6 julio,2024 5:57 am

Llamada a una política de restauración contundente (en Europa)

Octavio Klimek Alcaraz

 

El pasado 17 de junio de 2024, la denominada Ley de Restauración de la Naturaleza de la Unión Europea (UE) superó el último obstáculo. Tras la aprobación del Consejo de Medio Ambiente de la Unión Europea, ahora es seguro que esta Ley entrará en vigor. Su objetivo es garantizar que los ecosistemas biodiversos y resilientes de las zonas terrestres y marinas de la Unión Europea se recuperen a largo plazo y de forma sostenible (ver artículo sobre dicha Ley en El Sur del 15 de julio de 2023).

En Alemania tratan de garantizar que la nueva Ley se aplique rápidamente. Al respecto, en abril de 2024 fue publicado un amplio posicionamiento denominado Renaturalización: Fortalecimiento de la biodiversidad, gestión sostenible de la tierra, que fue preparado conjuntamente por tres consejos federales de expertos: el Consejo Asesor Alemán sobre el Medio Ambiente (acrónimo en alemán SRU) y los Consejos Asesores Científicos sobre Biodiversidad y Recursos Genéticos (WBBGR) y Política Forestal (WBW). En dicho posicionamiento presentan información y recomendaciones sobre cómo se puede lograr esto frente a de los conflictos existentes y futuros sobre el uso de la tierra en Alemania (https://www.umweltrat.de/SharedDocs/Downloads/DE/04_Stellungnahmen/2020_2024/2024_04_Renaturierung.pdf?__blob=publicationFile&v=37).

Considero que muchas de sus reflexiones y puntos de vista pueden ser considerados en las políticas de restauración en México, finalmente numerosos ecosistemas en México se siguen deteriorando, incluso pese a los esfuerzos de conservarlos. Con base en el texto de resumen del propio documento, así como el de la revista alemana Naturaleza y Paisaje de este mes de julio (https://www.natur-und-landschaft.de/online-ausgabe/) presento sus principales aspectos.

En el documento, se utilizan los términos “renaturalización” y “restauración” en un sentido amplio que incluye formas de gestión más respetuosas con la naturaleza y la adaptación de los ecosistemas al cambio global. Los ecosistemas deberían evolucionar hacia estructuras más naturales para que puedan proporcionar una amplia gama de servicios a largo plazo. Como se señala en el texto, la degradación de los ecosistemas es el resultado de formas de uso, cambios en el uso de la tierra o intensificación en la agricultura, la ordenación forestal y la pesca, así como el aumento de las áreas de asentamiento y transporte. Estos factores directamente relacionados con el uso de la tierra se ven exacerbados por la eutrofización, los insumos contaminantes, las especies invasoras y el cambio climático. Las consecuencias son graves, también para nosotros, los humanos. Los ecosistemas dañados solo pueden proporcionar muchos de sus servicios de forma limitada o no proporcionarlos en absoluto, como la producción de alimentos, el almacenamiento de carbono o la regulación del equilibrio hídrico. También son menos capaces de amortiguar las perturbaciones, como los incendios forestales o la inmigración de especies exóticas. Los eventos extremos causados por el cambio climático, como sequías o lluvias intensas, aumentan estos riesgos. Por lo tanto, se necesitan urgentemente medidas de restauración para promover la resiliencia y la adaptabilidad de los ecosistemas y crear sinergias con la mitigación del cambio climático y la adaptación al mismo. Esto se aplica dentro y fuera de las áreas protegidas e incluso a ecosistemas que están lejos de la naturaleza, como las tierras cultivables o los parques urbanos. Como regla general, esto requiere cambios en las prácticas de uso de la tierra. Sin embargo, la renaturalización no siempre requiere reducir o incluso minimizar la influencia humana, a menudo es precisamente un cierto tipo de gestión respetuosa con la naturaleza que asegura diversos ecosistemas.

La SRU, la WBBGR y la WBW proponen cinco puntos de partida para una política de renaturalización eficaz que son particularmente relevantes desde su punto de vista.

 

1.- Promover la aceptación del cambio paisajístico y fortalecer el desarrollo regional.

