24 septiembre,2024 9:24 am

Buscan con la escultura La Esperanza abrazar otras luchas además de la de los desaparecidos

La pieza, colocada en la playa Tamarindos, no es un antimonumento, porque la intención es crear empatía en la sociedad, subraya la creadora Aza Evans, que realizó la obra en tiempo récord, a iniciativa de la asociación civil Familias de Acapulco en Busca de sus Desaparecidos

Acapulco, Guerrero, 24 de septiembre de 2024. Si bien la escultura La Esperanza, colocada hace unos días en la playa Tamarindos, atiende a la visibilización del problema de la desaparición forzada de personas en Acapulco, ésta, La Esperanza, se hace extensiva ante muchos de los problemas que hay en lo personal como en lo colectivo y lo social, aseguró su creadora Aza Evans.

En breve charla telefónica, relató que la obra, hecha en bronce, de 1.90 metros de altura y 250 kilos de peso, nació “cuando a mí me abordan de la asociación civil Familias de Acapulco en Busca de sus Desaparecidos, me plantearon la inquietud de visibilizar ese problema que aqueja a muchas, muchas familias de Acapulco, y de todo el estado, y que tienen hasta décadas buscando a sus desaparecidos, aprendiendo a cómo buscarlo, saliendo al campo para rastrear fosas, encontrar restos, identificarlos; enfrentarse ante la indiferencia ya no sólo de las mismas autoridades sino de toda una sociedad”, que prefiere ignorar el problema, lamentó.

No obstante, destacó la escultora, “entre todo ese trabajo hay un común denominador: la esperanza de encontrar a su desaparecido”, ya que, añadió, la búsqueda no concluye hasta encontrarlo y tener al menos la certeza de dónde está.

Así es que esta Esperanza, una mujer de rasgos mexicanos, se alza en bronce a casi dos metros del suelo, dando un medio paso y emergiendo de su corazón, entre grietas y sus manos, unas alas.

“Es una obra visual que busca la belleza, como la esperanza, positiva, que busca ir más allá, a la empatía con la sociedad”, dijo, para rechazar que sea propiamente un antimonumento y señalar que la obra va más allá ante los múltiples problemas que existen en nuestra sociedad.

“La idea es ser solidarios, que la obra sea símbolo de la esperanza, sí, pero no que competa a un sólo tema, sino a todos, que tenga que ver con cualquier situación que uno esté atravesando, ya sea desde una enfermedad o este asunto de la violencia o lo que pasamos con el pasado huracán (Otis); la esperanza debe ser para todos, para la sociedad, la comunidad, y que el mensaje sea vamos a continuar, no te detengas, sigue adelante”.

Luego de relatar que el proceso para realizarla fue récord –apenas mes y medio–y que el pasado viernes 20 de septiembre fuera develada en el acceso a playa de Playa Tamarindos con la presencia de autoridades municipales y la propia asociación civil Familias de Acapulco en Busca de sus Desaparecidos, aceptó que le hubiera gustado que se inaugurara el 30 de agosto, Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, pero no fue posible”, pero añadió que finalmente se puede ver, revelando que aún hay algunos detalles para ajustar, sobre todo en cuestión de iluminación ya que se busca que visualmente se vea mejor.

Reiteró que “la escultura es como la esperanza, es para todos; es un mensaje de solidaridad para todas las circunstancias, para todos”, e invitó a la gente a acercarse a la obra y observarla “y por qué no, a reflexionar”.

Texto: Óscar Ricardo Muñoz Cano