24 septiembre,2024 10:54 am

Honran la trayectoria de Graciela Iturbide

 

Ciudad de México, 24 de septiembre de 2024. Para poder ser, dice la fotógrafa Graciela Iturbide citando un fragmento de “Piedra de sol”, de Octavio Paz, “he de ser otro / salir de mí, buscarme entre los otros”.

“Con estas palabras me refiero a que mi cámara es un instrumento de conocimiento. De esta manera he aprendido de los pueblos originarios que he visitado aquí en México y caminando por el mundo.

“Fotografiar es un pretexto para conocer el mundo; salir de mí, buscarme en los otros”, refrendó la creadora, considerada por muchos como la auténtica “Señora de la foto” en México, al recibir este lunes la Medalla Bellas Artes de Oro en la disciplina de Artes Visuales.

Un reconocimiento, diría la titular del INBAL, Lucina Jiménez, no por parte del Estado, sino del país completo, “en toda su geografía, en todos sus rincones, en toda su diversidad, a una gran artista que nos ha devuelto la posibilidad de reconocernos, incluso de mirar aquello que no sabíamos que éramos”.

“Aquello que nos da la posibilidad de saber que en esos pequeños fragmentos que ella nos regala hay una grandiosidad de país y una grandiosidad de experiencias culturales”, enunció la funcionaria ante una concurrida Sala Manuel M. Ponce, en el Palacio de Bellas Artes.

“La obra de la maestra Iturbide también ha sido un factor importantísimo de resistencia. Y así lo digo porque esas realidades culturales que ella retrató, que ella inspiró en su imaginario, habían guardado en muchas ocasiones silencio. Y la voz a través de esta escritura con la luz que Iturbide nos regala permite que esas realidades hablen, que hablen con fuerza y lo digan todo”, añadió Jiménez.

De negro elegante, bajita y con una sonrisa amplia que evidenciaba su alegría, Iturbide recibió la dorada presea y un diploma, en reconocimiento a su trayectoria ya antes laureada con los más importantes premios fotográficos, como el Hasselblad.

“Gracias a su perfecta alineación de cerebro, ojo, mano, corazón y alma, sus imágenes logran instalarse en nuestra memoria y persistir ahí como glifos llenos de sentidos enigmáticos, como poderosas preguntas en torno a nuestra vida finita en el mundo”, describió la curadora, crítica y teórica de la fotografía Laura González Flores.

“Hizo imágenes muy icónicas. La ‘Señora de las iguanas” en Juchitán es todo un símbolo, tienen hasta un monumento; la “Mujer ángel” es una imagen que no se te olvida, por supuesto”, opinó José de Jesús, uno de los muchos seguidores que se aproximaron a la fotógrafa en busca de una selfie o una firma, incluso para darle algún obsequio.

Como el cuadro de 100 por 70 centímetros que la pintora Regina Jean Zavaleta, conocida también como Spika, hizo de Iturbide -parte de una serie donde ha pintado a otras creadoras como Tina Modotti, Remedios Varo y Leonora Carrington- incorporando varias de sus imágenes más emblemáticas y hasta un autorretrato de la fotógrafa.

“Fue súper bonito ver su reacción y verse a sí misma. Fue… ¡Guau! Con eso me quedo”, expresó la artista plástica, con la emoción a tope.

“Siempre ha sido una inspiración para una fotógrafa amateur como yo. (Me gusta) la mexicaneidad, justo como esa identidad mexicana y cultural que se refleja tanto en el trabajo de ella como en el de los Álvarez Bravo, que son sus mentores”, compartió a Reforma la abogada Dulce Torres, triunfal después de abrirse paso entre quienes se agolpaban alrededor de Iturbide y hacerse una selfie con ella.

Tras el aplauso que el público le ofrendó de pie, la creadora de 82 años se dirigió al protocolario brindis, pero la multitud de seguidores no la dejó llegar. Al cabo de un rato firmando cuanto libro de sus fotografías le pusieron de frente, finalmente alguien le alcanzó una copa de tinto, y también una silla desde donde continuó empuñando la pluma firmautógrafos, siempre cordial.

“Me encanta tener este trabajo”, había dicho al leer el breve discurso que tenía preparado. Y si bien al proferir tales palabras se refería a la posibilidad de descubrir el mundo a través de sus imágenes, la atención de todos aquellos que se han maravillado con ellas también parecía entusiasmarle sobremanera.

“Este premio es un incentivo para poder seguir trabajando. Muchas gracias”, concluyó desde el micrófono la creadora que ya alguna vez augurara: “El día que yo deje de fotografiar y que pierda la sorpresa de encontrar en el mundo lo que encuentro, me muero”.

 

Texto y foto: Agencia Reforma