 

La renaturalización en un grado ecológicamente deseable sólo es posible si grandes sectores de la sociedad, especialmente los propietarios y usuarios de la tierra, están convencidos de la utilidad de los cambios asociados. En la práctica, se ha demostrado que los agricultores y silvicultores rechazan los proyectos de renaturalización, especialmente si como resultado de ello pierden tierras agrícolas, el uso de la tierra se restringe, las oportunidades de financiación ya no están disponibles o el precio de mercado de la tierra podría disminuir. Sin embargo, es más probable que apoyen las medidas si se ofrece apoyo financiero a largo plazo o el intercambio de tierras. La aceptación del público local puede aumentar si las medidas de renaturalización aumentan el atractivo de una región, crean nuevas oportunidades recreativas y deportivas o promueven la identificación con el paisaje. Sobre todo, se puede esperar una mayor aceptación si el resultado son desarrollos económicos regionales positivos, por ejemplo, si se crean nuevas cadenas de valor. Además, la equidad procesal en las decisiones oficiales influye en la aceptación. Por lo tanto, los gobiernos federal y estatal deberían garantizar que los actores relevantes siempre participen desde el principio y utilizando formatos adecuados.

 

2.- Establecer objetivos para una política estatal de renaturalización

 

La Ley de Restauración de la Naturaleza de la UE exige que los estados miembros de la Unión Europea elaboren planes nacionales de restauración dentro de los dos años posteriores a su entrada en vigor. En estos planes deben registrar cómo pretenden alcanzar los objetivos y obligaciones de la Ley. El gobierno federal y los gobiernos estatales deberían acordar objetivos de restauración cuantitativa específicos de cada estado en un proceso informal y cooperativo para distribuir tareas y cargas de manera justa. Los resultados de este proceso de votación podrían registrarse en una ley de implementación de la Ley o en otro reglamento legal. Los objetivos de restauración cualitativa, como la representatividad, la conectividad o los valores de conservación de la naturaleza de las áreas, deben seguir principios ecológicos básicos y generales y también tener en cuenta las incertidumbres y los procesos dinámicos, especialmente en el contexto del cambio climático. La planificación del paisaje desempeña un papel preparatorio central en la implementación regional y local de estos objetivos. Los objetivos y el contenido de La Ley de Restauración de la Naturaleza de la UE se superponen en parte con los planes, estrategias, programas y requisitos legales existentes. El plan nacional de restauración, así como la ley nacional aquí recomendada, ofrecen la oportunidad de interconectar bien estos diversos procesos, para evitar contradicciones en el contenido, minimizar la burocracia y garantizar la creación de redes entre los actores relevantes. La implementación del plan de restauración podría incluir la protección natural del clima, que puede garantizarse mediante un programa de acción a largo plazo. Sin embargo, las medidas de renaturalización no deberían limitarse a la función de protección climática de los ecosistemas. También son necesarios instrumentos de financiación coordinados adicionales relacionados con el espacio y el uso de la tierra, como los que generalmente están disponibles en la Política Agrícola Común (PAC) y en el Fondo de Cohesión de la Unión Europea o en la financiación del desarrollo urbano.

 

3.- Coordinar la renaturalización y otros usos de la tierra y mantener los éxitos a largo plazo

 

Los instrumentos de planificación pueden determinar qué áreas deberían utilizarse o protegerse para medidas de renaturalización, por ejemplo, designando áreas prioritarias. Estos últimos priorizan las medidas de renaturalización en determinadas zonas, pero en general no excluyen otras formas de uso. Esto hace posible especialmente trabajar hacia un uso multifuncional del espacio. Las normas de ordenación del territorio influyen inicialmente en la renaturalización de las zonas públicas. La ordenación del territorio también es especialmente importante para la coordinación temprana de las medidas de renaturalización con los municipios y para la transferencia de las especificaciones del plan de restauración al nivel municipal. Sin embargo, su influencia en la gestión agrícola y forestal es limitada, por lo que los incentivos financieros, así como los instrumentos informativos y cooperativos desempeñan un papel importante en su gestión.

