26 septiembre,2024 10:44 am

Revive el huracán John en la gente los temores provocados por el Otis

 

Los afluentes que bajan de las colonias Simón Bolívar, Emiliano Zapata y Sinaí se llenaron y durante algunas horas se desbordaron en las partes bajas como la colonia Postal y en el fraccionamiento Arboledas

 

Acapulco, Guerrero, 26 de septiembre de 2024. La señora Tomasa Acosta López, junto a su hijo, cuñada, y cuatro nietos llegaron desde el lunes al refugio de la unidad deportiva Jorge Campos en Ciudad Renacimiento en la misma colonia donde viven, porque los vientos del huracán John categoría 3, que tocó tierra en los municipios de Marquelia y Copala revivieron los momentos de angustia que pasaron con el huracán Otis hace 11 meses.

Las lluvias que comenzaron de forma intensa desde la madrugada de este miércoles por la inesperada fuerza que recobró John frente a las costas de Guerrero que después de ser una baja presión volvió al nivel de tormenta tropical, provocaron que los afluentes que bajan de la parte alta de las colonias Simón Bolívar, Emiliano Zapata y Sinaí se llenaran y por algunas horas desbordaran en las partes baja como la colonia Postal y en el fraccionamiento Arboledas.

En un extenso recorrido desde las 10 de la mañana y hasta la 1 de la tarde en las colonias Emiliano Zapata, Ciudad Renacimiento, Arroyo seco, nueva Revolución, Sabana, Nueva Frontera, Sinaí, La Postal, el fraccionamiento, Arboledas y la Vacacional, había recorridos de integrantes de Protección Civil del Estado, del municipio, agentes de la Policía Estatal y Municipal, la Guardia Nacional y el Ejército, qu también resguardaban supermercados y tiendas de conveniencia. A esas horas del día también había unidades de la Guardia Nacional apoyando a las personas varadas en el bulevar Vicente Guerrero que eran subidas a los camiones para transportarlas al centro de la ciudad o viceversa.

Mientras la lluvia caía de forma copiosa en la zona suburbana, algunos vecinos de la colonia Nueva Revolución, la Nueva Frontera y la partes aledañas de Ciudad Renacimiento con el río de La Sabana caminaban en las calles y cruzaban los puentes que están sobre el río de La Sabana para comprar agua en garrafón e ir por alimentos a los mercados y zonas comerciales más cercanos.

Debido a que en otros momentos las colonias han quedado bajo el agua, como pasó hace 11 meses con Otis, esta vez los propietarios de automóviles los dejaron sobre los puentes, que son las zonas más altas, y así no correr el riesgo de perder su patrimonio. Estando ahí muchos se quedaban largos momentos viendo el caudaloso y turbio turbio río que arrastraba basura, troncos y hasta refrigeradores.

Mientras la lluvia seguía en la unidad deportiva Jorge Campos de Ciudad Renacimiento, la señora Tomasa, de 65 años, cruzaba los brazos y oraba para que no sucediera lo mismo que con Otis. Sentada en una silla, vigilando a sus cuatro nietos, contó que el lunes recordó como si fuera la misma noche que Otis devastó Acapulco.

Al amanecer no lo pensó dos veces y salió con su familia al refugio temporal donde se les dio cobijo. La casa de la mujer es de paredes de concreto pero techo de lámina, y el resonar fue estruendoso. Dijo que sintió miedo. En ese albergue hay otra pareja que vive en la comunidad de Pénjamo, en Coyuca de Benítez, y quienes quedaron atrapados en la ciudad, luego de una operación que tuvo el hombre en el hospital El Quemado.

Este miércoles las dos familias fueron revisadas por médicos del municipio y se les brindaron alimentos.

En el albergue los encargados comentaron que estaban inciertos si más familias acudirían. La cancha techada de la unidad deportiva sigue destruida, y es imposible refugiar a más personas, a un costado está el área de gimnasio que tiene techo, que sólo se usaría si llegaran más personas, por lo pronto este miércoles las dos familias estaban en una de las oficinas.

En las calles la corriente no paraba, por momentos la lluvia era intensa, a los pocos minutos volvía a desaparecer, luego era una brisa que advertía otro diluvio. Al medio día el río de La Sabana no desbordaba y estaba aproximadamente a dos y tres metros del borde en las colonias aledañas.

La señora Guadalupe López Hernández de la colonia Nueva Revolución estaba sentada con su esposo y uno de sus nietos en el corredor de su casa, ahora reconstruida con paredes de concreto, porque Otis destruyó su casa de paredes de madera y techo de lámina que sigue conservando porque el apoyo que le dio el gobierno federal no le alcanzó.

La mujer fue insistente con la petición de una barda de protección del río de La Sabana, aproximadamente de 2 kilómetros río arriba de la colonia, donde el agua llega a desbordarse y se inundan. La mujer dijo que esta vez ya estaban prevenidos en caso de una emergencia similar a la de Otis, aun que las pupilas de sus ojos había incertidumbre.

En los negocios como tortillerías y los centros de llenado de garrafones con agua purificada, había filas de las personas esperando comprar. La escena de gente caminando se repetía en todas las calles. Algunos llevaban huevos o verduras y productos enlatados.

A la 1 de la tarde en el bulevar Vicente Guerrero y las esquinas de la calle 14 de la Emiliano Zapata y la avenida El Quemado, en la Central de Abasto, el agua encharcada comenzaba a generar que los vehículos pararan por fallas. Agentes de la Guardia Nacional ayudaban a empujar los automóviles en las laterales para que no obstruyeran el paso.

Para las 3 de la tarde un diluvio se dejó caer, y el bulevar Vicente Guerrero que es la principal entrada a Acapulco por la caseta de La Venta, de la Autopista del Sol, comenzó a llenarse de agua, y los automóviles comenzaron a retroceder y buscar las partes que aún no estaban con agua.

En ese momento, las calles hacia Ciudad Renacimiento eran ríos caudalosos, y sobre el puente elevado del bulevar, decenas de automovilistas quedaron varados viendo como el agua subía poco a poco, con el desbordamiento de los canales Del Perro y Del Muerto en el fraccionamiento Libertadores, el afluyente que baja de la colonia Zapata hacia la postal, y el río de la Sinaí que desborda en el fraccionamiento Arboledas.

La escena para todos era la misma que se vivió con el huracán Otis hace exactamente 11 meses, con una ciudad bajo el agua.

Texto: Jacob Morales Antonio / Fotograma / Fotos: Carlos Carbajal