16 agosto,2023 9:42 am

“El gran bofetón que dejó la pandemia de Covid es la enorme desigualdad en salud”: Antonio Lazcano

El académico participó en una mesa redonda junto con otros integrantes de El Colegio Nacional, para hacer una evaluación sobre la pandemia del Covid-19 y la situación actual, en México y el mundo, tras la emergencia sanitaria. Entre las repercusiones a largo plazo que mencionaron se encuentran “el retraso cognitivo y emocional entre estudiantes, los altos índices de deserción escolar y 215 mil 300 huérfanos a diciembre 2022”

Ciudad de México, 16 de agosto de 2023. El gran bofetón que nos dejó la pandemia mundial de SARS-CoV-2 es la comprobación de las enormes desigualdades en el acceso a la protección y al cuidado médico, y son desigualdades que se pueden exacerbar, en el caso mexicano, por la incapacidad directa de autoridades médicas, indicó Antonio Lazcano Araujo, miembro de El Colegio Nacional.

“Ninguno de nosotros va a olvidar lo que significó en nuestras vidas, tanto a nivel intelectual como colectivo, un hecho tan inesperado como la pandemia. Dejó lecciones sobre la ciencia, la sociedad civil, el papel heroico del personal de la salud y la necesidad de que todos tengamos muy claro que son eventos imprevistos que pueden volver a ocurrir”, señaló Lazcano.

En una mesa redonda titulada Balance sobre la pandemia SARS-CoV-2, que tuvo lugar el viernes pasado en la sede de El Colegio Nacional, ubicada en el Centro Histórico de la capital del país, el biólogo mexicano indicó que es muy difícil predecir cuándo va a surgir un nuevo virus, pero, por otro lado, se entienden cada vez mejor los procesos ecológicos que pueden facilitar la existencia de una pandemia.

“Antes se pensaba que los virus eran un castigo divino, ahora sabemos muy bien que se pueden desarrollar en un tiempo extraordinario vacunas que protejan a todos, pero una cosa es el desarrollo de la vacuna y otra es la disponibilidad de las medidas preventivas”, expuso Lazcano.

El acto tuvo como objetivo presentar una evaluación sobre la pandemia y enlistar los pendientes a desarrollar tras la emergencia sanitaria. Participaron, además de Lazcano –coordinador de la mesa–, los colegiados y especialistas Susana López Charretón, Julio Frenk y Adolfo Martínez Palomo.

Más de 5 mil millones vacunados; falta 28% de la población

La viróloga Susana López Charretón recordó que en diciembre de 2019 se difundió la noticia de que había un brote muy severo de una enfermedad respiratoria en la ciudad de Wuham, en China. “A partir de ahí nuestra vida cambió”.

Mencionó que, a la fecha, en el mundo se han reportado por lo menos 769 millones 369 mil 823 diagnósticos del virus. Según los números más conservadores de la Organización Mundial de la Salud (OMS), han muerto casi 7 millones de personas, pero la misma OMS, indicó, “calcula que son como 20 millones de personas muertas en la pandemia”.

La especialista hizo un recuento de lo que se ha hecho en el transcurso de la pandemia a partir de la investigación científica. Dijo que por estudios previos existía un gran conocimiento acerca de esta familia de virus y ya se habían tenido dos brotes muy severos por dos coronavirus anteriormente.

Se utilizaron, enfatizó, plataformas ya existentes para el diseño de vacunas y exploración de drogas antivirales. Hubo también una reconversión de laboratorios de investigación y una colaboración ejemplar.

“También vimos una inversión inédita para la elaboración de vacunas, antivirales, diagnóstico y seguimiento de la infección. Nunca en mi experiencia había visto tantos investigadores proveyendo de herramientas a todo el mundo y además una inversión inédita para la elaboración de vacunas, con inversiones tanto del gobierno como de la industria para hacer vacunas, diagnósticos y prevención”, afirmó.

Gracias a esa inversión de gobiernos, hasta hace un año existen 21 vacunas autorizadas y 12 aprobadas completamente. Más de 5 mil millones de personas en el mundo han recibido por lo menos una vacuna. “Y, sin embargo, esto ha sido desigual, pues más de 28 por ciento de la población no ha recibido ni una sola vacuna y esto es por inaccesibilidad económica. La lección es que necesitamos el apoyo sólido y sostenido a la investigación y a la tecnología en todas las áreas”, agregó.

“Se requiere aumentar la planta de investigadores y desarrollo tecnológico del país. La colaboración entre grupos e instituciones es indispensable para la resolución de problemas. Participar activamente en divulgación científica, en comunicación de la ciencia”.

Entre los aprendizajes también se encuentran las investigaciones realizadas desde la biología y la genética, comentó Antonio Lazcano.