 

4.- Convencer a los usuarios de la tierra para la renaturalización mediante mejores condiciones marco

 

Debido a su gran participación en el uso de la tierra en Alemania, la agricultura y la gestión forestal tienen una responsabilidad especial en la renaturalización. Para que sean más conscientes de ello, se necesitan condiciones marco adecuadas, incluidas normas reglamentarias fiables, la compensación de las cargas especiales derivadas de las medidas de renaturalización y la recompensa por los servicios ecológicos. El margen de diseño del segundo pilar de la PAC es especialmente adecuado para este último. Se debe establecer un régimen de financiación coherente para la gestión forestal que, además de financiar medidas de restauración a relativamente corto plazo, proporcione instrumentos de financiación a largo plazo para el desarrollo y mantenimiento de los bosques restaurados.

 

5.- Mejorar los requisitos organizativos y legales para las medidas de renaturalización por parte de los actores estatales

 

El alcance de la tarea de renaturalización exige que también se apliquen medidas bajo responsabilidad del Estado y que se establezcan estructuras organizativas adecuadas para este fin. En algunos casos, existen estructuras que funcionan para ello, como asociaciones de gestión del agua y empresas forestales estatales, que pueden asumir esta tarea dentro de sus áreas de responsabilidad. En caso de faltar estructuras adecuadas, los estados federados y los municipios podrían crear nuevas empresas de renaturalización. Serían responsables de coordinar eficazmente las medidas y podrían, entre otras cosas, También se encargará del cuidado a largo plazo de las zonas renaturalizadas, ofrecerá oportunidades educativas y de asesoramiento, gestionará las asignaciones de fondos y participará en el seguimiento de los efectos de las medidas de renaturalización. Las medidas coordinadas por las empresas de renaturalización deberían llevarse a cabo principalmente en terrenos públicos. En casos individuales puede ser necesario acceder a zonas de propiedad privada. Sin embargo, por regla general no es necesario retirarlos de la propiedad privada. A menudo es suficiente conceder derechos de uso específicos sobre el terreno correspondiente (por ejemplo, inscribiendo una servidumbre personal limitada en el registro de la propiedad), posiblemente mediante una tarifa. En casos individuales, también se puede considerar la posibilidad de apropiarse de tierras mediante el intercambio de tierras (principalmente), la compra o la expropiación a cambio de una compensación acorde con el mercado. Con este fin, los países deben aplicar una política de reserva de suelo con visión de futuro.

Finalmente, se concluye señalando, que restaurar ecosistemas degradados es una tarea generacional. La Ley de Restauración de la Naturaleza de la UE fija un horizonte temporal de hasta 2050 únicamente para planificar y poner en marcha medidas adecuadas. Por lo tanto, lo que se necesita es un marco social y legal que permita una política de renaturalización a largo plazo y cree la seguridad de planificación necesaria. Para que los hábitats naturales vuelvan a un estado de conservación favorable y para que haya ecosistemas eficientes a largo plazo disponibles como base para los medios de vida de las personas, la renaturalización debe convertirse en una parte integral del uso de la tierra. Para lograrlo, debe valer la pena la participación de los usuarios de la tierra en las tareas futuras. La renaturalización también traerá consigo conflictos sobre el uso de la tierra, aspectos económicos y comportamiento del consumidor que deberán ser moderados y decididos. La aceptación social es un prerrequisito importante para legitimar e implementar la política de renaturalización. Cuando se pueden conciliar diferentes demandas sobre un área, los usos multifuncionales pueden mitigar o resolver conflictos de intereses. Básicamente, es crucial utilizar el recurso finito del espacio con moderación, es decir, utilizar el espacio con cuidado y eficiencia. Se requiere desarrollar una política de renaturalización en diálogo entre los diferentes órdenes de gobierno y otros actores sociales que cree sinergias entre la conservación de la naturaleza y los intereses del uso de la tierra y minimice los objetivos conflictivos. Este desafío debe verse como una tarea de asegurar ecológicamente los medios de vida en interés de las generaciones actuales y futuras y debe incorporarse en una ley general y vinculante de restauración o renaturalización, que se debería también impulsar en México.