22 agosto,2024 6:02 am

Ni FBI ni DEA, fue la HSI

 

Humberto Musacchio

 

 

De acuerdo con The Wall Street Journal, la agencia que estuvo detrás del secuestro de Ismael El Mayo Zambada, no fue el FBI ni la DEA, sino la HSI (Homeland Security Investigation), todo según el reportaje de Steve Fisher, Santiago Pérez y José de Córdoba.

La HSI, “una agencia estadounidense poco conocida y con un enorme alcance global”, fue la involucrada en la operación para aprehender al Mayo. Se trata de una dependencia creada después del 11 de septiembre de 2001, la que George W. Bush dispuso que fuera una dependencia del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos.

De acuerdo con el WSJ, la HSI es la segunda agencia de espionaje de Estados Unidos, cuenta con 7 mil agentes de campo, tiene presencia en más de 50 países y “su mayor puesto internacional está en México”, donde dicen los periodistas citados que “ha liderado la lucha con las autoridades mexicanas para acabar con criminales de alto perfil”.

Para los autores del reportaje, la HSI ha cobrado importancia después de que “la DEA se ha visto obstaculizada por el presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador”, quien “ha llamado a los agentes de la DEA actores deshonestos que no respetan la soberanía del país”.

En el reportaje, reproducido por el diario Reforma (16/Ago/24), se admite que paralelamente a la denuncia de AMLO sobre el intervencionismo de la DEA, representantes “del HSI estaban profundizando sus vínculos con sus homólogos de seguridad mexicanos, señalan funcionarios de los gobiernos mexicano y estadunidense”, aunque no se menciona a los supuestos informantes.

Los autores del reportaje esperan que con nuestra presidenta electa “es probable que se amplíe la colaboración con el HSI”, pues esta agencia “trabajó con altos miembros del equipo de seguridad de Sheinbaum cuando ella fue jefa de Gobierno en la Ciudad de México”. Para dar credibilidad a la especie, un tal Andrew Selee, director del Instituto de Política Migratoria, salió a declarar –ese sí con su nombre– que, en tal caso, “las agencias policiales estadunidenses deberán mantener un perfil bajo”. Sobra decir que la aludida sabrá desmentir dicha colaboración, o al menos es lo esperable.

La publicación del WSJ saca a colación lo ocurrido en 2019, cuando “fuerzas especiales del ejército mexicano, utilizando inteligencia del HSI, capturaron a Ovidio (hijo del Chapo Guzmán)… pero cientos de hombres armados movilizados por sus hermanos sitiaron la ciudad, amenazando con ejecutar a soldados capturados y dispararon contra un complejo de viviendas para familias de militares”, por lo cual AMLO “se vio obligado a liberar a Ovidio para evitar ‘un baño de sangre”,

Es bien sabido que The Wall Street Journal desde hace tiempo ha desplegado una campaña de descalificaciones contra el mandatario mexicano, del que una y otra vez ha sugerido que tiene ligas con el marcotráfico. De ahí que deba tomarse con todas las reservas del caso lo que sugiere o dice el reportaje de marras, donde en ningún momento se menciona por su nombre ni cargo gubernamental a los funcionarios mexicanos declarantes.

Pero el hecho es que mañana hará una semana de que se conoció el texto en México y hasta ahora no hay respuesta ni desmentido del gobierno mexicano, enfangado en su defensa del inepto y probablemente corrupto Rubén Rocha y en la supuesta investigación que realiza la Fiscalía General de la República en torno al secuestro del Mayo.

Por su parte, Ken Salazar, embajador de Estados Unidos, atiza la confusión con declaraciones temerarias, como esa según la cual desde el 25 de julio él y otros funcionarios de su país están “en comunicación muy profunda con el gobierno mexicano”, tan profunda que debe estar ahogándose, como lo muestran los reproches de AMLO por “falta de cooperación” de Washington.

Mientras tanto, continúan las especulaciones sobre el avión o los aviones que llevaron a los narcos a Estados Unidos. La periodista Peniley Ramírez escribió que en El Zorrillo, localidad de Chihuahua donde hay una pista bajo control de militares mexicanos, estuvo un avión idéntico al que sacó al Mayo del país, hecho que la embajada calificó como “una victoria grande para ambos países”. O más bien, agregamos, para uno solo, sí, el intervencionista, no el intervenido.