“Se sabe que las poblaciones de SARS-CoV-2 mutan mucho más lentamente, hay menos diversidad genética porque es un virus nuevo, además, este patógeno no provoca una infección crónica, es decir se transmite más rápido de lo que muta, con excepciones. “Todo indica que debido su estabilidad genómica no habrá niveles altos de variabilidad viral en las personas infectadas, las terapias antivirales pueden ser homogéneas, la aparición de resistencia será lenta y una vacuna servirá para todas las variantes.

“No es posible predecir la aparición de nuevos virus. Esto se debe a que la evolución biológica es un proceso multifactorial y es imposible predecir qué mutaciones se van a fijar en una población. Es mucho más fácil hacer pronósticos realistas sobre la evolución y propagación de los virus una vez que se han establecido en una población”, concluyó el científico.

“El gobierno destruyó las academias”

La sociedad civil son todos aquellos grupos de personas que “no están asociados al gobierno, a grupos políticos, a grupos religiosos y no tienen fines de lucro. Se reúnen, como las asociaciones académicas, para tratar de avanzar en el conocimiento y abordar problemas”, externó otro integrante de El Colegio de México, Adolfo Martínez Palomo, al hablar del papel relevante que tuvo la sociedad civil durante la pandemia por Covid-19.

Las gráficas para detectar los casos de contagio, explicó, fueron realizadas por el Centro de Detección de Coronavirus de la Universidad Johns Hopkins, que suplió al gobierno de Estados Unidos y al Centro de Detecciones de Enfermedades en Atlanta, los que “debieron tomar la batuta y orientar al mundo.

“También se creó un consorcio interacademias para difundir mejor la información y así evitar contagios. Lamentablemente México no participó en este apoyo porque el gobierno decidió destruir las academias, la Academia de Ciencias está prácticamente muerta, y la Academia de Medicina vive de milagro, les quitaron todo el dinero”.

Martínez Palomo aseguró que en países como España colaboraron dependencias como La Real Academia Nacional de Medicina, que hizo un estudio sobre las vacunas. En Inglaterra, además, la Academia de las Ciencias Médicas no sólo abordó la parte científica, también las necesidades de la ciencia y las posibilidades de la industria.

En Brasil, dijo, los miembros de la Academia de Ciencia “se atrevieron a afirmar que la pandemia del Covid-19 tenía colapsados a los sistemas de salud pública. La única manifestación de inquietud de la Academia Nacional de Medicina de México fueron dos cartas, una del 14 de enero de 2021 y otra del 12 de marzo del mismo año, en las que, con mucha timidez, decía: ‘por favor, vacunen también a los doctores’.

“Para concluir, no sé si como El Colegio Nacional somos sociedad civil, de hecho, desde el punto de vista legal, somos decreto presidencial, pero esta institución hizo muchas reuniones, a través de las redes, en las que trató diversos aspectos del Covid-19”, manifestó Martínez Palomo.

Más de 770 mil muertes estimadas en México

De acuerdo con datos del Instituto para la Métrica y la Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, en México hubo unas 470 mil 314 muertes oficiales por Covid-19, el cuarto lugar en el mundo, pero las muertes estimadas “llegan a la cifra de 770 mil 824, eso quiere decir que hay un 38 por ciento de exceso de mortalidad entre 2020 y 2021, uno de los porcentajes más altos del mundo”, indicó en su participación Julio Frenk, rector de la Universidad de Miami y miembro de El Colegio Nacional.

“La gran brecha que hay entre las muertes reales y estimadas se debe a la falta de pruebas. México también tiene la tasa más alta de fallecimiento del personal médico, con un 15 por ciento, eso se traduce en 4 mil 456 fallecidos por millón de habitantes. Son números de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos”, precisó.

Además, México “sufrió la primera reducción generalizada en la esperanza de vida en un siglo. Perdimos 4.1 años: de 74.2 años cayó a 70.1. El promedio global fue de 2 años”.

Entre las repercusiones a largo plazo que dejó la pandemia de Covid-19, “se encuentran el retraso cognitivo y emocional entre estudiantes, los altos índices de deserción escolar y 215 mil 300 huérfanos a diciembre 2022. Esto se traduce en una pérdida de capital humano y potencial de crecimiento económico”, resaltó el ex secretario de Salud.

Frenk dijo que “es importante no ignorar las evidencias científicas. La respuesta inicial fue tibia, tardía y descoordinada. No se hicieron pruebas de detección generalizadas. Se terminó el confinamiento en el momento equivocado y sin las precauciones debidas y se evadió la responsabilidad de la tragedia. La pandemia por coronavirus mostró facetas oscuras, como la desigualdad social, las debilidades estructurales en los sistemas de salud y las debilidades a la seguridad global de salud”.

Sin embargo, también señaló un aspecto positivo: “la colaboración científica ejemplar y las innovaciones en la prestación de servicios de la mano de la tecnología que ofrece un futuro muy prometedor para ampliar la calidad de los servicios”.

Texto: Guillermo Rivera