25 agosto,2023 9:40 am

Se desborda la emoción en el primer show de Taylor Swift en la Ciudad de México

 

Agradece la estadunidense la entrega de las 58 mil 126 personas que entraron al Foro Sol

 

 

Ciudad de México, 25 de agosto de 2023. “Welcome to Taynochtitlán”. El lema lo lucían algunas camisetas anoche, durante el primer concierto en México de Taylor Swift. Las fans querían hacerle notar a la estrella pop, quizás la más fulgurante del género en la actualidad, que si había evadido el País por 17 años. se había equivocado. Esta es una nación swiftie, le aclararon, en delirio, 58 mil 126 personas –según los organizadores– que abarrotaron el Foro Sol.

Se sentían las más afortunadas del mundo. Corearon (“Taylor, hermana, ya eres mexicana”) y gritaron durante más de tres horas seguidas: su felicidad postergada se les paró enfrente con melena rubia, bodysuit brillante y labios rojos, interpretando Miss Americana & the Heartbreak Prince.

Swift se tomó unos segundos para asimilar la pasión desbordada: la tomó por sorpresa.

“Ciudad de México, me estás haciendo sentir increíblemente. ¡Se me va a subir a la cabeza. Es hermoso!”, reconoció.

“Es un honor y un privilegio poder decir estas palabras: Ciudad de México, gracias (en español). Toda mi vida había soñado tocar en la Ciudad de México. Estoy muy emocionada. Muchas gracias”.

Debía ponerse al día con México. Deudora con sus swifties del sur de la frontera, la artista de Pensilvania trajo en la maleta su universo: The Eras, que se perfila, según analistas, para ser la gira más redituable de todos los tiempos.

Calificarla como ambiciosa o audaz es poco. En 44 temas encapsula sus 10 discos en orden no cronológico, desde su periodo country-folk (Fearless, que lanzó cuando tenía 18 años) al popero más electrónico (Midnights, 2022), todo lleno de referencias al swiftverso.

Se cree que a los 33 años se alcanza la madurez. Esa niña que soñaba con ser la nueva Shania Twain está en la cima de su dominio escénico, capacidad como narradora y conexión con el público. De un entendimiento de un espectáculo como un relato donde cabe la intimidad (Fearless, a guitarra) y el gran show (Blank space, con bicicletas, palos de golf neón y elevadores).

Con tres escenarios unidos por una pasarela, una colosal pantalla curva, cambios de vestuario de diseñador (Versace, De la Renta, Louboutin.), coreografías elaboradísimas, pirotecnia, rayos láser y una narrativa hacia el centro de sus sentimientos, el show parecía de Broadway. Taylor, el musical.

Swift le habla a las mujeres de varias generaciones, y a todas las hace sentir jóvenes y poderosas (como reza su éxito 22). No sólo con su música a corazón abierto, sino con la manera en que se ha hecho oír en la industria (enfrentó a Spotify, hizo colapsar a Ticketmaster y luchó contra los dueños de las grabaciones maestras de sus canciones).

Anoche, el público femenino fue mayoría. Por cada rincón había chicas procedentes de todo el país y hasta del continente, con looks que la imitaban y los brazos llenos de “brazaletes de la amistad”, la divisa de la comunidad. Sus voces recitaban entre alaridos cada línea que cantaba Swift.

“¿Ustedes son reales? Esto es un sueño. ¡Cantan más fuerte que lo que suena por las bocinas! Gracias, gracias”, dijo ella.

De Glendale, Arizona, cuando debutó su gira, a la Ciudad de México, han pasado cinco meses y 54 fechas. Anoche todo fluyó sin contratiempos (sin lluvia, sólo la ficticia de Midnight rain) y la enorme lista de canciones, prácticamente un greatest hits, estuvo repleto de cimas, sorpresas (I forgot that you existed y Sweet nothing) y alta temperatura emocional.

Sí, Swift canta, baila, toca la guitarra y el piano, pero compone también canciones brutalmente honestas, donde, como forense, disecciona sus sentimientos.

En muchas se expone como una mujer que quiere demasiado. Habla de abandonos, de lo breves que resultan los amores supuestamente eternos. Sus swifties son sus verdaderos incondicionales. Los mexicanos esperaron 17 años para tenerla y ya cuentan los días para que regrese.

“Gracias, mi hermoso México, gracias”, se despidió luego de cantar Karma, más de tres horas después.

 

Quienes no pudieron entrar cantaron afuera

Los fans que no pudieron conseguir boleto para el concierto de Taylor Swift no perdieron el optimismo y se pusieron a cantar a todo pulmón las afueras del Foro Sol, luego de que Swift arribara al escenario a las 20:30 horas.

“Ayúdame a entrar al concierto. Por gastos familiares y escolares no encontré boleto”, decía uno de los carteles de un chico que se puso a cantar.

El audio no se alcanzó a percibir a las afueras del recinto, pero los fans que sí consiguieron boleto coreaban los temas y los que no tenían acceso seguían cantando. Los intercambios de los brazaletes de la amistad continuaron.

 

Estafan a dominicanas con boletos falsos

Tres chicas viajaron desde República Dominicana con la intención de ver a Taylor Swift sin esperar que sus boletos fueran falsos.

República Dominicana no está prevista como parte de la gira de Swift. Las mujeres compraron sus boletos por internet a través de Viagogo y por cada uno pagaron 700 dólares.

Al llegar al Foro Sol, quisieron acceder, pero sus boletos no pasaron.

Entre lágrimas, gritos y reclamos, las chicas les pidieron a los de seguridad dejarlas pasar el filtro.

“Viajamos desde República Dominicana como para que no nos dejen pasar. Aquí están nuestros boletos. Pagamos por ellos”, gritaba una de ellas.

Ante la negativa de los guardias, las mujeres quisieron sobornar a uno de los elementos para que las dejara pasar.

“Ándale, dinos, cuánto nos cobras para que nos dejes entrar”, le dijo una de las fans. “No puedo, me van a regañar en mi trabajo”, le respondió el vigilante. “Todos tienen un precio”, le comentó otra de las chicas. “Ahorita que empiece vemos”, agregó el guardia.

Reforma intentó conversar con las chicas estafadas, pero no quisieron hablar porque se encontraban “afectadas emocionalmente” ante la incertidumbre de no saber si entrarían al concierto de Swift.

En el acceso principal del Foro Sol, los revendedores de boletos manejaban bajo perfil acercándose a la gente a preguntarles “¿buscas boleto?” y a los interesados en comprar los hacían caminar.

El revendedor pedía seguirlo a la puerta 6 del recinto para entregarles los boletos, cuyos precios oscilaban entre 5 mil y 17 mil pesos.

A las afueras del Foro Sol había policías que supuestamente cuidaban que no existiera reventa de boletos.

 

Texto y foto: Agencia Reforma