5 julio,2024 8:35 am

Cerrará la mexicana Elisa Carrillo su ciclo con el Staatsballett de Berlín como bailarina principal

Ya no quiere dejar ir más invitaciones y le parece que es el momento ideal, en plenitud y con ansias, de crecer como artista, dice

Ciudad de México, 5 de julio de 2024. En el 20 aniversario del Staatsballett de Berlín, Elisa Carrillo bailará como colofón de su exitosa historia con la compañía.

La primera mexicana en ascender a bailarina principal en la agrupación –una de las más importantes del mundo, constituida en 2004 al fusionar en una sola a las tres casas de ópera de la capital alemana– se despedirá de ella este domingo, después de 17 años.

“Yo no voy a dejar de bailar, no voy a colgar las zapatillas, pero voy a cerrar un capítulo importante en mi carrera con una compañía que adoro y que, desde que llegué, me ha dado grandes oportunidades”, expresa Carrillo, tajante, en entrevista.

El Staatsballett le ofreció despedirse en la gala de aniversario, que reunirá a primeros bailarines y ex directores para recordar los grandes momentos de su historia.

A la mexicana le pidieron hacer uno de los grandes ballets del repertorio, Caravaggio, creado ex profeso por Mauro Bigonzetti para la compañía, del cual bailará un dueto con Giovanni Princic, que ha llevado a diferentes escenarios del mundo.

Cerrará la gala, su última función con la agrupación, con el solo Tué, de Marco Goecke, un coreógrafo admirado por Carrillo.

“Aquí logré muchos sueños, bailé y trabajé con todos los que yo soñaba trabajar”, dice con total satisfacción.

Entre el público estarán ex colegas y funcionarios del gobierno alemán, pero la presencia más importante para Carrillo será la de su familia y amigos cercanos.

El Staatsballett mantendrá las puertas abiertas para la mexicana, quien seguirá entrenando en el teatro. Incluso continuará viviendo en Berlín junto con su esposo Mikhail Kaniskin y su hija.

Carrillo celebra además 25 años de carrera en Alemania, primero con el Stuttgart Ballet, donde pasó del cuerpo de baile a solista antes de unirse a la compañía berlinesa.

“Es cerrar un capítulo pero se abre otra puerta”, recalca Carrillo.

Ahora podrá emprender proyectos artísticos internacionales sin la presión de cumplir además con la demandante agenda del Staatsballett. Admite que en los últimos años se ha visto obligada a cancelar propuestas por falta de tiempo.

Ya no quiere dejar ir más invitaciones y le parece que es el momento ideal, en plenitud y con ansias, de crecer como artista.

“Los años que tengo todavía en el escenario, quiero disfrutarlos al máximo, quiero tener esa libertad de poder decidir a dónde voy, cuánto tiempo me quedo… He tenido varias invitaciones de compañías, de proyectos para hacer y de coreógrafos, y lo que nunca puedes tener es el tiempo”, expone.

“Te lo digo también hablando de México, que hay tantas cosas que yo quisiera poder hacer”.

En ello, Carrillo sigue el ejemplo dado por grandes intérpretes como la francesa Sylvie Guillem, bailarina de fama mundial, con una carrera de casi 35 años en el ballet y la danza contemporánea, después de su paso por la Ópera de París y el Royal Ballet, o la española Lucía Lacarra, quien viaja por el mundo con sus proyectos y dirige su propia compañía, después de ser prima ballerina en el Ballet de la Ópera de Baviera.

El Staatsballett tampoco es el mismo al que llegó la mexicana en 2007; la visión de la actual dirección se enfoca en coreografías grupales, con muchos ejecutantes, más que reparar en primeros bailarines, y un cambio en el repertorio.

“Uno quiere crecer, y yo me siento ahorita en un momento pleno de mi carrera; te puedo decir que me siento mejor que nunca”, reitera Carrillo, quien mantuvo una buena relación con todos los directores de la compañía.

Cierra, tan solo, una etapa en su vida.

“El día que haga mi despedida-despedida, va a ser en México”, asegura.

Texto: Erika P. Bucio / Agencia Reforma