27 septiembre,2024 6:36 am

¡Hasta la victoria siempre AMLO!

 

 

Marcial Rodríguez Saldaña

 

 

A pocos días de que culmine su periodo como presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, es indispensable realizar un breve análisis de su actuación en la vida pública del país.

En mi opinión, la mayor contribución de AMLO en la historia política de la nación, es la de haber encabezado un movimiento popular por la vía pacífica y democrática para derrocar a un régimen económico y político neoliberal, corrupto, antinacionalista y autoritario; en síntesis, una revolución política denominada correctamente “La Cuarta Transformación de México”, que vino a instaurar un nuevo régimen económico y político, de economía popular, con una distribución del presupuesto público en programas sociales, de inversión pública, de incremento sustancial a los salarios de los trabajadores, nacionalista –porque revirtió las reformas privatizadoras de bienes nacionales como el petróleo y la electricidad, la educativa–, de combate a la corrupción, de austeridad republicana, de separación del poder económico del poder público y de afianzar un sistema democrático, que se reflejó en las elecciones federales de 2021, en todos los procesos electorales locales y en la elección presidencial de 2024, en donde resultó electa como presidenta la Dra. Claudia Sheimbaun Pardo, quien le dará continuidad.

Como sabemos, en la etapa posterior a la Revolución Mexicana, se incubó un sistema político de partido único, luego de partido hegemónico –de partido de Estado–, que mantenía un sistema cerrado a la democracia, al pluralismo, de corrupción, de represión, de violaciones graves a los derechos humanos, de políticas antipopulares –salvo periodos y momentos específicos como el del presidente Lázaro Cárdenas y el de la nacionalización de la electricidad con el presidente Adolfo López Mateos.

En distintos momentos del siglo XX, el régimen posrevolucionario mostró su naturaleza de represión en contra de: trabajadores ferrocarrileros, médicos, maestros, asesinando a estudiantes como ocurrió en el movimiento estudiantil del 2 de octubre de 1968, el 10 de junio de 1971, con lo cual cerraba las vías civiles y pacíficas a la democracia, es por ello, por las injusticias y pobreza, que surgieron diversos movimientos guerrilleros como el de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR) encabezada por Genaro Vázquez Rojas, el Partido de los Pobres (PLP) dirigido por Lucio Cabañas Barrientos, en otras entidades como Jalisco, Chihuahua, Nuevo León, y guerrillas urbanas.

La respuesta del Estado frente a estos movimientos no fue la de abrir los canales institucionales a la democracia, combatir las injusticias y la pobreza, sino la de incrementar su fuerza represiva implementando la guerra sucia en contra de la población civil. Una de las más oprobiosas fue la desaparición forzada de 43 normalistas de Ayotzinapa, el 26 y 27 de septiembre del 2014.

Durante ese periodo, no había partidos políticos de oposición, que pudiesen competir por la vía democrática para disputar la representación política del pueblo. Como consecuencia de grandes movilizaciones populares, en 1977 el régimen impulsó una reforma político-electoral, para abrir espacios de representación popular por la vía proporcional, pero no en distritos de mayoría en el Congreso Federal y en los locales, ni en el Senado de la República, ni condiciones de equidad en la competencia por el poder político.

Por otra parte, al interior del partido hegemónico, prevalecía el autoritarismo, los candidatos a cargos de elección popular no resultaban de procesos democráticos, sino de designaciones –de dedazo– en cada nivel del gobierno, incluido el candidato presidencial, que era designado por el presidente de la República en turno. Esto, provocó, que al interior del partido de Estado –en el año 1986– surgiera una corriente democrática –encabezada entre otros por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez–, lo cual se combinó con un proceso de reunificación de las fuerzas políticas de izquierda-progresistas y nacionalistas y con un fuerte descontento popular.

