27 julio,2024 8:00 am

Bailan 5, 6, 7, hasta 8 horas continuas los danzantes de Mochitlán en la fiesta de Santa Ana

 

Mochitlán, Guerrero, 27 de julio de 2024. En una de las danzas un machete saca chispas al momento en que un hombre enmascarado lo arrastra por el suelo, en otra un joven disfrazado de jaguar salta y da vueltas por el suelo con la agilidad del felino, en una más, las zapatillas, medias de red y pequeños shorts son una máscara más de uno de los danzantes, en la fiesta de ayer en esta cabecera municipal.

La celebración es en nombre de la patrona del pueblo, Santa Ana, que en la tradición católica es la madre de María, lo que la hace abuela de Jesús, el Dios encarnado.

En la tradición del pueblo, cuentan, la imagen religiosa que encabeza su parroquia, es porque “aquí se quiso quedar”, venía de la costa rumbo a Puebla cuando su peso incrementó y no hubo quién pudiera moverla, entonces se instaló más gente en la localidad, convenientemente, en un lugar en el que se ocupaba la mano de obra para la extracción minera.

La fe persiste, llegan visitantes del estado y del país, de Estados Unidos y Canadá a venerar Santanita, a La Abuela.

La devoción se ve en todos los que integran las danzas: músicos, danzantes y acompañantes, quienes se entregan al punto de resistir 5, 6, 7, 8 horas continuas de esfuerzo físico, sólo se quitan las máscaras para tomar mezcal, agua o electrolitos. Las danzas de ayer fueron de Los Tlacololeros, Los Diablos, Los Pescados, Los Viejitos y la danza principal de esta festividad, Los Santiagueros.

Dos danzantes, Pablo Taquillo García y Ana Taquillo García descansaban, sin máscara, con las piernas estiradas y bajo la sombra de una teja que salía de una casa, luego de cuatro horas de danza.

Contaron que son danzantes de Tlacololeros estilo Chichihualco, usan chaparreras de cuero, costal, pañoleta, máscara, sombrero, botines y chirrión.

–¿Por qué danzan?–, se les preguntó mientras se empinaban un trago de mezcal.

–Por fé a la abuelita–, contestó él.

Ella dijo, “o por promesas que les tenemos que dar”, al preguntarle qué prometió, él contestó, “las promesas no se dicen, nomás la abuelita y nosotros sabemos, por eso hay que bailar con pasión, con fé y devoción”.

Se les comentó que se veían cansados, él contestó, “está el cansancio, pero fé hay para seguir, si dicen que hay que seguir, seguimos bailando”.

Él contó que lleva seis años en la danza, tiene 23 de edad, ella lleva cuatro, y cuenta con 20 de edad.

La mayordomía estuvo a cargo de la familia Castañeda Muñoz, circulan alrededor de 700 litros de mezcal para la fiesta que es del 24 de julio al 2 de agosto y la misa la ofició el obispo José de Jesús González.

De la mayordomía contaron que la fiesta es tan grande porque “todos apoyan, la comunidad se vuelca en la ayuda”.

Texto: Rosendo Betancourt Radilla