15 septiembre,2024 8:23 am

Daña y mata pirotecnia a perros, aves y otros animales

 

Ciudad de México, 15 de septiembre de 2024. Miedo, desplazamientos y muerte… es lo que provoca la pirotecnia en aves y otros animales.

Aunque las afectaciones más visibles son a los perros que no están acostumbrados al ruido excesivo al momento de que explota la pólvora, hay fauna que es víctima de daños más severos.

Leonardo Alvarado, veterinario certificado en Fauna Silvestre, informó que las aves son una especie de las más afectadas debido a su sensibilidad al sonido y su tamaño.

“Los decibeles que toleran las aves pueden llegar a un 70 y los decibeles de la pirotecnia superan los 190, ¡es demasiado!, y a la hora que truenan la pirotecnia, las aves que están anidando o tienen su refugio cerca de un árbol, se alejan”, explicó.

“Algunas ya no regresan a ese mismo nido porque lo ven como un agente de peligro por tanto ruido y pirotecnia, es lo que más afecta, el desplazamiento y el estrés”.

Hay algunas especies que pueden dejar de alimentar a sus polluelos o abandonar los huevos, lo que lleva a la muerte.

“Dejan a sus crías sin alimentar o si están empollando, dejan los huevos ahí para alejarse porque las aves buscan un refugio seguro para crianza y al sentir peligro para ellas y sus crías, prefieren irse y alejarse y reproducirse en otra zona”.

Este desplazamiento, detalló, trae, a largo plazo, un problema para el medio ambiente y es que al migrar bajará la dispersión de semillas que las aves hacen.

A este problema se suma otro, que es la contaminación de las hojas de los árboles por los restos de pólvora. Insectos y aves llegan a ingerirla, lo que podría matarlos.

El especialista refirió que el mayor daño es en zonas arboladas como Chapalita o Huentitán. En el Centro Histórico, el ave que predomina es la paloma, pero ya está acostumbrada al humano y sus actividades.

“La paloma se toma como una especie invasora porque se adaptan a todo, son adaptables y aunque los decibeles sean muy altos saben que va a pasar y entienden las dinámicas de los humanos”.

Alvarado señaló que en zonas arboladas no debería permitirse el uso de pirotecnia ni en fiestas patronales ni en festejos patrios o navideños, pues además del daño a las aves, se puede causar un incendio.

Y qué pasa con los perros

Desde hace varios años se ha lanzado una campaña para evitar el uso de pirotecnia argumentando el daño a los perros, que pueden desarrollar un miedo excesivo por el ruido.

Ricardo Ballesteros, veterinario especialista en etología, explicó que hay perros a los que no les afecta la pirotecnia, ya que desde cachorros están acostumbrados a este y otros ruidos.

“Esto normalmente sucede en perros o que nacieron o vivieron sus primeros cuatro o cinco meses de vida cerca de zonas donde precisamente había pirotecnia (…) o los callejeros, uno puede pasar a un lado de un templo donde están aventando cuetes y el perro no se afecta en lo más mínimo”.

Los perros que sí se ven afectados, agregó, son aquellos que durante sus primeros cinco meses de vida no estuvieron expuestos a ruidos severos como los truenos de lluvia, lo que hace que desarrollen miedo.

“Conforme vaya creciendo, cada vez va a tener más miedo porque el problema con estos estímulos es que no son continuos y cada que regresan es más el miedo en el perro”.

Los comportamientos que desarrolla, dijo, son normales, pues lo que el animal quiere es salvar su vida y esto va en decremento de su bienestar diario.

Además de la no exposición, hay otros factores que empeoran la situación, como la esterilización temprana.

Ballesteros explicó que cuando un perro, ya sea hembra o macho, se esteriliza antes de los 2 años, tiene niveles de hormonas elevados que incrementan su susceptibilidad.

También, agregó, está la herencia. Estudios demuestran que el miedo es el comportamiento que más se hereda, entre el 46 y 50 por ciento de las crías pueden sacar el temor de sus padres.

El especialista en comportamiento señaló que el principal problema para desarrollar el miedo a los estímulos fuertes es que no se les expuso a estos durante los primeros meses de vida. Esto afecta también la socialización del can.

“La parte de no sacarlo a la calle hasta después de los seis meses, que no le dé el frío y que no esto y no lo otro, esa parte sí lo va a afectar. En un perro de raza chica, por ejemplo, un chihuahueño, los cuatro primeros meses de vida del perro serían como 10 años en el humano, sería como si yo a un niño nunca lo saqué a la calle, lo dejé en su cuarto y un día decido sacarlo, el shock, para ese niño va a ser tremendo”.

El sonido de la pirotecnia, aclaró, no daña la audición del perro.

El veterinario etólogo informó que existen terapias para ayudar a los perros a pasar por este miedo de la mejor manera y uno es el de resguardo, que es generarle un refugio adecuado para que pueda sentirse seguro y contrarrestar el miedo.

“Si se les da un refugio adecuado les va muy bien, puede ser la jaula transportadora, se le enseña a que esté ahí, a disfrutarla, que tenga premios, comida y que sea su lugar favorito, además la podemos poner en una zona que pueda disimular el estímulo.

“Sonó el primer cuete: perro a su jaula, le damos sus premios y esa jaulita la ponemos en un cuarto oscuro, le ponemos una cobijita encima, prendemos la tele y le ponemos el volumen alto, esto disminuye el estímulo visual y auditivo y el perro ya estaba ahí”.

Muchas veces, los perros buscan su propio lugar seguro y puede ser debajo de la cama.

Debido a que cada raza es diferente, Ballesteros recomendó buscar el apoyo y asesoramiento de un veterinario etólogo, pues son varias las técnicas que existen tanto para contener el miedo como para curarlo, además de que muchas veces pueden ir acompañadas de medicamento.

 

Texto e imagen: Agencia Reforma