Estas fuerzas se agruparon y participaron en 1988 con un candidato presidencial, que fue Cuauhtémoc Cárdenas. En esta elección se cometió un fraude electoral y así en los siguientes procesos electorales, lo que prevalecía era el fraude electoral. Es en este periodo que aparece en el plano nacional la figura de Andrés Manuel López Obrador, quien fue candidato a gobernador en ese año por la oposición en Tabasco, en donde se comete otro fraude electoral.

Poco después, el 5 de mayo de 1989, vino la fundación del Partido de la Revolución Democrática y AMLO se convirtió en presidente del partido en Tabasco; de ahí nuevamente fue candidato a gobernador por su estado en 1994, luego en 1996, presidente nacional del PRD, en cuya gestión se convirtió en la segunda fuerza política en la Cámara Federal de Diputados en 1997. De ahí fue jefe de gobierno en el Distrito Federal –hoy ciudad de México– y fue desaforado el 7 de abril de 2005, con el objetivo de impedirle que fuera candidato presidencial en 2006.

Este acto de injusticia política, provocó una reacción popular muy fuerte en defensa de AMLO. Se realizaron muchas movilizaciones y concentraciones políticas en el Distrito Federal, hasta que se logró desactivar el desafuero. De ahí, preparó su candidatura presidencial en 2006, luego en 2012, cuyas elecciones fueron fraudulentas, en las cuales además de que se utilizó todo el poder del Estado en su contra.

Antes de que concluyera el proceso de calificación de la elección presidencial de 2012, un grupo que dirigía el PRD denominado Los Chuchos le propuso a AMLO traicionar al pueblo, “pactar” con el candidato del régimen Enrique Peña Nieto, a lo cual se negó. Es aquí, cuando AMLO decide romper con los dirigentes del PRD y en una concentración nacional en el zócalo de la Ciudad de México –el 9 de septiembre de 2012– convoca a formar un nuevo partido, el Movimiento de Regeneración Nacional Morena, el cual se construyó desde abajo, y se formalizó mediante la celebración de asambleas distritales –entre octubre y noviembre de 2012– para elegir a sus primeros delegados al Congreso fundacional el 20 de noviembre de ese año.

Luego en enero de 2013 vino el proceso de afiliación, en plazas públicas, colonias, en barrios, comunidades, casa por casa, para cumplir el requisito de militantes afiliados y posteriormente las asambleas estatales, hasta logar el 9 de julio de 2014, el registro formal del partido. AMLO había sido electo en 2012 Presidente del Consejo Nacional de Morena y en 2015 Presidente del Comité Ejecutivo Nacional. Desde esos encargos, continuó recorriendo todos los municipios del país, fue consolidando una fuerza popular y una estructura electoral, en cada distrito y en cada sesión electoral y preparó su participación como candidato presidencial en 2018.

La jornada electoral del primero de julio de 2018, en donde AMLO gana la elección presidencial, fue el resultado de todo un proceso de luchas populares de las décadas anteriores y de este periodo específico, en medio de múltiples adversidades, como las de enfrentar a todo el poder del Estado y a los poderes fácticos.

Al asumir la presidencia de la República, AMLO implementó el Proyecto Alternativo de Nación, la Cuarta Transformación de México, que había propuesto en sus campañas presidenciales de 2006, 2012 y 2018. Desarticuló las estructuras del modelo neoliberal para construir un Estado de Bienestar, un gobierno de profundo contenido social y el establecimiento de un régimen democrático. AMLO deja un gran legado, una trasformación del país equiparable a la Independencia, a la Reforma y a la Revolución Mexicana, con la diferencia que esta se ha hecho de manera pacífica. AMLO, como un estadista demócrata se retira de la vida pública, con un altísimo índice de aprobación popular, se va con la satisfacción de la misión cumplida, de haber dirigido esta revolución social y política, pero vivirá en el corazón y en la memoria del pueblo de México. ¡Hasta la Victoria Siempre AMLO!

 

 

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