es el abuelo que se toma las cosas con calma. Viste un pantalón azul marino, igual de desgastados como las palmas de sus manos. Porta una playera del equipo de futbol Real Madrid y una gorra azul.

Nació un 11 de octubre de 1946, no tuvo oportunidad de estudiar. Llegó con sus padres desde muy pequeño a vivir en la colonia Aguas Blancas, en el centro de la ciudad.

Sus padres son originarios de la comunidad Los Lirios, de Ayutla de los Libres. Recuerda que el ocaso de su familia fue por el alcoholismo de su padre y que en 1987 lo alcanzó a él, y por esa razón dejó de trabajar en el Ayuntamiento, donde era ayudante y se dedicaba a pulir los pisos del antiguo Palacio Municipal.

Desde hace 28 años comenzó a recolectar basura. Se levanta a las 4:30 de la mañana de su casa, en la colonia Jarochita, rumbo a la caseta de La Venta, de Acapulco.

A las 6 de la mañana comienza a recorrer las calles de la colonia Zapata, y a las 2 de la tarde debe descargar todos los desechos recolectados en el camión, que a esa hora tiene programada su estancia en la esquina, de la calle 10 y 3, a un lado del Centro Cultural Faro Zapata. A esa hora termina su jornada de trabajo.

Si no alcanza el camión, tiene que esperar hasta la 5 de la tarde, cuando vuelve el camión. En el lugar donde alguna vez hubo un contenedor de basura, ahora hay un letrero que dice “Prohibido tirar basura”.

En un buen día el hombre llega a juntar hasta 280 pesos de propinas, dinero que no le alcanza para casi nada, y comienza a hacer las sumas: gasta en el transporte 30 pesos, el kilo de tortillas está en 28 pesos, un casillero de huevo en 80 pesos, un litro de aceite en 50 pesos, “y ya no me sobra nada. Qué va a alcanzar, todo está caro”, y agrega, “aquí andamos mientras Dios nos dé vida”.

El hombre pidió que el Ayuntamiento los empadrone y les otorgue credenciales para estar bien identificados, que ellos no se niegan al ordenamiento, incluso dice que así es mejor, porque hay algunos “vivos” que llegan a robar sus herramientas.

Dijo que en esa zona hay unos 70 recolectores, y no todos acatan el horario establecido para ir a dejar la basura, por esa razón, incluso entre todos se cooperan para tener a un vigilante fijo en la calle, para evitar que otros pechugueros lleguen a dejarles basura.

Con casi tres décadas trabajando como pechuguero, la gente de las calles de la Zapata ya lo conoce y le tiene confianza, y sabe que es una persona que solo se dedica a trabajar para llevar unas monedas a su casa.

El hombre pidió que regresen al lugar el contenedor de basura que había, porque eso para ellos sería una gran ayuda, podrían trabajar más horas, sin la limitante de estar a las 2 de la tarde.

Con Abelina comenzaron los problemas para los recolectores

El señor Jesús García, de 45 años, es uno de los más jóvenes entre los recolectores de basura. Desde los 13 años, junto a su mamá y papá, quien falleció el año pasado por Covid-19, han recorrido las calles de la Zapata.

A la alcaldesa le reclamó que “nosotros nos hemos enfocado a nuestro trabajo, no sé con qué fin nos quieran quitar en todos los puntos” y recordó que el municipio no puede con todo con los 35 camiones que dice la alcaldesa  que compró para recolectar la basura, “¿con eso pretende darle el servicio a la ciudad? Está equivocada”.

Señaló que desde que entró López Rodríguez comenzaron los problemas para los recolectores de basura, porque les retiró los contenedores, y le prohibió tirar basura en el lugar.

Ahora, con sus declaraciones de que detrás de ellos está la “delincuencia organizada”, los criminaliza, cuando sus compañeros y él ayudan al municipio en la tarea de recolectar la basura, que los camiones no alcanzan a recoger de las casas de las personas.

Recordó que en otras administraciones, y desde 1999, con el ex alcalde Zeferino Torreblanca Galindo, se contrató a la empresa Aca-Verde que recolectaba basura en la zona turística, y de ahí Cicasa, de ICA, y las empresas traían sus contenedores y todo el equipo para llevarse la basura, esto siguió con otras empresas hasta la administración pasada.

Pero que desde que entró esta administración, “nos quitaron todos los contenedores, porque con los camiones nuevos que se compraron iban a tener limpio todo Acapulco, pero fue un plan fallido. Aquí nos quitaron el contenedor, pero en otros lados está el tiradero”.

“No se vale –que diga la alcaldesa– que detrás de nosotros está la delincuencia, para nada, de antemano sabemos que no hay empleo, y si hay empleo no nos alcanza con el salario. Hay mucha gente desempleada”. Dijo que hay personas que se compadecen del esfuerzo que hacen, “nos regalan comida, o incluso electrodomésticos, que ya no les sirven”.

Agregó que “¿el gobierno no nos quiere ver?, sí molesta el comentario que dice la señora, que si nosotros estamos detrás de la delincuencia, ¿Estar detrás de la delincuencia porque estamos peleando nuestro derecho?

“Nosotros hemos trabajado bien, no estamos contra la ley. Pero que reconozca que no se dan abasto”, expresó.

Texto y foto: Jacob Morales Antonio

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