Agencias
Rotterdam
Santiago Giménez ya debutó en la Champions League y lo hizo de manera espectacular. El delantero mexicano marcó un doblete en el triunfo del Feyenoord 3-1 sobre la Lazio, en duelo de la Fecha 3 de la Fase de Grupos.
Minutos después de que le anularan un gol por fuera de lugar tras la revisión de la jugada en el VAR, Giménez mostró su capacidad como delantero para darle la ventaja al Feyenoord al 30’, al utilizar su brazo para resistir la marca de un defensa italiano antes de disparar desde el centro del área.
En el tiempo añadido, un tiro con curva de Ramiz Zerrouki lo llevó a anotar su primer tanto con el cuadro neerlandés para duplicar la ventaja.
El segundo gol del Chaquito llegó al 74’ cuando aprovechó un rebote del portero y solo tuvo que empujar el balón a las redes. Giménez ya le había marcado dos goles a Lazio la temporada pasada, pero dentro de la Europa League.
El tricolor salió de cambio al minuto 78 en medio de una gran ovación de los aficionados del Feyenoord, que lo consideran ya un ídolo en el equipo.
Con seis puntos, Feyenoord se colocó uno adelante del Atlético de Madrid, que se resignó a un empate 2-2 ante el Celtic. La Lazio marcha una unidad detrás de los Colchoneros y tres adelante del Celtic.
El Atlético se lleva un empate
agridulce de Celtic Park
El Atlético de Madrid empató 2-2 ayer en su visita al Celtic, merced a un partido agridulce donde el francés Antoine Griezmann y el español Álvaro Morata marcaron los goles colchoneros, durante una jornada 3 en la Liga de Campeones que apretó su Grupo E gracias a este resultado y al del Feyenoord vs Lazio (3-1).
La victoria a media tarde del club de Rotterdam obligaba al Atlético a sacar tajada de Celtic Park, pues su bagaje de cuatro puntos igualaba con el de la Lazio y era una buena oportunidad para alejarse, tanto de los romanos como del propio equipo de Glasgow. Incluso alcanzar el liderato era factible ganando, pues el Feyenoord luce seis puntos.
Pero los días previos a jugar ante el Celtic habían vivido tensión innecesaria para los intereses colchoneros, todo a raíz de llevar la misma indumentaria que el Atlético vistió en 1974 para las semifinales de la extinta Copa de Europa. Entre las fotos con la camiseta entera de color rojo y el alboroto de un estadio entregado a la polémica, los futbolistas visitantes empezaron con todo.
En la primera acción ofensiva del Celtic, sin haberse cumplido aún el minuto 4, el japonés Kyogo Furuhashi se plantó en el pico del área derecha e hizo una pared con su compañero Matt O’Riley; éste le filtró un pase raso con clase, pillando lento a Javi Galán en lo que suponía su primera titularidad del curso bajo las órdenes de Diego Pablo Simeone.
El esprint de Furuhashi valió un fugaz mano a mano con Jan Oblak, y el delantero nipón no lo malgastó; con la zurda, batió al portero esloveno en su salida y puso el 1-0 en el marcador.
A punto de cumplirse el minuto 24, Nahuel Molina realizó una pared con su compatriota Rodrigo de Paul, como tantas y tantas veces hicieron en la selección argentina hace un año hasta coronarse como campeones del mundo.
De ese movimiento nació una internada de Molina en el área rival, siendo trabado por Greg Taylor. El árbitro alemán Felix Zwayer no dudó y decretó penalti, que lo tiró Griezmann al poste con la zurda; el guardameta Joe Hart rozó el lanzamiento, pero el propio ‘7’ del Atlético aprovechó el rechace para empujar el 1-1 a la red con la bota diestra.
Sin casi tiempo para saborear el gol, los pupilos de Brendan Rodgers volvieron a adelantarse en una jugada de banda a banda. Maeda, esta vez por la izquierda, envió la pelota al otro lado; su pase sobrevoló el área defendida por Oblak y acabó en pies del hondureño Luis Palma, que domó el balón y enganchó un potente derechazo que entró después de tocar el palo.
Sí que se vio el empate válido al regreso de vestuarios, toda vez que Simeone había efectuado cambios. Con Rodrigo Riquelme y Marcos Llorente sobre el campo, su equipo ganó ritmo por los costados. De hecho, de una arrancada de Llorente nació el 2-2, con un centro suyo que botó en el corazón del área y que Morata cabeceó con destreza al fondo de las mallas.
Sin embargo, en la recta final se despertaron los de Rodgers. El motivo fue la expulsión de De Paul en el 82’, al recibir la segunda tarjeta amarilla en un balón dividido.
Salvo un par de infructuosos saques de esquina por parte del equipo escocés, el Atlético no sufrió y amarró bien el empate con 10 hombres. (Europa Press).
