Acapulco, Guerrero, 22 de julio de 2024. Visitantes de la zona Tradicional de Acapulco encuentran contrastes con una ciudad en proceso de reconstrucción y una aparente normalidad en la zona de playa, como si nada hubiese pasado hace casi nueve meses con la devastación que dejó el huracán Otis.
En un recorrido en la playa Papagayo, la familia de la señora Laura López y el señor René Ocampo disfrutaron con sus dos hijos del bajo oleaje en esa playa, y descansaron bajo una sombrilla que rentaron por 200 pesos.
Para los esposos que se dieron una escapada fugaz de Cuautla, Morelos, la ciudad parece haber superado la devastación que provocó el huracán Otis. Ambos comentaron que ven a Acapulco de lo más normal, a pesar de que los edificios de los hoteles tienen algunos huecos.
Los esposos comentaron que decidieron venir a Acapulco debido a que las casetas de la Autopista del Sol de Palo Blanco y La Venta, siguen sin cobrar, y comentaron que los precios de la comida y el mobiliario está dentro de los rangos que han pagado en otros años.
La playa estaba muy concurrida, en la arena había tres hileras de sombrillas colocadas con sus mesas y cuatro sillas, y los meseros y vendedores, se apostaron en el acceso del Asta Bandera para acaparar comensales.
En esa playa el módulo de renta de deportes acuáticos indicó que con las dos inflables de banana, tanto el sábado y este domingo habían dado alrededor de 20 vueltas, cada una con siete u ocho personas que es la capacidad de la banana, y por cada persona cobraban 150 pesos.
En contraste con la aparente normalidad en la zona de playa, en la avenida Costera, justo en la esquina con Gómez Morín, los vacacionistas tienen que cruzar la calle entre las excavaciones que llevan a cabo las máquinas para la introducción de tubos del colector Papagayo.
En esa esquina solo por algunos momentos del día hay agentes de Tránsito, y en esa área de la Costera hay una reducción de un carril en cada sentido, debido a los trabajos que este domingo de descanso para los trabajadores estuvieron detenidos.
En la zona de acceso, donde se encuentran los baños públicos, hay aguas pluviales estancadas de hasta 10 centímetros de altura, y que dan una mala vista, además de que tienen larvas de mosquitos, además había basura acumulada en algunos postes del alumbrado público.
Texto: Jacob Morales Antonio / Foto: Jesús Trigo
